La inflación en Perú (8.66% en enero), como en otros países de la región, está en niveles elevados y por encima del objetivo de los bancos centrales.
El dato de precios no termina de ceder, y algunos analistas son más pesimistas respecto de cuándo volverá a su meta, que para el Banco Central de Reserva (BCR) es un rango de 1% a 3% anual.
Según la última Encuesta de Expectativas Macroeconómicas, la expectativa de inflación a 12 meses, para el promedio de analistas económicos y del sistema financiero se elevó de 4.30% en diciembre a 4.62% en enero.
Si se analiza a los actores por separado, la expectativa de analistas económicos es que la inflación llegaría a la meta en 2024.
Sin embargo, las instituciones del sistema financiero y empresas esperan que la inflación aún se ubique por encima de su rango objetivo hasta el 2025.
Por su parte, el BCR espera que la inflación se ubique en su nivel meta en el cuarto trimestre del 2023, al estimar una tendencia decreciente de la inflación interanual desde marzo. Ello considera la moderación del efecto de los precios internacionales de alimentos y energía, la reversión de choques de oferta en el sector agrícola local y una reducción de las expectativas de inflación el resto del año.
Eduardo Jiménez, jefe del Sistema de Información de Macroconsult, explicó que, a diferencia de los analistas económicos, las empresas financieras y no financieras tienen un sesgo más pesimista en sus expectativas sobre la inflación.
“Las empresas financieras o no financieras tienen que tomar decisiones en base a indicadores como la inflación, y se ponen en un escenario más pesimista siempre. Hay una suerte de sesgo para estar más atentos a los riesgos. Los analistas económicos tienden a hacer un análisis más en frio, pues hay una mayor libertad técnica al no estar sujetos a alguna decisión”, indicó.
Mario Guerrero, subgerente de Economía del Departamento de Estudios Económicos de Scotiabank, explicó que los analistas económicos son “más sensibles” a la nueva información en sus proyecciones, lo que determina que las modifiquen más rápido que las empresas.
Destacó que las empresas, al tener contacto con el sistema financiero, también toman como referencia las previsiones que este (sistema financiero) tiene sobre la economía.
“En la última encuesta, el sistema financiero está más pesimista. Los analistas (económicos) parecen reaccionar más rápido que las entidades financieras y las empresas a la hora de ajustar sus proyecciones. Como las empresas no revisan sus números todos los meses, esto puede hacer que haya más rigidez en las expectativas que se reporten, y que exista esta brechas con los analistas (económicos), que pueden incorporar factores (nueva información) de manera más rápida y que hacen ceder sus previsiones”, apuntó.
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Expectativas son adaptativas
Según Jiménez, las expectativas, en general, son “adaptativas” respecto a la nueva información de inflación. En tal sentido, cuando se perciba un descenso del dato de precios, se modificarán estas previsiones (sobre la inflación) hacia adelante.
La inflación a 12 meses en Lima Metropolitana se ubicó en 8.66% en enero, nivel superior al de diciembre. Para Macroconsult, la inflación debería seguir al menos por encima de 8% al cierre del primer trimestre y con niveles similares en el segundo.
La entidad espera que el descenso pronunciado en la inflación se dé sobre todo en la segunda parte del año, considerando un efecto estadístico (base alta del 2022). Aunque no descarta riesgos por el lado de oferta de alimentos debido a impactos, aún no “mapeados”, por la escasez de fertilizantes y el fenómeno de la Niña (ausencia de lluvias).
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“Las series de expectativas son adaptativas y dependen mucho de lo que se observa. Hoy la inflación está alta, contrario a lo que estábamos acostumbrados que eran generalmente niveles bajos. Las expectativas (de inflación) se cuadran hacia arriba porque la inflación es alta, pero cuando esta empiece a ceder, estas (expectativas) lo harán también. El año pasado se vio esto; luego de que se alcanzó el pico, las expectativas empezaron a bajar. Ahora tenemos un repunte por el episodio de conflictividad, pero una vez se supere esto, se irán reduciendo (las expectativas)”, apuntó.
Guerrero señaló también el carácter adaptativo de las expectativas, por lo que espera que estas se corrijan a la baja conforme disminuya el dato de inflación observada posiblemente en los siguientes meses.
Destacó que la inflación subyacente (aquella que deja al margen el componente volátil, como energía y alimentos) sería foco de atención para el cambio de las expectativas.
“En buena medida, las expectativas dependen mucho de los datos (de inflación) mes a mes y en función de eso se ajustan. Tiene ese sesgo. Ahora la expectativa es que la inflación descienda, pero lentamente. Si es que la velocidad de desaceleración sorprende, probablemente ayude a que las expectativas se ajusten rápido hacia el rango meta (del BCR). La mayoría del mercado está esperando una desaceleración de la inflación en marzo, por lo que probablemente la inflación de abril, mayo o junio sean más relevantes para cambiar las expectativas”, afirmó.
Datos
- La inflación en Perú salió del rango meta en junio del 2021, cuando ascendió a un nivel interanual de 3.25%.