El Organismo Nacional de Sanidad Pesquera (Sanipes) prepara para este 2023 algunos ajustes a su Dirección de Sanciones -creada apenas hace un año- respecto a la fiscalización a las empresas y laboratorios que conforman la industria pesquera y la actividad acuícola. Pedro Saravia, presidente ejecutivo del organismo, adelantó a gestion.pe las coordinaciones con el Ministerio de la Producción (Produce) para cumplir con sus objetivos de corto plazo.
Cabe indicar que Sanipes tiene como rol supervisar, fiscalizar y normar la sanidad e inocuidad en toda la cadena pesquera y acuícola. Solo en el último año, dicha autoridad impuso sanciones a cinco empresas pesqueras por no cumplir estándares mínimos -como a Inversiones Generales del Mar S.A.C. en setiembre del 2022- pese a no contar con el número de personal de fiscalización requerido y tampoco abogados.
De hecho, desde enero del 2022, Sanipes espera que el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) apruebe un incremento de recursos para elevar a más de 50 el número de fiscalizadores a nivel nacional. A la fecha solo cuenta con 12 personas. ¿Por qué elevar el personal? “Buscamos, este año, darle mayor énfasis a nuestra dirección de sanciones”, anotó Saravia en diálogo con este diario.
“Nosotros no tenemos mucha injerencia en los laboratorios de apoyo a la pesca y hemos detectado que algunos no están haciendo una labor eficiente, abusando de la concesión que otorgamos, pese a estar ubicados en las zonas de mayor producción como Chimbote (Áncash) y Sechura (Piura) y no tenemos esa capacidad de sancionar. Ahora seremos un poco más drásticos, con sanciones que podrían ir desde quitarle la concesión o, incluso, dependiendo de la magnitud del problema, podríamos llevarlos ante el Poder Judicial, es una práctica que implementaremos este año”, dijo.
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Los laboratorios que menciona el funcionario intervienen como apoyo en las actividades de inspección y/o ensayo para la Certificación y Control Oficial Sanitarios para las empresas del sector, entre ellos, haciendo ensayos como la detección de salmonella, por ejemplo.
Elevar la fiscalización es clave -dice Saravia- para seguir posicionando al Perú como un proveedor que asegura la inocuidad y calidad de sus productos. Durante el 2022, Sanipes recibió la visita de sus pares de Corea del Sur, con quienes se logró flexibilizar parte del protocolo fitosanitario para algunos productos acuícolas; también llegaron representantes de la comisión sanitaria de la Comisión Europea y en febrero de este año, recibirá a sus pares de Rusia y de la FDA de Estados Unidos.
En esa línea, un segundo punto que implementará el organismo es la obligatoriedad de la trazabilidad por cada embarque pesquero o acuícola, sea de harina de pescado, congelado o aceites. “Antes lo hacíamos de manera aleatoria. Ahora se pediré la trazabilidad a todos”. Si bien el incumplimiento de esta nueva disposición -que aún no tiene una fecha exacta de inicio- no condicionará la entrega del Registro Sanitario, “servirá para mantener la alta calidad e inocuidad de los productos a favor del consumidor”.
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Conchas de abanico en Sechura
De otro lado, Saravia recordó que el 80% de la concha de abanico de la Bahía de Sechura -uno de los principales productos de exportación acuícola del Perú- se exporta a la Unión Europea, bajo la condición de cumplir con los requisitos sanitarios que impone La Dirección General de Salud y Seguridad Alimentaria de la Comisión Europea (DG SANTÉ, por siglas en inglés), entre ellos, que la bahía sea reevaluada sanitariamente cada 10 años. La última evaluación se realizó en el 2011.
“De no cumplir con esta reevaluación corremos el riesgo de que la DG SANTÉ nos retire del listado de países que pueden exportar conchas de abanico a la Unión Europea”, advirtió el Produce en enero del 2021.
Según el Ministerio de Comercio Exterior y Turismo (Mincetur), la Unión Europea concentra el 67 % de los envíos de concha de abanico desde nuestro país, y su demanda viene en aumento. Tal es así que entre enero y mayo del 2022, los envíos totales de este recurso hidrobiológico ascendió a US$ 54.4 millones, un crecimiento de 10 % respecto a lo obtenido en ese mismo periodo del año 2021 (US$ 49,4 millones).
Según Saravia, dicha reevaluación culminará recién en abril del 2023, sin embargo, está sujeto a la incorporación de presupuesto asignado para culminar el proyecto. “A la fecha se ha culminado los monitoreos y se viene realizando el informe preliminar de los resultados”, anotó.
Por otro lado, pese a que, en 2006, bajo Resolución Ministerial Nº 293-2006-PRODUCE, se prohibió la extracción del recurso concha de abanico en los bancos naturales del área de la isla Lobos de Tierra, la extracción de semilla de concha de abanico continúa, y es trasladada principalmente a la Bahía de Sechura, sin un control adecuado. Aunque el Produce formuló un informe, Sanipes indicó que para determinar la evaluación para la clasificación sanitaria de la Isla lobos de tierra, aún falta seis monitoreos más.
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Langostino peruano
Otro rol de Sanipes es impulsar el ingreso de nuevos productos a los mercados internacionales. Para este año, el organismo tiene previsto culminar las negociaciones con la autoridad sanitaria de Tailandia (DOF) para la exportación de crudo congelado. Un similar trámite se ha comenzado con las autoridades mexicanas.
A nivel acuícola, Saravia indicó que se destinará un presupuesto de S/ 2 millones para el proyecto de mitigación de impacto económico de las enfermedades infecciosas en la trucha arco iris mediante el fortalecimiento de la gestión sanitaria, el que será aplicado en Puno, Cusco, Junín, entre otras regiones productoras. Asimismo, se tiene previsto que centros de producción acuícola queden exonerados del pago de proceso de formalización.