Deseos para el Año 2023 y Riesgo País
Desde el último post donde mencionaba los muy sospechosos ataques cibernéticos a nuestras Fuerzas Armadas el panorama político en el país ha cambiado, pero no necesariamente de manera más tranquilizadora, porque lo menos que se puede decir es que en un tiempo récord cayeron no pocas máscaras, y que el país sigue viviendo un momento aún muy peligroso. Las fuerzas afines al senderismo y a un país extranjero enemigo mortal del Perú que se habían apoderado del Estado peruano en alianza con diferentes mafias de todo tipo, a través del caído presidente golpista imitador de Fujimori, no abandonarán así nomás el poder.
Efectivamente, las lamentables muertes que se han producido fueron muy visiblemente (por el numero de ataques a infraestructuras críticas y a las fuerzas del orden), un escenario totalmente buscado, que el nuevo gobierno ha tenido que enfrentar y que inicialmente no supo manejar bien; en cierta forma cayó en la trampa de los que armaron la parte más organizada de los disturbios, que se mezclaron con aquellos más espontáneos generados por la gigantesca impopularidad del Congreso actual, que es innegable y que debería llevar a más humildad entre sus miembros. Vale la pena investigar de manera muy prolija qué pasó exactamente, y no sólo el accionar de las fuerzas del orden, como están pidiendo interesadamente ciertos sectores por diferentes razones (ideológicas, o de atávicos prejuicios anti-militares, etc.), y comprensiblemente los familiares de las víctimas inocentes. Es también interesante y revelador ver cómo la impresionante cantidad de policías heridos no interesa a nadie, y si no hubo fallecidos por ese lado fue pura suerte.
La ofensiva contra la democracia peruana y contra la actual Presidenta Constitucional no ha terminado y es cada vez más visible, con demandas abiertamente ilegales y no realistas. Suenan, es cierto, a pretextos, pero yo diría que en su misma formulación llevan objetivos antidemocráticos muy claros. A mi parecer tratar de hacer las elecciones y el cambio de mando en una fecha algo anterior a las aprobadas hubiera sido quizás mejor, porque el Congreso actual ha resultado casi tan venenoso para el futuro del país como el antiguo Ejecutivo (contrarreforma universitaria y destrucción de reglas básicas de sostenibilidad fiscal), pero eso significa menos posibilidades de reformas políticas necesarias. Unas elecciones apresuradas con las mismas reglas podrían ser un desastre. Es quizás justamente lo que están buscando los que quieren destruir a la democracia peruana, porque saben que esas reglas los aventajan, fue con esas que llegaron a tomar el poder en el Perú.
Lo que está pasando tiene un antecedente extremadamente parecido, y no es por casualidad. Se lo recuerdo a los faltos de memoria y se lo menciono a los más jóvenes, que no vivieron esa época. En el 2003 renunció el neo-liberal Presidente de Bolivia luego de violentos disturbios que causaron decenas de muertes, promovidos por ya se imaginan quiénes. Se pensaba que, con la caída de dicho presidente, las cosas se calmarían, puesto que había sido reemplazado por su muy moderado y centrista vice-presidente, quien ya se había distanciado de ese presidente; el Sr. Carlos Mesa. A algunos quizá se les prenda una lucecita al leer ese nombre. No le fue fácil gobernar: sin fuerza política propia en el Congreso, entre fuerzas de derecha obtusas que bloqueaban su accionar en el Congreso y los violentos disturbios organizados por los mismos radicales de izquierda que habían organizado los anteriores, terminó renunciando en el 2005, logrando aquellos radicales lo que querían: que no asumiera ninguno de los presidentes de las dos cámaras (por temor a sus disturbios), que hubiera un gobierno interino (de paso presidido por un funcionario respetado), pero lo más importante: nuevas elecciones anticipadas, que le sirvieron al líder de esos movimientos radicales y a éstos para tomar todo el poder.
Lo que siguió es conocido, nueva constitución que permitió aumentar el poder del partido de gobierno, sucesivas reelecciones, e incluso derecho a re-reelección validado en violación de la Constitución por el Tribunal Constitucional (con argumentos aún más surrealistas que los de Fujimori), e intento de quedarse en el poder mediante fraude electoral y luego disturbios violentos de sus partidarios.
