El café representa un sector productivo importante para la economía nacional, pues se produce en más de15 provincias del país y provee ingresos a más de 220,000 productores. Por ello es vital conocer las propuestas y estrategias que otros países implementan para promover su consumo interno, para que el café sea considerado como representativo en la economía peruana.
Analizaremos el caso de Perú, comparándolo con otros países de la región que hayan aplicado políticas de promoción de consumo como Brasil, Colombia, México y Costa Rica.
Con excepción de Perú, todos estos países han aumentado en al menos 10% su consumo interno, destacando el caso de Colombia que aumentó en 58%.
¿Por qué y cómo se ha logrado esto? El análisis del consumo debe realizarse de manera individual. La Organización Internacional del Café (ICO) propone el índice de consumo/producción como una medida de comparación.
Para el año 2008, el índice peruano fue de 6.5%, mientras que en el año 2020 fue de 6.6%, estático en términos reales y absolutos.
En ese mismo periodo México y Costa Rica incrementaron el indicador a 60.5% y 24.3% respectivamente. Adicionalmente, los indicadores de Brasil y Colombia disminuyeron levemente, pero esto debido a que han incrementado su producción; en términos absolutos ambos países consumen mucho más que en el año 2008. (Ver cuadro)
La Organización Internacional del Café (ICO) señala que es importante considerar que la producción de estos países pertenece a 3 grupos distintos.
La producción de Brasil se considera en el grupo de arábicas brasileños y otros arábicas naturales, la de Colombia en el grupo de arábicas suaves colombianos, y la de México, Costa Rica y Perú en el grupo de otros arábicas suaves.
En promedio, los países consumen parte de sus mejores cafés.
Cada país productor tiene al menos una organización reconocida por el Estado como la representante del sector privado de café: la FNC (Federación Nacional de Cafeteros) en Colombia, ICAFE (Instituto del Café) en Costa Rica, AMECAFE (Asociación Mexicana de la Cadena Productiva del Café) en México y ABIC (Asociación Brasilera de la Industria de Café) en Brasil.
Cada una de ellas analiza el consumo interno de café y da la mano con el diseño y alineamiento de políticas gubernamentales, estableciendo metas de consumo interno. De esta manera, se incide favorablemente en el equilibrio económico entre las variables de producción y consumo interno. Cada política y acción es particular, no necesariamente comparables y varían según la prioridad que cada país establezca.
Alrededor del año 2008 Colombia, Costa Rica y México empezaron a trabajar casi simultáneamente el desarrollo de acciones encaminadas a la promoción del consumo interno de café. Brasil empezó en el año 1989, dos décadas antes que otros productores, ampliando así año a año su experiencia en estrategias de promoción del consumo. El objetivo siempre fue ampliar la ratio del consumo.
Los países en mención tienen en común que han utilizado la Guía para promover el consumo de café en países productores, desarrollada por la Organización Internacional del Café (ICO), en todos sus programas de promoción de consumo interno. Según la guía ICO, para que el programa tenga éxito los países deben tener en cuenta las diferencias económicas, sociales y culturales; además de las condiciones de mercado, hábitos de consumo y su propia historia de consumo, pues los programas deben ser concebidos para responder a características locales.
-Lo que hicieron los países para incentivar el consumo de café-
Brasil: comienza en 1989 con los programas de pureza y calidad, brindando confianza al consumidor sobre el producto: se toma café y no otra bebida; además se acompaña con información de los beneficios para la salud.
Posteriormente, implementa diferentes programas individuales, cada una con una marca que lo identifica, promueve y apunta al incremento del consumo.
Actualmente ABIC promueve su programa de calidad del café con el objetivo de educar al consumidor en temas referentes a las cualidades sensoriales del producto.
Asimismo, instituye un programa interno de acreditación para las tiendas de café, hoteles y restaurantes. De manera que se asegura que utilicen granos de calidad. Así, se fomenta la cultura de café en el país.
Costa Rica: difunde en su campaña de promoción mensajes en medios masivos de comunicación, enfocándose principalmente en destacar el café como parte de la cultura y tradición del país, al mismo tiempo haciendo énfasis en los beneficios de la bebida para la salud.
México: hace cumplimiento de la guía ICO para su programa de promoción, éste se caracteriza por el desarrollo de una serie de estrategias en torno a la educación y cultura del café. Incluye un conjunto de conferencias y ferias especializadas en temas cafeteros que promueven los beneficios del café para la salud y el acercamiento de productores y consumidores.
Asimismo, cuenta con el respaldo de instituciones gubernamentales nacionales e internacionales para garantizar la credibilidad y efectividad del proceso de incrementar la penetración en el mercado.
Colombia: contempla en su campaña de promoción de consumo interno dos componentes principales: publicidad y pedagogía.
Su estrategia tiene como eje central la creación de una marca colectiva que incita a los consumidores a vivir momentos placenteros a través del café, mientras que su línea pedagógica promueve las bondades saludables del café para disipar las concepciones negativas que limitan el consumo.
Perú cuenta con un Plan Nacional de Acción del Café Peruano, el cual dentro de sus objetivos ha establecido que al 2030 se debe haber incrementado el consumo interno per cápita de café en 30%.
Además, existen organizaciones de productores como la JNC (Junta Nacional del Café), organizaciones de empresas privadas como la Cámara Peruana del Café y Cacao, y unidades públicas de promoción.
Sin embargo, el país carece de una estrategia articulada de promoción. Abundan eventos dispersos y acciones fragmentadas que no logran sinergias ni complementariedad.
Esto podría explicar por qué el consumo interno aparentemente no presenta cambios significativos en los últimos trece años.
Es una tarea sincerar este dato con un estudio serio de mercado, lo más fidedigno posible a la realidad nacional, dónde gran parte del consumo sucede en puntos de venta pequeños y en regiones, que no suelen ser incluidas en los estudios formales.