Asesoría robótica no convence a los inversionistas canadienses

Royal Bank of Canada no está completamente convencido del surgimiento de la asesoría financiera automatizada, al menos no todavía.

Si bien la plataforma de asesoría robótica del prestamista, RBC InvestEase, ha estado en funcionamiento desde noviembre, tales herramientas automatizadas de inversión en línea han demostrado tener un atractivo limitado hasta ahora, según el jefe de gestión de patrimonio, Doug Guzman. La razón, dijo, es que solo una pequeña parte de la población se siente cómoda con la idea.

"Hemos desarrollado InvestEase y se ve y actúa como los mejores gestores automatizados", dijo Guzman en la sede del banco en Toronto. "No hemos visto a los canadienses correr hacia el servicio", dijo sobre la industria de la asesoría robótica.

Los gestores automatizados surgieron en Estados Unidos hace aproximadamente una década con startups como Betterment LLC y Wealthfront Corp. que amenazan con desafiar a los bancos y revertir el sector inversionista.

La tecnología se extendió a Canadá en el 2014 con la aparición de Wealthsimple y otras empresas antes de que los rivales más grandes revelaran sus propias ofertas, con el Banco de Montreal que se convirtió en el primero de los grandes bancos del país en ofrecer un producto en enero del 2016.

"Las Betterments del mundo en Estados Unidos, las Wealthsimples en Canadá, han demostrado que tal vez una proporción de la humanidad no sea tan grande como alguna vez pensamos", dijo Guzman, y agregó que los gestores automatizados han gastado mucho dinero y tiempo intentando atraer clientes minoristas. "Necesitan ajustarse para que funcione".

Aun así, en cinco años, Wealthsimple ha atraído a 150,000 clientes en Canadá, Estados Unidos y el Reino Unido, y ahora administra más de 4,500 millones de dólares canadienses (US$ 3,400 millones). Royal Bank no revela el monto que InvestEase supervisa.

Guzman comparó las predicciones sobre el éxito de las startups de asesoría robótica con el surgimiento de la inversión directa a fines de la década de 1990, “cuando la gente dijo que Ameritrade y similares iban a acabar con todo el negocio de la riqueza”.