El acoso sexual laboral (ASL) es un problema que sucede con frecuencia, pero del que se sabe poco y habla menos. Entonces, se hace urgente que las empresas puedan tomar acción para prevenir que suceda o brindar todas las herramientas a las víctimas.
Según ELSA, una herramienta desarrollada por GenderLab con el apoyo y financiamiento del BID, cuando las organizaciones trabajan para prevenir el acoso u hostigamiento sexual laboral, lo pueden reducir hasta en 60%.
La muestra de ello es que bajó en un año de 34% a 12% el porcentaje de trabajadores y trabajadoras que vivió alguna manifestación típica de acoso sexual. Justamente, esta variación responde a que ELSA encuestó en su segunda edición a empresas que ya han trabajado contra el ASL.
Sin embargo, todavía queda trabajo pendiente. Aun cuando se trata de compañías que tienen políticas contra esta problemática, ELSA resalta los miedos de los trabajadores y trabajadoras. Por ejemplo, el 20% -es decir, 1 de cada 5- considera que si denuncia un caso puede tener consecuencias en su trabajo.
Además, solo 1 de cada 10 personas que ha sufrido un caso decide denunciarlo, y la mitad de encuestados no denuncia porque no quieren ser vistos como problemáticos.
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“Si la empresa no adopta medidas proactivas para generar las condiciones adecuadas, para que si existe algún caso -que van a existir- se transmita la seguridad a la víctima de que se le va a escuchar, de que se hará una investigación del caso y se tomarán medidas al respecto, no vamos a mejorar la cantidad de personas que se atrevan a decir qué les pasa”, subrayó Natalia Manso, profesora de la Escuela de Posgrado de la UP.
Manso agregó que el mensaje no puede ser implícito: “Herramientas que se proclamen, se comuniquen, no solo como mensajes, sino a través del comportamiento de jefes, supervisores y altos directivos. En cada oportunidad, recordar que hay política de tolerancia cero”.
Manifestaciones
No es tan fácil para los trabajadores y trabajadoras reconocer que una acción en su contra se trata de ASL. Por ello, ELSA le consulta por manifestaciones particulares, donde un 43.2% dice haber vivido comentarios o bromas de contenido sexual o sexista.
Un 37.7% reconoció haber vivido comentarios sobre su apariencia física o cuerpo que generaron incomodidad, incluyendo también gestos, silbidos o sonidos; y un 23.17% señaló que recibió miradas persistentemente con connotación sexual.
Estrategias que funcionan
Marlene Molero, CEO & founder de GenderLab, destacó cuatro ejes de alto impacto que tienen un rol relevante en la prevención.
Uno está vinculado con la implementación de un sistema de compliance de hostigamiento o acoso sexual laboral. “Por sí mismo no generará un impacto, pero es necesario tener esta gobernanza instalada”, comentó.
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Lo segundo es la comunicación estratégica, que se convierte en pieza clave para hacer efectivo este sistema de prevención. Desarrollar capacidades es el tercer eje. Y, finalmente, está el involucramiento activo de líderes frente al hostigamiento o acoso sexual laboral.
“Tiene que haber una vocería expresa, clara, y básicamente cuando sintamos que repetimos 80 veces el mensaje de tolerancia cero, probablemente es ahí donde nos van a escuchar”, remarcó.
Cifras a considerar
30,819 respuestas fueron consideradas en el ELSA del 2022.
86% de líderes piensa que el ASL ocurre con baja o poca frecuencia.