11 años impulsando una visión empresarial sostenible: lo que aprendimos y lo que viene
La sostenibilidad empresarial en el Perú ha evolucionado de manera profunda en la última década. Hoy es indispensable diferenciar dos enfoques complementarios: por un lado, la gestión ASG (ambiental, social y de gobernanza) se centra en identificar los riesgos y oportunidades financieras que la sostenibilidad representa para las empresas; por otro lado, la sostenibilidad tradicional se enfoca en los impactos que las actividades empresariales generan en la sociedad y el ambiente.
En un contexto social y político cada vez más exigente, marcado por conflictos socioambientales, demandas de mayor transparencia y presión internacional, las organizaciones que no incorporen ambos enfoques en su estrategia difícilmente lograrán mantenerse competitivas o legítimas en el tiempo.
Desde el 2014, en Avanza Sostenible hemos tenido el privilegio de acompañar esta evolución, asesorando a organizaciones de todos los tamaños en su tránsito hacia modelos de negocio más responsables y resilientes. A lo largo de este camino, en el que hemos aprendido tanto como hemos aportado, hemos identificado cuatro lecciones clave que hoy queremos compartir:
1. La sostenibilidad debe ser parte del modelo de negocio
Integrar la sostenibilidad no puede ser un esfuerzo aislado de un área específica. Las empresas que realmente avanzan son aquellas que alinean sus objetivos financieros con sus objetivos de impacto social y ambiental.
En el Perú, fuimos testigos de cómo compañías que subestimaron la importancia de temas como el cambio climático, la equidad o la trazabilidad en su cadena de suministro, enfrentaron luego riesgos reputacionales, pérdidas de mercado y exigencias de clientes e inversionistas más conscientes.
Hoy, operar de manera sostenible es indispensable para acceder a financiamiento, licitaciones públicas y mercados de exportación. La sostenibilidad no es un costo adicional: es una fuente de resiliencia y de ventajas competitivas.
2. Sin liderazgo ni cultura organizacional, no hay avance real
La sostenibilidad no puede quedarse únicamente en políticas o declaraciones de compromiso. Desde nuestra experiencia, sabemos que debe permear en la cultura organizacional y en la toma de decisiones cotidianas.
En tiempos de alta incertidumbre social, política y económica, como los que atraviesa el Perú, las organizaciones más fuertes son aquellas con liderazgos comprometidos y culturas internas basadas en la integridad, la transparencia y el respeto hacia sus grupos de interés.
Hoy es evidente que capacitar al equipo gerencial y establecer una gobernanza clara en temas ASG no es opcional: es un requisito para prevenir crisis internas, proteger la reputación y construir relaciones de confianza duraderas, tanto con colaboradores como con comunidades.
3. Lo que no se mide, no se puede gestionar ni comunicar
En un entorno donde la ciudadanía, los reguladores y los inversionistas exigen mayor transparencia, las empresas deben demostrar sus avances en sostenibilidad con datos claros y verificables.
Hoy, elaborar reportes ASG bajo estándares internacionales como GRI o las nuevas NIIF S1 y S2 no es exclusivo de grandes corporaciones; vemos cada vez más medianas empresas que, comprometidas con su crecimiento sostenible, abrazan esta práctica como parte de su estrategia.
Aquellas organizaciones que no midan ni comuniquen sus impactos enfrentarán crecientes dificultades para obtener financiamiento, mantener relaciones comerciales o atraer talento. La transparencia ya no es una ventaja competitiva: es un requisito mínimo para operar en mercados exigentes.
4. El diálogo social no es opcional: es la base de la continuidad operativa
Los conflictos sociales en torno a proyectos empresariales en el Perú, especialmente en sectores como minería, infraestructura y agroindustria, nos han dejado una enseñanza clara: ignorar las expectativas de los grupos de interés pone en riesgo la operación misma del negocio.
El aprendizaje es claro: las empresas deben escuchar, dialogar y construir relaciones de confianza genuinas con las comunidades, trabajadores, autoridades y consumidores. El compromiso temprano y sostenido es la mejor inversión para asegurar la continuidad operativa y la reputación de largo plazo.
En un país como el nuestro, que enfrenta retos estructurales de desigualdad, debilidad institucional y vulnerabilidad climática, la sostenibilidad no es solo una respuesta al mercado internacional: es un imperativo para la supervivencia y el crecimiento a largo plazo.
Estos 11 años nos han enseñado que cada empresa, independientemente de su tamaño o sector, tiene un rol fundamental que cumplir. Cada paso que damos hacia modelos de negocio más éticos, resilientes y comprometidos suma a la construcción de un Perú más competitivo, justo y sostenible.
Desde Avanza Sostenible, reafirmamos hoy nuestro compromiso de seguir acompañando a las organizaciones en este desafío. Creemos firmemente que el futuro empresarial será sostenible, o no será. Y estamos convencidos de que el mejor momento para actuar es ahora.