La exportación de café peruano creció 78.5% entre enero y julio, luego de sumar US$ 392.9 millones, según datos de la Asociación de Exportadores (Adex). Sin embargo, la próxima entrada en vigencia de la nueva normativa para la exportación a la Unión Europea (UE) pone en riesgo los envíos de los últimos meses del año.
De acuerdo con información del Ministerio de Desarrollo Agrario y Riego (Midagri), el 50% del café peruano de exportación se envía a la Unión Europea. Pero, a partir de enero del 2025, esta zona impedirá el ingreso a su territorio de productos que procedan de zonas deforestadas.
Si bien la vigencia de la normativa arranca el próximo año, el especialista de la cadena del café y cacao del Midagri, Jorge Figueroa, señaló que los volúmenes que se enviarán en los siguientes meses del 2024 ya deben tener los requisitos listos, teniendo en cuenta el tiempo que toma llegar al destino.
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“A partir de octubre o noviembre, tiene que estar en regla [los requerimientos]. [La UE] tiene varios requisitos que piden sobre todo de derechos laborales, derechos humanos, derechos de titularidad, además de la georreferenciación. Hay otros aspectos que deben de cumplir los productores”, recordó a Gestión.
Figueroa afirmó que, del lado del Midagri, en los próximos días ya se tendrá lista la identidad digital, que es una constancia que les va a permitir a los productores tanto del café, como de cacao y palma, demostrar que sus productos proceden de áreas no deforestadas.
Sin embargo, el gerente de la Junta Nacional del Café (JNC), Lorenzo Castillo, advirtió que ya estamos retrasados en la normativa y se prevé que, en los siguientes meses, se evidencie un atoro en los envíos a Europa.
“Hay un grave problema de atoro naviero. Los cafés que se embarquen a partir de octubre van a tener problemas para ingresar a los almacenes en la industria del café en Europa porque al mismo tiempo se va a dar un atoro en las aduanas para el trámite de ingreso y verificación de la norma europea”, explicó.
Castillo señaló que, con los retrasos del Perú para la adecuación a la georreferenciación y los demás requisitos que pide la UE, la capacidad de bodega está en riesgo debido a que las navieras prefieren transportar mercaderías de las grandes empresas. Así, los envíos de las pequeñas y medianas empresas y cooperativas se ven postergadas en las prioridades de embarque debido a que tienen menores volúmenes.
La expectativa
En un 2024 normal, sin contratiempos, la JNC calcula que el Perú podría exportar 5.2 millones de quintales, lo que representaría más de US$ 1,100 millones en ingresos, superando los US$ 836 millones del 2023. Sin embargo, con los temores existentes se espera que, al cierre del año, los envíos estén por debajo de los 4.5 millones de quintales.
“Solo de agosto a diciembre, deberían embarcarse 3 millones de quintales, que representaría un valor de US$ 600 millones, pero no sabemos si vamos a cumplir con ese cálculo porque está sujeto a la disponibilidad de bodega en los barcos y no es un problema solo de Perú. Es un problema de todos los países que embarcan a la Unión Europea”, sostuvo.
Ese retraso, alertó el representante de la JNC, no solo afecta a los productores y exportadores, sino a todos los proveedores de servicio pues se generaría un problema en la cadena de pagos.
Ante este escenario, Castillo indicó que los compradores europeos están demandando, urgentemente, que se realicen los embarques al 30 de septiembre para evitar el riesgo.
“Hay el temor tanto por la industria europea como por los exportadores a dicha zona. El Gobierno no ha previsto este fenómeno por más que lo hemos advertido tiempo atrás y, hoy, lo que está terminando de arreglarse es para los embarques que saldrán a partir de enero. Pero los embarques que hay ahora, entre octubre y diciembre, están en riesgo de tener reparos en la UE y nadie quiere entrar en riesgo. Eso afectaría la reputación de la empresa o de la cooperativa y dejaría una imagen negativa para operar en el 2025″, indicó.
A pesar de esto, el Midagri se muestra más optimista con sus proyecciones. Figueroa estimó que el valor de las exportaciones de café peruano podrían crecer entre 9% y 10% al cierre del 2024.
“El año pasado, cerró en alrededor de US$ 827 millones y es posible que este año esté cerca de los US$ 1,000 millones. El volumen sería más bajo que lo del año pasado, pero con el precio se compensa”, comentó.
La estimación, indicó el representante del Midagri, se basa en la alta cotización internacional del café, que actualmente ronda los US$ 250 el quintal, valor que esperan que se mantenga hasta fin de año.
Incluso, Figueroa consideró que, de darse ciertas condiciones beneficiosas, el Perú podría escalar del puesto 9 a la posición 6 o 7 entre los principales exportadores de café en el mundo.
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Producción en rojo
Pese a que los envíos vienen creciendo ante los altos precios, la producción de café peruano cayó 5.5% en el primer semestre del año, según datos del Banco Central de Reserva del Perú (BCRP). Incluso, la JNC estima que la producción mostraría una contracción de 10% en el promedio del 2024.
“En el 2022, la producción fue de 223 mil toneladas de café verde; en el 2023, fue de 264 mil toneladas y la proyección que tenemos, para el 2024, es de 240 mil toneladas. Hay una diferencia sustantiva entre la cifras oficiales y lo que se registra en volúmenes de exportación”, señaló Lorenzo Castillo.
El representante de la JNC recordó que el 85% de la producción peruana se destina a la exportación, quedando solo un 15% para el consumo nacional.
La producción de enero hasta julio representa casi el 90% de lo que se cosecha en todo el año. Y lo que se recolecta entre agosto y diciembre corresponde a, aproximadamente, el 10% restante para alcanzar el total anual. Esto último no llega a más de 1,000 toneladas.
Castillo precisó que la producción peruana de café ha venido cayendo, en los últimos años, por diversos factores, como temas de plaga (la roya), altos costos operativos, escasez de mano de obra, problemas climáticos y plantaciones viejas.
“Entonces, lo que vemos es que el café comienza a ser dejado de lado para orientarse hacia otros cultivos. Perú no tiene un plan de desarrollo productivo y, por eso, es que los índices de productividad en el café son menores, que los que se tenía en la década del 80″, refirió.
Pese a la actual alta cotización, el vocero de la JNC indicó que estos precios son algo “ocasional” y se debe tener en cuenta que este producto tiene un ciclo de 10 años: los primeros tres años son de instalación y recién al cuarto comienza a cosecharse. Luego, entre el noveno y décimo año, se comienza a declinar la producción y se requiere renovar el cultivo.
Por último, mencionó que, actualmente, el 70% del área del café, que sería de alrededor de 375,000 hectáreas, tiene más de 15 o 20 años de instaladas. Es así que sus rendimientos son marginales, por lo que no se hace sostenible económicamente mantener el cultivo.
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Licenciada en Ciencias de la Comunicación por la Universidad de San Martín de Porres, con experiencia en radio, tv y web. Escribo y hablo sobre economía y finanzas desde el 2020.
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