El problema para el Perú, son las semejanzas con la situación actual acá, y a la vez las ambiciones de su protagonista clave:
. el líder de ese movimiento en Bolivia tuvo mucho éxito utilizando esas tácticas para llegar al poder más rápido, y luego su partido pudo regresar al poder en gran parte a causa del torpe accionar del Congreso y de su dirigencia derechista durante el período interino que siguió su renuncia luego de su re re-reelección fraudulenta
. es el mentor más que visible del ex presidente y de sus dos socios principales, al punto que se podría decir que en cierta forma co-gobernaba ya el Perú desde fines de Julio del 2016 (¿o ya se olvidaron de su paseo triunfal por Lima apenas ganó su “protegido” las elecciones del 2021?); viendo las “pocas luces” de sus “hermanos menores peruanos” en materia económica, irónicamente tal vez se deba a sus “consejos” que el gobierno anterior no haya destruido al BCR ni al MEF; vaya paradoja, casi habría que agradecérselo
. y él lleva años haciéndole una guerra híbrida al Perú (protección a notorios senderistas y emerretistas, llamado a la guerra civil interétnica en el 2009 en plena crisis de Bagua; “armisticios” únicamente cuando el Perú tuvo gobernantes que lograban manejar las relaciones con él de manera más hábil, sin sacrificar la soberanía del Perú), con no pocos cómplices peruanos, armado de toda una red de “gobernadores regionales” y de “movimientos” y “frentes” afines – a partir de simpatías ideológico-étnicas -en varias regiones del Perú que no perdían, o no pierden, ocasión de mostrar que lo consideran a él como a su jefe, pasándole por encima sistemáticamente al rol rector del Ejecutivo en las relaciones internacionales y atentando contra la soberanía e integridad territorial nacionales (algo parecido le pasó a Austria frente a la Alemania nazi en los años anteriores a su anexión por ésta: en nombre de una afinidad ideológico-racialista).
. está más sediento de poder que nunca puesto que no logró quedarse en el poder de la manera vitalicia que ambicionaba en su país; el Perú no deja de ser un territorio apetecible para lograr lo que logró hace casi 200 años un genio militar boliviano que en su momento logró incluso invadir territorios argentinos: partir al Perú en dos y que haya peruanos que aceptaran sometérsele
Entonces no es sorpresa ver aparecer las mismas técnicas antidemocráticas de llegada al poder (pero esta vez para recuperarlo), los llamamientos de cómplices peruanos a unirse a su “proyecto geopolítico” (que fraseología hueca aparte para darle apariencia continental, en concreto significa destruir al Perú) e incluso a una abierta secesión del Sur (es lo que se llama sacarse las máscaras), a la par de ir fomentando y preparando la prolongación de los disturbios a pesar de que ya se están aprobando las elecciones anticipadas, aprovechando las tensiones sociales en el país y sobre todo en esas regiones; entre los secesionistas más visibles, un notorio fujimorista, estamos en pleno surrealismo (aunque en el país, valgan verdades, no es algo nuevo: fue la inédita alianza fujimorista-senderista del 2017 contra el gobierno democrático la que encumbró al ahora expresidente). O sea que el ataque al Perú es mediante varios frentes y vectores, incluso con el apoyo de otros gobiernos de la región. ¡Cuán bajo ha caído el país! De país bien encaminado a la OCDE, respetado en la escena internacional, a botín de grupos mafiosos de todo pelaje (entre organizados y más artesanales), de grupos subversivos que se toman la revancha de su derrota y de un país encubiertamente enemigo supuestamente menos fuerte pero con cada vez más obvios apetitos territoriales contra el Perú, todos ellos apoyados por injerencias extranjeras descaradas y mentirosas, que fingen ignorar que el ex presidente destituido intentó llevar a cabo un golpe a lo Fujimori. O sea al Perú se lo está tratando como a un trapeador. El país se encuentra en realidad en una situación extremadamente peligrosa, puesto que el gobierno anterior también hizo todo lo posible para destruir al sistema nacional de inteligencia, no es difícil adivinar por qué. Y el Congreso actual no está resultando de ninguna ayuda, más bien todo lo contrario, puesto que gran parte del descontento que tanto ayuda a las fuerzas anti peruanas lo ha generado y lo sigue generando él
Por eso elevo para este año 2023 mis más fervientes deseos para que el Perú:
. logre sortear los ataques internos combinados a ataques externos de la mejor manera posible y de ser posible sin nuevas muertes (pero viendo las intenciones de lo que está al frente, va a ser un milagro evitarlas, porque a eso juegan justamente, harán de todo para que se produzcan como ya lo lograron antes); esperemos que las FFAA y la PNP logren tener éxito frente a semejante desafío, como se pudo ver con la recuperación de un activo crítico energético hace poco
. logre recuperar plenamente su ya mermada soberanía nacional y el respeto de su soberanía por parte de los vecinos y de otros países de la región; desgraciadamente ya se han producido amistades traicionadas y el daño parece irreversible por un largo tiempo; pero lo primero ya sería un gran logo a estas alturas, y mejor si se logra, sacando todas las lecciones de lo sucedido, re-armar todo un sistema nacional de inteligencia que permita enfrentar con éxito a la nuevas amenazas internas y externas que han aparecido y a las antiguas que se creían desaparecidas
