Redacción Gestión

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PASO A PASO. Ayer se dio a conocer el crecimiento del producto bruto interno () para el mes de agosto. La cifra de 4.3%, a primera vista, no es nada agradable (la segunda más baja del año). Pero por inusual que parezca, esta puede ser una buena noticia. Veamos.

Los datos de agosto arrastran consigo el bache harto comentado que sufrió nuestra economía hace poco. Como se recordará, una combinación de factores externos –reducción en los precios de los minerales, condiciones de financiamiento más ajustadas– y factores internos –crisis de confianza– ralentizaron el ritmo de crecimiento al cual nos habíamos acostumbrado. Lo positivo es que agosto parece marcar el punto más profundo de este episodio.

En setiembre, pues, todos los indicadores de confianza empresarial que mide el mejoraron (con excepción de dos que se mantuvieron). El más importante de ellos, el índice de expectativas económicas a tres meses, volvió a terreno positivo después de haber estado en el lado opuesto en agosto.

Se dirá que los resultados de una encuesta de percepciones, que es finalmente lo que mide el BCR, no son tan confiables como lo son datos concretos. En la misma línea, no obstante, apuntan las cifras de la . La recaudación en setiembre creció 8.3% más que en agosto para lograr el récord en lo que va del año. Esto, gracias a la consolidación de los ingresos por IGV, que refleja un dinamismo en la demanda interna. De igual forma, la producción de electricidad aumentó 6.5% en setiembre (en comparación con el 5.4% de agosto) respecto al año anterior y el monto de cheques recibidos por la banca a nivel nacional creció 2.6% en setiembre respecto al promedio mensual enero-agosto.

Pero tampoco podemos pecar de ilusos. La manufactura, uno de los pocos sectores que mide directamente, se contrajo en 1.2% en agosto, principalmente por la actividad no primaria. Los despachos de cemento en setiembre crecieron en un pálido 1.3% y las ventas de autos nuevos solo aumentaron en 0.3% el mes pasado. Además, con el crecimiento de agosto, se hace cada vez más improbable llegar a la meta anual de 5.7%.

Todo indica que la recuperación no será fugaz, particularmente para ciertos sectores de la economía. Lo importante, no obstante, es notar que los datos de agosto reflejan el pasado y no el presente. En el presente estamos mejorando… Poco a poco.