Redacción Gestión

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El Instituto de Economía y Desarrollo Empresarial (IEDEP) de la Cámara de Comercio de Lima (CCL) señaló que con un crecimiento aproximado de 4.7% para nuestra economía y en un contexto de incertidumbre respecto a la actividad económica mundial, la tasa de la pobreza total se reduciría a 27.0% en el 2012, lo que significa que el número de personas pobres disminuya en alrededor de 162,000 personas.

En tanto, para el 2013, tomando la tasa de crecimiento de 6% del Marco Macroeconómico Multianual (MMM) 2013 – 2015, del Ministerio de Economía y Finanzas (MEF), el índice de pobreza bajaría a 24.7%.

Por regionesUn análisis por regiones naturales muestra que la pobreza sigue incidiendo en un mayor porcentaje en la sierra (41.5%) seguido por la selva (35.2%) y un reducido porcentaje en la Costa (17.8%).

De acuerdo al gremio, estos resultados muestran no solo que el bajo crecimiento es insuficiente para impactar en la pobreza, sino también que la pobreza reflejada en sus diversas manifestaciones, como el limitado acceso a los mercados financieros, el bajo nivel de calidad de educación y salud, y el poco desarrollo de su infraestructura y productividad, se convierten en obstáculos para alcanzar un mayor crecimiento económico.

Señaló que a través del crecimiento alto y sostenido de la economía, que permite crear puestos de trabajo estables, mejorando así el ingreso familiar y la calidad de vida de las personas, los niveles de pobreza se redujeron significativamente en el país, pasando de 54.8% en el 2001 a 27.8% en el 2011, es decir 2.7 puntos porcentuales de disminución por año.

Sin embargo señaló que, a través del incremento de la recaudación tributaria y la disponibilidad de mayores recursos para ser destinados a la población que se encuentre en situación de pobreza (en particular extrema), vía los programas sociales como apoyo temporal, no se ha alcanzado una importante efectividad a la hora de enfrentar la pobreza, debido a los problemas de ineficiencia, filtraciones, errores en la focalización y debilidad en el diseño y manejo de los programas sociales.