El ratio de primas de seguro en países desarrollados se ubicaba, en promedio el año 2012, alrededor de 3.9% del PBI. En la región, el único país que se encuentra en un nivel comparable es Chile. Aunque dicho indicador en Perú llegó el año pasado a 1.7% del PBI (estaba en 1.3% del PBI en 2011), se mantiene significativamente por debajo del promedio regional (alrededor de 2.2% del PBI).
La relación Primas/PBI se conoce como indicador de Penetración. La baja cobertura recogida por el indicador de Penetración se encuentra también analizando el indicador de Densidad, definido como el gasto anual en seguros por habitante. En este caso, la Densidad bordea los US$ 100, nivel comparable al de Ecuador, mientras que en Chile dicho gasto es cinco veces mayor y el promedio de la región es algo superior a US$ 300 por habitante.
Esta baja profundidad en el mercado de seguros responde sobre todo al segmento “No Vida”, que engloba la cobertura de riesgos generales (terremoto, robo, incendio, entre otros.) y atención médica. En efecto, en el caso peruano las primas por seguros de “No Vida”, a pesar de ser prácticamente la mitad del total, representaron en el 2012 solo 0.8% del PBI, el nivel más bajo entre los diez países más grandes de América Latina y por debajo de la mitad del promedio de la muestra (1.9% del PBI).
En un país sísmico, expuesto a la ocurrencia del Fenómeno de El Niño y en que los conductores de vehículos suelen mostrar actitudes temerarias, tendería a esperarse un mayor uso de los seguros. ¿Qué pasa entonces? Parte de la mencionada baja profundidad del mercado asegurador responde al desconocimiento de los productos. Así, según un informe de la SBS con datos a Diciembre 2012, solo 43% de los consultados a nivel nacional urbano podía asociar el concepto de Seguros con otros como Protección frente a pérdidas, Pago a víctimas de accidentes o Prevención de Daños. Más aún, este porcentaje subía a 46% considerando solo a los encuestados entre 45 y 54 años, mientras que en el grupo comprendido entre 25 y 34 años esta tasa fue de solo 39%; este dato resulta relevante para ayudar a entender la baja penetración considerando que éste último grupo tendría mayor probabilidad de acceder a algún tipo de seguro.
Sin embargo, se debe reconocer que otra parte se explica por la mala percepción del sistema que tienen los potenciales asegurados. En el estudio mencionado, 50% de los encuestados estuvo de acuerdo con la afirmación “Me resulta difícil entender las condiciones de la póliza de seguro”, 53% con “Los precios de las primas son elevados para los beneficios que recibo”, 58% con “Pienso que el seguro no cubre todo lo que dicen cuando lo ofrecen” y 66% con “Preferimos arreglárnosla por nuestra cuenta que tener que pagar un seguro”, lo que refleja la necesidad que tienen las empresas de seguros de emprender también una labor didáctica como parte del proceso de expansión del sistema. Parte de dicha labor incluiría también difundir la existencia de la Defensoría del Asegurado, que justamente fue creada por las propias empresas para atender los reclamos de quienes no estuvieran conformes con la atención recibida.
Finalmente, la brecha de cobertura entre Lima y el resto del país es amplia, lo que sugiere el potencial de penetración en provincias. Así, según cifras del INEI al 2012, el 6.6% de la población de Lima estaba cubierta con algún tipo de seguro de salud fuera de Essalud y SIS, mientras que en provincias dicha proporción era de solo 1.4%, de manera que el aseguramiento por salud a nivel nacional se ubicaba en 3.0%. Esto también estaría reflejando la dificultad logística que se le presenta a las compañías para atender siniestros en zonas alejadas del país.