Junio marca el inicio de los envíos de mayores volúmenes de palta Hass de Perú a Estados Unidos. Para este 2022, los productores peruanos proyectan un crecimiento del volumen exportado a este destino de hasta 25% respecto al 2021, lo que se traduce en 250 millones de libras de palta (aguacate como se le conoce en algunos países) colocadas en las mesas de los estadounidenses.
Pese al auspicioso año, los exportadores de palta de Perú están enfrentando un incremento de 100% en el costo de las tarifas navieras respecto al 2021 y, comparado contra el 2019, el aumento es de 130%, lo que se traduce en pérdidas para los productores.
“En el 2019 se pagaba por contenedor entre US$ 4,000 y US$ 5,000, pero este año se registran aumentos que no tienen ningún sentido. Para ponerlo en números, los exportadores peruanos de palta pagarán US$ 125 millones de más a las navieras este año”, calcula José Antonio Castro, presidente de la Comisión Peruana de la Palta con sede en Estados Unidos (PAC, Peruvian Avocado Commission).
Dicha situación -agregó- resta competitividad a la palta peruana en Estados Unidos frente a la fruta que llega de California o de México, país que no debe pagar tarifas navieras por su cercanía a dicho mercado. Todo esto, en un contexto en el que, además, Perú comenzará a competir con los aguacates del estado mexicano de Jalisco, que realizará sus primeros envíos a Estados Unidos en las próximas semanas.
Aunque la PAC, bajo la ley de promoción de la palta, informó que este año destinará un presupuesto sin precedentes de US$ 6 millones para promocionar e incrementar el consumo de palta hass peruana en los hogares norteamericanos; las altas tarifas navieras ponen en riesgo el poder exportar más volumen a dicho mercado.
“Un aspecto importante y que debe llamar a la reflexión a las navieras que operan en el Perú, es su participación y responsabilidad directa en la economía del país. Sus tarifas generarán alzas de precios de todos los productos, sobre todo, los de primera necesidad y esto se puede traducir en serios problemas de inestabilidad social”, dijo a Gestión.pe.
Respecto al precio de la palta, Castro alertó que se están registrando los precios más bajos de los últimos seis años por muchos factores, entre ellos, el costo logístico.
Medidas de la Casa Blanca
La preocupación por las altas tarifas de las empresas navieras empieza a escalar a niveles de gobierno. El último lunes (12 de junio), el senado de Estados Unidos aprobó un proyecto de ley de Reforma del Transporte Marítimo con el que se busca, entre otros, reducir el costo del envío marítimo.
La propuesta fue promulgada en la víspera (jueves) por el presidente Joe Biden, quien calificó de “prácticas injustas” el alza de las tarifas del transporte marítimo pues contribuyen con el aumento de la inflación.
¿Tendrá esta ley un impacto en los envíos de Perú a Estados Unidos? “No lo creo”, menciona Castro. Al menos no hasta que la tarifa naviera baje de los US$10,000 (precio actual) a los US$ 5,000.
“Las tarifas navieras siempre se han regido por el libre mercado, en todo caso, bajo las actuales circunstancias globales, cualquier reducción de las tarifas no significará necesariamente mayores ganancias, aunque sí reducirá el nivel de pérdidas de los productores”, anotó.
Extraordinarias ganancias
En mayo último, la consultora estadounidense Blue Alpha Capital reportó que durante el primer trimestre del 2022, la industria naviera registró un ingreso neto por US$ 59,300 millones, una mejora de 300% respecto a similar período del 2021; marcando el sexto trimestre consecutivo de los ingresos netos más altos de la industria, y más alto en comparación a los resultados de las principales empresas tecnológicas como Facebook o Netflix.
CMA CGM y Maersk lideraron la lista de empresas marítimas que mejores ingresos obtuvieron en el período de análisis. La primera logró una ganancia de US$ 7,500 millones en el primer trimestre, la segunda, de US$ 6,700 millones, según la consultora.
Pero no solo son altos precios. Vladimir Kocerha, exconsejero económico comercial de Perú en China, informó que las navieras -como en el caso de Evergreen- estarían solicitando a los exportadores firmar una carta que las exonera de cualquier reclamo por demora en la travesía pese a que ello afecta la calidad del producto y, en consecuencia, su precio.