Conflicto Internacional: ¿Una amenaza o un catalizador para la sostenibilidad empresarial global?
El reciente enfrentamiento en el que se encuentran EEUU, Israel e Irán ha intensificado las tensiones geopolíticas en una región crítica para los mercados energéticos globales. Más allá de su impacto militar, este conflicto presenta un verdadero desafío para la sostenibilidad corporativa a nivel mundial. Las empresas se enfrentan a un escenario de incertidumbre que afecta tanto su estrategia ESG (Environmental, Social, Governance) como la viabilidad de sus operaciones, especialmente bajo los nuevos estándares de divulgación ESG, como las NIIF S1 y S2 y los Estándares Europeos de Reporte de Sostenibilidad (ESRS).
A medida que el conflicto en el Medio Oriente sigue evolucionando, las autoridades globales, como la Unión Europea y EE. UU., continúan monitoreando el impacto económico y político de este evento. Si bien se alcanzó un alto el fuego entre Israel e Irán, las advertencias de continuar con el monitoreo de la situación siguen siendo relevantes para la toma de decisiones empresariales. Esta incertidumbre obliga a las empresas a evaluar constantemente su exposición a riesgos geopolíticos y a adaptar sus estrategias de sostenibilidad con agilidad.
Las NIIF S1 y S2, publicadas por el ISSB en 2023, exigen a las empresas que informen sobre cómo los riesgos de sostenibilidad, incluidos los derivados de conflictos geopolíticos, pueden afectar su rendimiento financiero. Si bien estos riesgos varían según el sector y la ubicación, la normativa establece que las empresas que dependan de recursos estratégicos como el petróleo del Golfo deben revelar cómo un posible cierre del Estrecho de Ormuz, una de las rutas de comercio más importantes del mundo, afectaría sus cadenas de suministro y costos energéticos. Además, la NIIF S2 obliga a informar si eventos como este influyen en las estrategias climáticas de la empresa, incluyendo ajustes en las inversiones verdes o en sus metas de reducción de emisiones de carbono.
La implementación de los ESRS en Europa bajo la nueva Directiva de Reportes de Sostenibilidad (CSRD) también ha impactado la forma en que las empresas deben abordar la sostenibilidad. Esta directiva adopta un enfoque de doble materialidad, es decir, no solo se requiere que las empresas informen sobre cómo los eventos globales afectan su desempeño, sino también sobre cómo sus operaciones impactan el entorno social y ambiental. Este enfoque se ve reflejado en temas como los derechos humanos, la conducta ética y la resiliencia energética, lo que exige a las empresas mayor transparencia y compromiso en sus prácticas.
Lecciones para América Latina: La sostenibilidad como ventaja competitiva
Frente a este panorama, las empresas latinoamericanas deben reconocer el creciente desafío de gestionar riesgos geopolíticos y cumplir con las normativas internacionales de sostenibilidad. Las empresas de la región, especialmente aquellas que operan en sectores sensibles como la energía, el transporte, la química y la banca, deben estar preparadas para enfrentar disrupciones significativas, tales como el aumento de los precios del petróleo (que podría subir hasta un 11 %), el encarecimiento de los seguros logísticos y mayores exigencias de cumplimiento normativo. En este contexto, la sostenibilidad deja de ser una simple aspiración y se convierte en una ventaja competitiva crítica.
De acuerdo con un reciente informe de Korn Ferry1 los CEO y las juntas directivas deben estar listos para enfrentar riesgos, como los derivados de este conflicto geopolítico, y prepararse para evaluar las consecuencias de estos eventos en sus estrategias ESG. Este tipo de preparación estratégica es crucial para las empresas que buscan adaptarse rápidamente y mitigar los impactos de crisis externas. Un estudio de McKinsey & Company2 resalta que las empresas que se comprometen con la sostenibilidad y las buenas prácticas de gobernanza tienen un desempeño superior en tiempos de crisis, demostrando una resiliencia y capacidad de adaptación únicas.
Resiliencia y transición energética: una oportunidad para la sostenibilidad
Aunque este conflicto presenta enormes desafíos, también puede ofrecer una oportunidad para acelerar la transición energética. Las empresas deben rediseñar sus estrategias con un enfoque en resiliencia, priorizando la adopción de tecnologías limpias y prácticas sostenibles. La capacidad de adaptarse a un entorno inestable no solo es clave para la supervivencia, sino también para fortalecer el posicionamiento en mercados cada vez más centrados en la sostenibilidad. A medida que las empresas latinoamericanas enfrentan estos retos, deben priorizar la diversificación de sus cadenas de suministro, reforzar la comunicación sobre su exposición geopolítica y elevar los estándares de gobernanza. Esta crisis es un test de estrés para las empresas globales, que deben adaptarse rápidamente a los cambios en el entorno económico y político, al tiempo que cumplen con los estándares de sostenibilidad que les permitirán ser competitivas a largo plazo. En un mundo cada vez más volátil, la sostenibilidad empresarial ya no es un “nice to have” sino una necesidad urgente.
1Fuente: Board Focus: Are CEOs and Boards ‘Risk Ready, 2025
2Fuente: New-business building: A winning strategy in uncertain times, McKinsey, 2023

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