En su reactivación turística, Cerro Azul superó sus récords de visitantes al llegar a 18,000 en el último verano, apoyado por atractivos vinculados a la estación. Ahora, los empresarios de este distrito de Cañete buscan sostener la afluencia.
Ana Marcela Angulo, presidenta de la Mesa de Trabajo Provincial de Turismo de Cañete, señaló que los hoteles del balneario estuvieron al 60% en los primeros meses del año. En días festivos, inclusive completaron toda su ocupación.
En adelante, la apuesta para mantener la llegada de turistas serán los festivales gastronómicos y el turismo rural comunitario.
“Siempre Cerro Azul se había caracterizado por trabajar solo en el verano. Ahora estamos con todos los operadores turísticos para hacer actividades durante el año”, comentó a Gestión, tras recordar la reciente fiesta patronal de San Pedro y San Pablo.
En ese sentido, destacó la reciente creación de la Asociación de Turismo Rural Comunitario del Puerto de los Ensueños de Cerro Azul, con 25 miembros. Desde esa organización, promueven cuatro rutas turísticas en el distrito.
Dichos recorridos combinan un valle de bodegas vitivinícolas, campiñas de frutas, deportes extremos, casas pintadas, un faro turístico, zonas arqueológicas, city tour a pie por el distrito y muelle, así como una experiencia de pesca.
A la fecha, Cerro Azul tiene 35 hoteles de una, dos y tres estrellas, además de alojamientos y casas para estadías.
Negocios
En plena pandemia, Cerro Azul se convirtió en una zona turística de alta demanda por su cercanía a Lima. A partir de este despegue, los negocios también han ido desarrollándose en este distrito.
“Las licencias de funcionamiento han subido. En el 2020, teníamos más o menos 35, ahora tenemos más de 240 y abarca diferentes negocios”, dijo la también gerente de Desarrollo Económico Turismo y Promoción del Empleo de Cerro Azul.
Refirió que las solicitudes de licencias continúan llegando, sobre todo, para construcción de condominios residenciales de cara al mar, en zonas eriazas o rurales que están cambiando a urbanas. Además, se piden permisos para ampliar los conceptos gastronómicos.
“Acá nos caracterizamos por tener restaurantes de comida marina y la gente además pide pollerías, chifas y otros conceptos para el invierno”, añadió.
Otrosí digo
Gastronomía. En plena pandemia, el empresario gastronómico Willian Alegría abrió La Chitería, en Cerro Azul. Y si bien este restaurante de comida marina a base de chita y otras especies de la zona se encuentra a 4 kilómetros del balneario del distrito, su concepto vinculado a la pesca y la difusión en redes sociales le han permitido sobrevivir a la crisis sanitaria y ya planea expandirse como franquicia en Lima. Y en el entorno de su actual ubicación, en la playa Los Lobos, surgen otros negocios de panes artesanales y pollos a la leña.