Coca-Cola anunció que en el 2022 superará los US$ 1.8 millones invertidos en proyectos de conservación ambiental, reforestación, tratamiento y acceso al agua en Brasil, Argentina, Chile, Bolivia, Paraguay y Uruguay, revelaron fuentes de la compañía.
En una entrevista con Efe, el gerente de Sustentabilidad para el Cono Sur de Coca-Cola, Rodrigo Brito, destacó que la compañía lleva a cabo iniciativas de reposición hídrica globalmente desde el 2007, compensando los recursos utilizados de forma “creciente” y “consistente”.
“Entre el 2021 y 2022, empezaremos y ampliaremos 14 proyectos de conservación, reforestación y acceso al agua en los seis países del Cono Sur, que, en conjunto, protegerán más de 20,000 hectáreas, llevarán agua potable a 27,000 personas y también promoverán la integración y la colaboración entre 20 organizaciones sociales de la región”, detalló Brito.
Además se suman otros 14 proyectos ya en marcha en la región, que han beneficiado directamente a más de 230,000 personas, además de contribuir con la conservación de 134,678 hectáreas.
A través de este modelo, la compañía, que produce más de 45,000 millones de litros de bebidas por año en Latinoamérica, logra devolver a la naturaleza y a las comunidades locales casi 53,000 millones de litros, con una tasa de reposición hídrica de 115%.
“El agua no es como el carbono (...) no es posible alcanzar un equilibrio semejante en la emisión porque tenemos hoy en el planeta la misma cantidad de agua que en la época de los dinosaurios, y seguirá igual. El problema es dónde está y cómo conservarla en los sitios en que es necesaria”, explicó.
“Son programas de agua, pero traen beneficios sociales, ambientales y climáticos (...) Queremos que más empresas utilicen el concepto de reposición hídrica. Es un proceso caro y nuestra intención es atraer nuevos actores para establecer sociedades y realizar más proyectos”, agregó.
Alianza público-privadas, clave para desarrollo sostenible
Para Brito, establecer alianzas es uno de los mayores retos para la expansión de los proyectos de conservación ambiental en la región, pero una herramienta fundamental para el éxito a largo plazo de programas autosustentables y con gestión comunitaria.
Las empresas, por su parte, deben “escuchar a los actores locales para entender la mejor forma de colaborar”, una ventaja que tiene la inversión privada sobre la pública, ya que muchos Gobiernos locales, aunque son parte fundamental, están limitados por procesos burocráticos, bajos presupuestos y falta de estructura.
En ese sentido, las asociaciones público-privadas (APP) son, según Brito, una modalidad clave para el desarrollo sostenible de la región con una capacidad de expansión e impacto potenciada por la popularización de los ESG (Environmental, Social and Governance), que se refieren a factores ambientales, sociales y de gobierno corporativo.
“El objetivo no es asumir el rol del Estado o de la sociedad civil. Todo lo contrario. Queremos cooperar para fortalecerlos”, insistió.
Un ejemplo de ello es el proyecto desarrollado en el municipio brasileño de Jundiaí, en el estado de Sao Paulo, en que Coca-Cola colabora con el ayuntamiento local y con la Fundación Sierra del Japi para cercar el bosque nativo. Ya se instalaron 500 cámaras, además de crear rutas turísticas y un programa de educación ambiental destinado a la población local.
El responsable de sustentabilidad de la compañía para el Cono Sur también destacó, en Brasil, el programa Agua+ Acceso, creado en el 2017, que abastece a más de 155,000 personas de 390 comunidades rurales y de bajos ingresos en 10 estados desde el 2017.
Asimismo, hizo hincapié en la importancia del Fondo Innova Agua, en Chile, destinado a inversiones en el desarrollo de soluciones tecnológicas sostenibles o de la asociación con la ONG Fundación Natura, en Bolivia, responsable de la recuperación y conservación de más 14,650 hectáreas en Santa Cruz y en La Paz, entre otros.