En los últimos cien días, el país registró uno de los giros más dramáticos de su historia, solo comparable con la recesión que produjo la guerra del Pacífico. La llegada del COVID-19 al país no solo significó la trágica pérdida de miles de compatriotas, sino también significó una etapa de incertidumbre económica que ha afectado especialmente a las familias más vulnerables.
Luego de un más de tres meses transcurridos, al posar la mirada sobre lo que resta del 2020, ¿qué le depara a la economía nacional en los próximos meses? Para conversar el tema, Gestión.pe conversó con Carlos Parodi, economista de la Universidad del Pacífico, quien dio detalles de sus expectativas económicas ad-portas de empezar el segundo semestre de un año catastrófico.
La peculiaridad de la reactivación económica del Perú, explica Parodi, es que se están tratando de arrancar los motores económicos “en un contexto en el que los contagios y los fallecidos siguen subiendo”.
“Eso va a determinar qué tan rápido se va abrir la economía. Las empresas van a funcionar con una capacidad limitada, pero no se va abrir más la economía como se está abriendo en Europa porque los contagios siguen subiendo. Así, una empresa que usualmente vendía 10, y que ha estado vendiendo cero por la cuarentena, ahora venderá cuatro. No va haber una recuperación empresarial fuerte, por lo menos, mientras duren las restricciones”, señala Parodi.
Indudablemente, este panorama significará que el empleo no se va a recuperar rápido y mucho menos a niveles pre COVID-19, indica el economista.
Los cuatro motores de la economía
La economía nacional tiene cuatro bastiones en los que fundamenta su crecimiento y su solidez. Estos son el consumo privado, la inversión privada, la inversión pública y las exportaciones, explica el economista.
“El consumo privado depende básicamente de los ingresos que tengo, y eso depende de los empleos que tengo. Si los empleos no aumentan, el consumo privado no va a crecer. El consumo privado va caer entre -10% y -12%, cuando usualmente crecía entre 3% y 3,5% cada año. (…) En el caso de las exportaciones, todos coinciden en que el comercio internacional se va a caer este año. La UNCTAD sacó un comunicado en el que esperaba que el comercio mundial cayera 27% este año”, explica el economista de la Universidad del Pacífico.
Un tercer motor, y quizás el más importante de todos, es la inversión privada. Teniendo en cuenta que la confianza para invertir se deprime en este contexto, Parodi recalca que hay algunos hechos que no aportan a generar credibilidad para la inversión en el país. Tal es el caso de las medidas aprobadas recientemente por el Congreso, como la suspensión del cobro de los peajes.
“La inversión privada va depender de que las reglas de juego se mantengan. Por ejemplo, la medida del Congreso con los peajes no es algo que sume. Otro factor relevante son las elecciones del 2021. Las crisis de cualquier tipo son un terreno muy fértil para propuestas populistas que violan los principios del análisis económico convencional. Lo malo está en que son medidas que podrían funcionar en el corto plazo, pero después terminan perjudicando a quienes supuestamente iban a beneficiar. La inversión privada va a ser lenta en reaccionar. El principal motor de la economía peruana, que es la inversión privada, se va a mover muy lentamente”, señala el economista.
Así, la principal apuesta para tratar de hacer menos dolorosa la caída de la economía es la inversión pública. Si bien la inversión pública representa solo el 20% de la inversión total en el país, para Parodi debe mostrarse como un mecanismo para que se gatille el deseo de inversión en el sector privado. Sin embargo, señala que la credibilidad en el Gobierno ahora se encuentra resquebrajada.
“La inversión pública está vinculada en este caso al programa llamado Arranca Perú. Es un shock de inversión pública de S/ 6,000 millones que va a crear empleo temporal en cuatro sectores: transporte, vivienda, agricultura y trabajo. Se prevé que se crearían un millón de empleos. La primera cosa, que es básica de decir, es que no sabemos cómo se va a financiar. Sin embargo, hay que ser muy eficiente para que esto funcione. Esto programa se va hacer a través de los gobierno regionales y municipales y esto para mí es un error por la ineficiencia y por la corrupción. Así lo han demostrado la entrega de las canastas”, indica el economista.
Una segunda cuarentena, el peor de los escenarios
Con un panorama tan complicado, para Parodi la recuperación de la economía a niveles pre COVID-19 se daría recién a fines del 2021 e inicios del 2022, pues la paralización no ha significado una destrucción de la capacidad productiva del país.
“No creo que haya pérdida de capacidad productiva porque las bases económicas siguen estando ahí. Se ha dañado la economía, pero no la ha destruido. Los fundamentos siguen sólidos. Es cierto, ha crecido el déficit fiscal pero lo básico sigue estando ahí”, señala Parodi.
Sin embargo, teniendo en cuenta que aún no se controla la escalada de la enfermedad, ¿qué sucedería en caso de rebrote y una segunda cuarentena se hace obligatoria? Para Parodi, este escenario, el peor de todos, si significaría una pérdida de capacidad productiva, es decir una destrucción de la economía, lo cual pone el panorama más catastrófico aún.
“Creo que sería fatal. He jugado con los dos escenarios y si es que hay un rebrote, la recuperación sería al 2024. Esto porque el Gobierno ya no tiene más dinero para gastar, el Banco Central no puede emitir más, los médicos ya están frustrados, las fuerzas armadas van a sentir que lo que hicieron fue por gusto. Ahí sí habría destrucción de capacidad productiva porque ya la población no da más. En el caso de las microempresas pueden decidir que se acaba todo, y se dedican a ser ambulantes, por ejemplo. La mejor política pública ahora es contener los contagios. Eso permite abrir la economía a un mejor ritmo”, señala el economista.
En ese sentido, Parodi salta del plano económico al político y desliza la posibilidad de realizar cambios en el gabinete pues es momento, dice, de que los liderazgos se consoliden y sean efectivos.
“Es fundamental un liderazgo más efectivo y más claro que inspire credibilidad en la inversión privada porque de lo contrario no hay como mover la economía. Se necesita tratar de que el Estado funcione mejor. Mi impresión es que el Estado no se alió con el sector privado. Lo que es clave es que el Gobierno recupere liderazgo y para ellos se requiere el cambio de algunos ministros y por el lado de la población trabajar manteniendo la distancia. No estoy diciendo que no salgan a trabajar, lo que estoy diciendo es que salgan a trabajar pero mantengan distancia y usen mascarillas”, finaliza el economista.