El contexto de elecciones y el posterior nombramiento del nuevo presidente de la República han traído efectos en la economía peruana a través de las expectativas de los agentes. Puntualmente, esto tiene repercusión en variables conocidas como el tipo de cambio, pero también en otras como la oferta de crédito, siendo un caso particular el microcrédito.
Según el gerente central de Negocios de Caja Arequipa, Wilber Dongo, el segmento microfinanciero recuperó, entre setiembre del 2020 y abril del 2021, alrededor del 85% de sus colocaciones que tenían antes de la pandemia. Sin embargo, en junio y julio estas colocaciones cayeron por una oferta más prudente respecto a la elección de nuevos clientes, y también por una menor demanda por financiamiento.
Esto estaría explicado, en principio, por el contexto de elecciones y la posterior situación de incertidumbre política ya con los resultados establecidos.
“Se tiene temor de las políticas económicas que aún no son detalladas y nombramientos en puestos clave como el BCR, a pesar de que ya se han hecho algunos anuncios. La incertidumbre hace que las áreas de riesgo den una alerta y paralicen un poco la oferta de crédito”, explicó.
En el mismo sentido, Marcelino Encalada, gerente de Negocios de Caja Piura, señaló que para el segundo semestre se ha generado un panorama incierto. Ante ello, se está a la espera de que se defina el entorno económico para continuar, de la manera que se esperaba, con el crédito a la micro y pequeña empresa (mype).
“El año empezó bien y se vislumbraba una recuperación. No obstante, además de los contagios, a partir de los resultados de la primera vuelta el contexto cambió. Esto influyó en el escenario financiero, en donde algunos clientes incluso han dejado de pagar”, indicó.
De manera particular, señaló Escalada, el alza del tipo de cambio ha aumentado los precios de bienes afectando el consumo, lo cual repercute en menores ventas de los clientes y, con ello, menor demanda de financiamiento para sus negocios.
Sobre la oferta estacional
Según Dongo, desde antes de la pandemia, las campañas estacionales como las navideñas han sido un poco desplazadas por una oferta permanente con el cliente, en donde ya se no se ofrecen menores tasas de financiamiento en fechas puntuales. Aunque algunas entidades las mantienen con, por ejemplo, campañas de compra de deuda.
En este contexto, la toma de deuda ha sido pactada con meses de anticipación para financiar sus gastos en diciembre. No obstante, esto no es notorio en la actualidad, pues, como indica Dongo, julio ha sido un mes “bajo” en cuanto a colocación de créditos, y no se espera que en agosto haya gran mejora.
En el mismo sentido, tampoco se espera que se ofrezca abiertamente montos mayores, como se hacía en campañas navideñas, pues si no hay un mensaje más alentador desde las autoridades políticas y económicas, probablemente las ventas de las mypes sean menores, lo cual incluso también desalentaría a que estas tomen una deuda mayor.
“No creo que hayan ofertas de rebajas de tasas, pues no sabemos el impacto que se de en la economía. Hay presiones para subir la tasa de interés pasiva (para depósitos) y, con ello, la tasa activa (de préstamos)”, señaló.
Escala, por su parte, comentó que las campañas navideñas, dirigidas especialmente a financiar capital de trabajo, se darían independientemente del contexto. No obstante, estas serían con una mayor restricción, pues las condiciones también están sujetas al riesgo.