La empresa alemana Allianz SE acordó pagar más de US$ 6,000 millones y su unidad de gestión de activos en Estados Unidos se declaró culpable de fraude de valores, por el colapso de un grupo de fondos de inversión a principios de la pandemia del COVID-19.
Los acuerdos de Allianz con el Departamento de Justicia y la Comisión de Valores de Estados Unidos se encuentran entre los mayores de la historia empresarial, y eclipsan los anteriores conseguidos bajo el Gobierno del presidente Joe Biden.
Gregoire Tournant, el antiguo presidente de inversiones que creó y supervisó los fondos Structured Alpha, ya desaparecidos, también fue acusado de fraude, conspiración y obstrucción, mientras que otros dos exgestores de cartera se declararon culpables.
Los fondos Structured Alpha, que en su día contaban con más de US$ 11,000 millones en activos gestionados, perdieron más US$ 7,000 millones cuando el COVID-19 agitó los mercados en febrero y marzo del 2020.
Los fiscales dijeron que Allianz Global Investors US LLC engañó a fondos de pensiones de maestros, conductores de autobuses, ingenieros, grupos religiosos y otros al subestimar los riesgos de los fondos, y que hubo “lagunas significativas” en su supervisión.
Se dijo a los inversores que los fondos empleaban opciones que incluían coberturas para protegerse de las caídas del mercado, pero los fiscales dijeron que los gestores de los fondos repetidamente no adquirieron las coberturas.
Los fiscales dijeron que los gestores también inflaron los resultados de los fondos para aumentar su salario a través de las comisiones por rendimiento, con Tournant, de 55 años, cobrando US$ 13 millones en el 2019 y convirtiéndose en el empleado mejor pagado de su unidad y el segundo mejor pagado del 2015 al 2019.
Los investigadores dijeron que las tergiversaciones comenzaron ya en el 2014, y ayudaron a Allianz a generar más de US$ 400 millones de ganancias.
En una conferencia de prensa, el fiscal federal Damian Williams en Manhattan dijo que más de 100,000 inversores fueron perjudicados, y que aunque los fiscales estadounidenses rara vez presentan cargos penales contra las empresas, era “lo correcto” en este caso.
A los inversores “se les prometió una inversión relativamente segura con estrictos controles de riesgo diseñados para capear una tormenta repentina, como un colapso masivo del mercado de valores. Esas promesas fueron mentiras. Hoy es el día de rendir cuentas”, indicó.