Después que la Compañía de Minas Buenaventura vendiera a Newmont Corporation su participación en Minera Yanacocha (43.65%), Fitch Ratings mantuvo las calificaciones de la empresa peruana.
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Y aunque desde la minera peruana han explicado que este ‘deal’ les permitirá concentrarse en su portafolio de activos, disminuyendo sus niveles de endeudamiento financiero y aumentando el retorno en favor de sus accionistas, también han reconocido -según su propio director general, Leandro García- que “el 2022 será un año desafiante”.
Como parte de los desafíos a los que hace alusión García, Carlos Rojas, CEO de Capia SAFI, sostiene que la nueva posición de Buenaventura impone ciertos retos y cambios.
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“Necesita un cambio de management importante porque no se ve ese espíritu emprendedor y jovial que se ha visto en compañías como Minsur o Hochschild, que son empresas que están sacando productos y minas nuevas y son muy activos. Esa vitalidad es la que falta ver en Buenaventura”, señala.
¿Impacto positivo?
Sobre el impacto que podría verse en los principales resultados e indicadores económicos de Buenaventura tras su reciente salida de Yanacocha, César Romero, jefe de Investigación de Renta4 SAB, considera que estos van a mejorar.
“El endeudamiento debería situarse en alrededor de 2.2x desde los niveles de 4.5x que tenía en el 2021. Dado que los US$ 300 millones se van a usar para mejorar sus métricas crediticias, deberían de hacer un pago parcial por la deuda que mantienen al 2026 de US$ 550 millones”, explica.
Pero no sería lo único. Desde la óptica del especialista, parte de la venta también podría servir para optimizar la mina Uchucchacua, “lo que permitiría mejores leyes y a su vez mejores márgenes”. Aunque también podrían mejorar -dice- sus perspectivas de inversión en bienes de capital (capex), considerando sobre todo lo que dejará de usar en el proyecto de Yanacocha Sulfuros.
Posición en juego
Tomando en cuenta, como señala Rojas, que con sus operaciones propias (en donde tienen el 100%), que “son minas más chicas, de menor escala y tamaño”, Buenaventura “no ha sido extremadamente rentable”, César Romero considera que en adelante su posición en el mercado minero peruano va a tener un foco bien acotado.
“En el corto plazo se van a concentrar en el ‘cash flow’ que reciben por parte de la mina de Cerro Verde, que tiene más de 30 años de vida operante. Pero, también se van a concentrar en las minas de oro, dada la consolidación de La Zanja, van a mejorar la operatividad de Tambomayo, y con la suspensión de Uchucchacua van a reducir sus operaciones en plata y zinc”, añade.
Sobre La Zanja, que como parte del trato con Newmont le será transferida en su totalidad y le abonará US$ 45 millones, que les servirán para “cubrir una parte de los futuros costos del pan de cierre de la unidad minera”, Rojas sostiene que a pesar de que esta mina de oro se encuentra próxima al cierre, “en caso puedan extender (su exploración), sí beneficiaría a Buenaventura, siempre que el precio de los commodities continúe elevado en el mediano plazo”.
Mientras que con relación a su posición en la Bolsa de Valores de Lima (BVL), cuyas acciones subieron 7% el mismo día del anuncio de la venta y lograron que la plaza limeña alcanzara su mayor alza diaria en cuatro meses, Romero sostiene que los vaivenes del precio de sus acciones guardarán estrecha relación con sus inversiones futuras.
“Ese resultado en el futuro dependerá de las inversiones en exploración que realice, dado que tiene minas con menores ciclos de producción en el futuro, aunque esto lo cubre con concesiones como Cerro Verde, que le permite mitigar el efecto y mejorar el gasto para desarrollo”, anota.
Aun así, Rojas considera que tras su salida de Yanacocha, la compañía minera liderada por Roque Benavides ha perdido un ‘upgrade’ importante.
“La rentabilidad fuerte de Buenaventura vino por la asociación que tuvo con Newmnont para desarrollar Yanacocha y, después, por la habilidad de comprar ese porcentaje en Cerro Verde, que hoy le genera muchos ingresos. Pero, sus operaciones propias son minas menores y uno de sus proyectos grandes, Conga, no salió, por lo que el hecho de que se desprendan de Yanacocha, siendo un proyecto tan grande y rentable, con un socio tan bueno, me genera cierta tristeza porque había un ‘upgrade’ importante ahí”, asegura.
Mirada futura
Frente a los riesgos que enfrenta la minera peruana para la consecución de sus planes, Romero indica que existen situaciones desfavorables tanto en lo político como en lo social.
“El riesgo social ya lo observaron en la mina Uchucchacua, mientras que la noticia sobre el posible cierre de dos minas auríferas de Hochschild, en noviembre, también les golpeó. Y, en lo operativo, el riesgo está en observar que las leyes de los minerales continúen reduciéndose”, dice.
Finalmente, sobre la posición de Buenaventura sin Yanacocha, la que en su momento fue la mina más grande del Perú y de Latinoamérica, el especialista de Renta4 SAB considera que la compañía tiene una sólida posición en sus concesiones que les permite mejorar el ‘cash flow’ generado.
“Con eso están buscando elevar la vida de sus principales minas y mejorar sus ratios de solvencia. Esto les permite mejorar su posición en el corto y mediano plazo, sacrificando el crecimiento futuro que tendrían con Yanacocha Sulfuros, que extendería la producción de oro de Yanacocha a cobre y plata”, concluye.