El presidente de la CAF, Sergio Díaz-Granados, estuvo en Lima afinando la estrategia de financiamiento para Perú en el 2022. Conversó con Gestión sobre lo que espera del país.
¿Cuál es la visión que tiene la CAF sobre Perú en este momento?
Perú es un socio importante para la CAF, ha sido fundador de la institución y tenemos una relación de 52 años. Tenemos una cartera activa de más de US$ 1,800 millones en distintos proyectos en diferentes sectores. Y vemos que tiene desafíos, como el aumentar inversión privada, la deuda social que generó el covid. Vemos un gran potencial de trabajo con Perú en los próximos años.
El martes se reunió con el presidente Castillo, ¿qué abordaron?
Identificamos áreas potenciales en los que la CAF puede aportar. Temas como la mayor presencia del Estado en las fronteras y poblaciones alejadas, mejorar los servicios de salud y educación.
¿Algún otro sector de trabajo?
Se manifestó un gran interés en sectores específicos como el forestal o el uso de sectores como el turismo para impulsar crecimiento económico para mujeres y jóvenes. Vemos con optimismo este año y el entrante. No será fácil, porque para toda América Latina vienen meses difíciles de recuperación, de poder elevar el potencial de crecimiento económico.
¿En qué se basa su optimismo?
Mantenemos una conversación muy fluida con las autoridades económicas del país. Hemos tenido reuniones con el ministro Francke y el presidente de Cofide y tenemos claros los carriles de trabajo conjunto.
¿La CAF se fija en la situación política y social de un país antes de aprobar un financiamiento?
No. No lo hacemos ni ahora, ni nunca hemos estado asociando las decisiones de los programas de financiamiento y desarrollo con los enfoques políticos de los gobiernos. Es una decisión soberana de los ciudadanos de cada país. El rol nuestro es solucionar problemas y mejorar la calidad de vida de las personas. Allí no hay margen para ideologías políticas.
¿Cuál es el plan de financiamiento de CAF para este año en Perú?
Aspiramos este año a tener nuevas operaciones, ojalá entre US$ 600 y US$ 700 millones, pero depende mucho de la necesidad de financiamiento del Gobierno. También tenemos un financiamiento al sector privado, para micro, pequeña y mediana empresa, proyectos como Internet para todos, el puerto de Paracas, hay distintos programas en curso.
¿Qué tan fuerte ven el crecimiento de Perú para el 2022?
La economía peruana va a crecer, pero no puedo ahorita dar un pronóstico, pero vemos que están sentadas las bases para un crecimiento en la región y en Perú en particular.
¿Donde hay que poner el foco para apuntalar el crecimiento?
Hay que concentrarse ahora en los fundamentales del crecimiento, en regiones del país que están más apartadas y haya condiciones de crear más PBI. Yo soy optimista con América Latina de que podemos crecer más de lo que veníamos teniendo hasta el 2019, ya que era un año mediocre y ánimos muy bajos.
La CAF también financia proyectos privados y en Perú las proyección de inversión privada son de caída. ¿Ha tocado el tema con el presidente Castillo?
Le mencionamos la importancia de activar, en general, más inversión privada. No hablamos de sectores específicos, pero es urgente. Incluso yo diría para toda América Latina. Los niveles actuales de deuda que venimos teniendo, la sostenibilidad de las finanzas públicas va a requerir más inversión privada, más que nunca, para incrementar la productividad, generar empleo y reducir la informalidad.
¿Por qué más que nunca?
Porque hemos llegado a niveles de deuda que no hemos tenido antes y no estamos exentos de más crisis en los próximos ocho años. Al contrario, todos los pronósticos hablan de que vamos a tener más crisis en los próximos años: climatológicas, desastres naturales, posibles nuevas pandemias. Hay que prepararnos para más crisis y no para menos crisis.
¿Puede ser peor que la pandemia del COVID-19?
No podemos pensar que como ya llegamos a este nivel de pandemia, ya este es el top de las crisis. No. Este puede ser el piso de las crisis. Tenemos que actuar siempre pensando en eso y la recomendación que la CAF ha hecho es que estamos entrando en una zona muy compleja para América Latina, de alto endeudamiento, donde la capacidad de respuesta de los gobiernos es cada vez más limitada.
¿Cuál fue la respuesta del Gobierno cuando se habló de este tema?
Lo hablamos con el presidente Castillo, el ministro de Economía y el canciller Maurtúa. Los hemos visto bastante receptivos, al punto que estamos trabajando con Cancillería cómo repotenciar los instrumentos de integración económica en América Latina para favorecer el crecimiento de flujos de comercio y de inversión.
Apuesta por reconstrucción del centro de Lima
El presidente de la CAF, Sergio Díaz-Granados, afirmó que actualmente el financiamiento a proyectos del sector privado es de alrededor de US$ 680 millones, que está destinado a equity, líneas de financiamiento de pymes, entre otros.
Si bien para este año aún no se tiene definido un monto exacto, afirmó que se están sentando las bases con el MEF y Cofide para un programa en esa dirección, de riesgo no soberano y especialmente en gobiernos subnacionales.
“Lo que queremos hacer, por ejemplo, en el centro de Lima, es entrar a ser un jugador relevante en su recuperación, así como del río Rímac. Eso nos va a ayudar a tener una cartera mucho más diversificada dentro del Perú, pero sobre todo más cercana al ciudadano”, dijo.
La CAF ya firmó un proyecto con la Municipalidad de Lima para avanzar en los diseños de la recuperación del río Rímac, lo que puede demorar entre ocho y diez años de trabajo.
“Son más de 50 intervenciones y más de US$ 300 millones los que habrá”, detalló.