. logre llevar a cabo su transición democrática con un mínimo de reformas políticas ya propuestas por los expertos en el tema, que nos eviten nuevas elecciones desastrosas; una de ellas debería ser que no sea posible a movimientos y partidos de comprobadas credenciales anti-democráticas o mafiosas poder presentarse y que no sea posible impedir inscripciones o invalidar candidaturas con nimiedades que más parecen leguleyadas (sacando todas las lecciones de la absurda 2da vuelta que tuvimos en el 2021 pero también de las poco limpias elecciones del 2016 que inflaron a una candidatura y le dieron una super-mayoría congresal artificial que destruyó el futuro del país; un mínimo de sentido común democrático de parte del JNE en el 2021 – y de honestidad de sus antecesores en el 2016 – le hubiera evitado toda esa larga cuesta abajo al país; ya tuve la oportunidad de escribirlo, dando el ejemplo de lo que sería la validación de una plancha de Montesinos tachándolo sólo a él, y cabe recordar que las elecciones del 2016 fueron vistas en el exterior como no muy limpias, a causa de las exclusiones selectivas operadas)
. tenga a un Congreso que por una vez entienda que no tuvo ninguna victoria, que al destituir al presidente golpista y aspirante a dictador con el apoyo de gobiernos extranjeros y de turbas, sólo cumplió con su deber; si no lo hacía, no sólo se convertía en co-partícipe del golpe, y hubiéramos tenido una dictadura bicéfala y caótica entre un Ejecutivo y un Legislativo a veces cómplices, a veces peleados, algo peor que lo que ya se estaba viviendo, cada vez más cercano a la anarquía
. no tenga en este periodo de transición un Congreso con una actitud constante de obstrucción y de chantaje contra la Presidenta (como les pasó a PPK, a Vizcarra y a Sagasti; no a Castillo, contrariamente a lo que él y sus apoyos foráneos hacen creer; aunque periódicamente buscaran sacarlo – eso sí es cierto, no le obstruían gran cosa porque no hacía gran cosa de constructivo, y hasta tenían consensos extraños para destruir lo bueno construido antes); es importante que esta transición salga bien
. tenga un Tribunal Constitucional que “reconsidere” y revierta sus peores desaguisados de los últimos meses contra la reforma universitaria y contra la sostenibilidad fiscal
. que cierta ex candidata que ya demostró ampliamente que de demócrata no tenía nada, y que por su sola presencia provocó la victoria de un candidato de un partido que tenía un programa abiertamente anti-democrático y aliado de grupos senderistas (la única a la que él le podía ganar en 2da vuelta), renuncie de una vez por todas a la política en vez de seguir polarizando y destruyendo al Perú
. logre evitar un nuevo downgrade de la nota país por las clasificadoras y por lo menos restablecer en gran parte la actividad económica y la inversión privada y pública generando un crecimiento que permita reducir el aumento de la pobreza causado por la crisis del Covid, por las sequías y por el desastroso gobierno anterior
. logre revertir a tiempo la tremenda crisis de inseguridad alimentaria que se está armando en el país bajo el triple shock de las largas sequías, de la absoluta incapacidad del gobierno anterior y del shock geopolítico global
. logre revertir la tremenda crisis de la educación escolar generada primero por el Covid (que causó un gran retroceso), y luego ahondada por el poder enorme tomado en el sector por “el club de los profesores jalados” y sus sindicatos senderistas* afines o aliados, y por intereses de todo tipo
. logre limpiar la administración publica de todos los elementos que nunca debieron estar ahí, y volvamos a tener una administración pública normal, que logre restablecer todos los servicios públicos esenciales, e incluso mejorarlos sacando las lecciones de la crisis del Covid y del deterioro de las condiciones climáticas que ya parece permanente
.
Y que así, el Perú pueda tener un Feliz Año 2023, y un Mejor Año 2024.
Y volver a generar artículos positivos en la gran prensa internacional, en vez de artículos humillantes.
*= disculpen que use esa palabra de manera tan directa, pero no es porque hayamos tenido un “terruqueo” de lo más grotesco estos últimos tiempos de polarización grotesca (durante la cual hasta gente de centro-derecha podía ser “terruqueada” como hasta hace poco “caviarizada”), que hay que dejar de llamar las cosas por su nombre; todas esas organizaciones alrededor del expresidente que iban cambiando de nombres y siglas todos estos años forman parte de la órbita senderista, y que actualmente no hagan lo que hicieron antes, y que haya fallecido su líder, no cambia que su ideología sigue siendo la misma; hay organizaciones políticas extremistas y ultraviolentas que nunca logran evolucionar hacia la aceptación de la democracia (el senderismo, como el nazismo, forma parte de esas; cuando se “calman” es pura táctica temporal).Si el expresidente era o no senderista, no viene al caso, el hecho es que con ellos estaba aliado en la huelga del 2017, y esa gente adquirió mucho poder dentro y fuera del Estado durante su gobierno