La oferta neta global —el total de emisiones de acciones, restándole las exclusiones de bolsa y las recompras— totalizó US$ 320,000 millones en los primeros 10 meses del 2020, lo que implica un total de US$ 380,000 millones en todo el año, según estima Panigirtzoglou, que ha seguido de cerca la tendencia de un indicador que mide el volumen de acciones en todo el mundo. (Foto: REUTERS/Kim Kyung-Hoon)
La oferta neta global —el total de emisiones de acciones, restándole las exclusiones de bolsa y las recompras— totalizó US$ 320,000 millones en los primeros 10 meses del 2020, lo que implica un total de US$ 380,000 millones en todo el año, según estima Panigirtzoglou, que ha seguido de cerca la tendencia de un indicador que mide el volumen de acciones en todo el mundo. (Foto: REUTERS/Kim Kyung-Hoon)

Los inversores alcistas en los mercados de valores, entusiasmados con las noticias prometedoras sobre la y la perspectiva de una presidencia estadounidense más predecible, pueden tener otro motivo de celebración: el aumento previsto de la oferta mundial neta de acciones no muestra señales de materializarse.

Los últimos diez años de disminución del volumen de nuevas acciones disponibles para comprar ayudaron a alimentar la racha alcista más larga de la historia, pero era previsible que la pandemia revirtiera la tendencia, al obligar a las empresas a detener las recompras de acciones, optando en su lugar por sacar activos a bolsa para apuntalar sus balances.

De hecho, la oferta total de acciones ha aumentado, habiéndose colocado en el mercado más de US$ 700,000 millones en todo el mundo entre enero y setiembre, según Refinitiv. Y las recompras de acciones, a las que durante mucho tiempo se culpó de drenar los mercados de valores en los que se puede invertir, cayeron drásticamente.

Sin embargo, todo ello se ha visto contrarrestado por volúmenes de fusiones y adquisiciones superiores a los previstos y compras financiadas con deuda, que por lo general sacan acciones de circulación. Si esa tendencia continúa —y hay indicios de que así será—, es posible que no remita la disminución de la oferta de acciones en términos netos, al menos por el momento.

“A principios de este año, todos temíamos que tendríamos un gran aumento de la oferta de renta variable en términos netos debido al colapso de las recompras y el aumento de las ofertas de acciones. Pero, si acaso, la oferta de acciones parece estar por debajo del nivel del año pasado”, dice el analista de JPMorgan, Nikolaos Panigirtzoglou.

La oferta neta global —el total de emisiones de acciones, restándole las exclusiones de bolsa y las recompras— totalizó US$ 320,000 millones en los primeros 10 meses del 2020, lo que implica un total de US$ 380,000 millones en todo el año, según estima Panigirtzoglou, que ha seguido de cerca la tendencia de un indicador que mide el volumen de acciones en todo el mundo.

Su pronóstico para todo el año estaría por debajo de la oferta neta de US$ 450,000 millones del año pasado y es la mitad de lo que había proyectado en junio.

La cifra de Estados Unidos hasta la fecha es de solo US$ 8,000 millones, aunque podría ser el primer año de oferta neta positiva desde el 2014.

“No tengo razones para esperar que el actual panorama de una oferta baja vaya a cambiar”, dice Panigirtzoglou.

Las bolsas mundiales están en niveles récord gracias a una ola de abundantes estímulos, al resultado de las elecciones de Estados Unidos y a las esperanzas de una vacuna viable para la pandemia de COVID-19. Muchos bancos de inversión predicen otro repunte del 20%-25% en el 2021, a medida que la economía mundial se recupere, y que el desequilibrio entre la oferta y la demanda de acciones ayude al menos de manera marginal.

Compras y recompras

Como muchas otras cosas, el panorama puede depender de cuándo esté disponible una vacuna; una perspectiva económica más favorable podría acelerar el ritmo de las fusiones de empresas y las compras apalancadas (LBO), que han erosionado el volumen de capital en “free-float” o libre flotación —es decir, capital que cambia de manos en el mercado— este año.

Hasta la fecha, las compras apalancadas por firmas de capital riesgo están un 6% por encima de los niveles de hace un año, en más de US$ 158,000 millones, según datos de Refinitiv. Un volumen de fusiones y adquisiciones de US$ 2.9 billones también superó las expectativas, que apuntaban a un hundimiento de estas operaciones, y están solo un 10% por debajo de los valores de hace un año.

Esta tendencia también se vio acentuada por una fuerte caída de los costes de los préstamos, incluida la deuda de elevados rendimientos, que se utiliza en las compras apalancadas, debido a las ingentes cantidades de fondos que han inyectado los bancos centrales.

“Las transacciones de capital riesgo no van a desaparecer y las empresas con balances sólidos tratarán de hacer operaciones ya que el acceso al capital está ahí”, dice Richard Saldanha, gestor de cartera de Aviva Investors.

“Cuanta más confianza tengamos en torno a la eficacia de la vacuna, más operaciones se llevarán a cabo, lo que da a las empresas confianza desde la perspectiva de la asignación de capital”.

Asimismo, Saldanha considera que aunque los volúmenes de las salidas a bolsa seguirán creciendo, la explosión de cotizaciones secundarias de empresas ávidas de efectivo debería disminuir.

¿Y qué pasa con las recompras, que estaban bajo un intenso escrutinio político y regulatorio incluso antes de la pandemia?

Durante años, los mayores compradores de acciones estadounidenses fueron las propias empresas -una tendencia que también se propagó a Asia y Europa-, pero los volúmenes de recompra mundiales del 2020 han caído a unos US$ 250,000 millones, menos de un tercio de los niveles del 2019, según datos de JPM.

Las recompras del segundo trimestre del S&P500 totalizaron US$ 88,700 millones, según los índices S&P Dow Jones, el volumen más bajo desde el 2012. Sin embargo, un índice de S&P de recompras ha subido ligeramente en los últimos tiempos, posiblemente debido a los anuncios multimillonarios de gigantes ricos en efectivo como Berkshire Hathaway y Microsoft.

Las recompras del tercer trimestre del S&P500 podrían ascender a US$ 100,000 millones, según estimaciones preliminares de Howard Silverblatt, analista principal de los índices S&P Dow Jones. Pero las recompras siguen siendo “muy altas”, con un 80% proveniente de las 20 empresas más grandes, añadió.

Las recompras aumentan los beneficios por acción de los inversores y Morgan Stanley predice que esto continuará, aunque de forma moderada. Las recompras provocarían el próximo año un incremento de “un porcentaje de un dígito bajo de acciones en circulación” (es decir, en torno al 1%-3%), añadiendo US$ 3 al beneficio por acción del S&P500, según Morgan Stanley.