La opinión favorable del ministro de Trabajo, Alfonso Grados, respecto a eliminar la renovación ilimitada de los Contratos de Exportación No Tradicional originó una preocupación entre los exportadores y por eso el presidente de la (Adex), Juan Varilias, sugirió analizar mejor las implicancias de esa eventual modificación.

Agregó que lejos de representar una mejora para los trabajadores, esta modificación podría potenciar la informalidad en el sector exportador.

"La idea de limitar la renovación de los a cinco u ocho años no generará un beneficio significativo para el trabajador, no ayudará a crear más puestos de trabajo ni mejorará el nivel de empleo formal", refirió.

Explicó que el sistema temporal de contratación representa una política de Estado para estimular la exportación no tradicional, pues brinda a los trabajadores de este régimen, los mismos derechos y beneficios que por ley, pacto o costumbre, tienen los trabajadores contratados a plazo indefinido.

"Esto es, remuneración mínima, horas extras, bonificaciones por turno, gratificaciones, vacaciones, , participación en las utilidades de la empresa, asignación familiar, Seguro de Vida Ley, Seguro Complementario de Trabajo de Riesgo (SCTR), protección contra el despido arbitrario, indemnización por despido y negociación colectiva", precisó.

Añadió que resulta "válido y necesario" mantener un sistema de contratación temporal en las empresas de exportación no tradicional, pues su actividad está exclusivamente supeditada a los pedidos del exterior, que pueden subir o bajar en forma radical sin depender del manejo de las empresas peruanas.

"No tenemos posibilidad de evitar esa situación, asimismo, y por las características propias de nuestro sector, estamos expuestos a factores externos como la alta competencia mundial, precios internacionales, cambios en las políticas económicas, comerciales y políticas de cada país, la variación de tipo de cambio, acuerdos comerciales internacionales, inclusive la moda si es que hablamos del sector confecciones", advirtió.

Puntualizó que el mercado internacional evolucionó y ya no es el mismo de hace unos años, pues ahora los pedidos son cortos y variables.

"En otras palabras, los exportadores no tradicionales peruanos no pueden ofrecer estabilidad en el empleo, en la medida que no pueden controlar la estabilidad de la demanda", refirió.

Varilias apuntó que en un mercado tan competitivo y globalizado, los compradores mundiales (en especial de prendas de vestir) tienen agresivas políticas de reducción de costos y por lo tanto, colocan las órdenes de compra a muy corto plazo, generalmente dos o tres meses como máximo, lo que deriva en la necesidad de contar con contratos laborales a plazo fijo.

"Hoy en día, los compradores de prendas de vestir globales tienen la política del stock cero. No quiere acumular stocks porque el uso de almacenes y los costos financieros son altos. Además, el consumidor final, todavía afectado por sus problemas financieros, es inestable en sus compras", puntualizó.