Perú: Sostenibilidad Ambiental en Peligro
En el post anterior de fines de Abril di numerosos ejemplos de cómo el Perú parecía estar haciendo todo lo posible para retroceder en la realización de los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Dicho sea de paso, el Perú ha pasado en el 2020, al puesto 61 en el ranking de realización de los ODS, luego de haber estado en el puesto 51 en el 2019, y eso no se debe únicamente a la crisis del Covid 2019. Pero una columna reciente me ha puesto más en alerta que nunca sobre el futuro de la sostenibilidad ambiental en el Perú.
Recordemos que el reforzamiento de la institucionalidad ambiental es bastante reciente en el Perú, con ciertos esfuerzos que se empezaron al hacerse obvio que sin ello sería difícil firmar ciertos TLC (tratados de libre comercio clave), y que se aceleraron con el reforzamiento del Ministerio del Ambiente en los dos últimos gobiernos (incluyendo al derrocado por el Congreso en Noviembre del 2020), teniendo el Perú un rol destacado en el 2014 en el marco de la COP-20, en el camino hacia los Acuerdos de París sobre el Cambio Climático en el 2015.
Pero aún así se notaba que era un esfuerzo no exento de tremendos desafíos, especialmente a causa del poderío de las mafias del narcotráfico, de la minería ilegal, de la tala ilegal, y del poco interés mostrado en muchas grandes empresas por temas como la deforestación y el deterioro de la Amazonía en general (se podría decir que la “ideología del perro del hortelano” inaugurada por el difunto presidente AGP parece tener aún muchos defensores, que por cierto también comparten el negacionismo acerca del cambio climático, a pesar de la evidencia científica creciente sobre el problema).
En muchos países, a causa de la pandemia del Covid-19, también se ha tomado mayor conciencia de la importancia de la agresión a los eco-sistemas forestales como factor de aparición de graves pandemias de origen animal. Numerosos artículos científicos ya advertían del problema antes, pues era un factor que se había notado ya con el Ebola y el SIDA, pero también con el SARS y el Nipah en Asia, y el reciente informe detallado de la OMS sobre esta pandemia, publicado hace unos días, lo confirma. Como dije en un post del año anterior, un día de éstos podríamos tener una gran pandemia mundial nacida en la Amazonía brasileña o en la peruana.
El artículo que me llamó la atención es el del Sr. Roberto Ochoa en La República del 8 de Mayo, llamado “Tierra Arrasada”, título muy acertado. Recomiendo fuertemente su lectura, y aquí va el link:
https://larepublica.pe/opinion/2021/05/08/tierra-arrasada-por-roberto-ochoa/
Aunque sea cierto que la crisis del Covid-19, con el descalabro del empleo, haya generado el que haya más gente dedicada a esas actividades, no hay que olvidar que las mafias que las organizan siempre han estado ahí y empujando continuamente sus intereses, tanto en gobiernos regionales como en el Congreso.
Es extremadamente inquietante que uno de los candidatos de la 2da vuelta esté prometiendo de todo a quienes se están dedicando a dichas actividades, se confirma que los temas ambientales no le interesan para nada a él ni a su partido que dicho sea de paso, con video grabado incluido, se ha burlado en los últimos tiempos de aquellos que en la izquierda tengan esas preocupaciones. Poco importa lo que digan ahora o más tarde, ya se conoce su verdadero modo de pensar al respecto.
Así como es preocupante que en la otra orilla se siga mostrando, algo que ya es antiguo, la misma falta de interés por los temas ambientales; incluso en esos predios se les ha visto más como un obstáculo para las inversiones, descalificando a la institucionalidad ambiental fortalecida en los últimos años. A lo máximo se puede ver a algunos interesarse en la oportunidad de “negocios ecológicos”, pero es un enfoque muy limitado, y a menudo más bien una apariencia.
Y además sabemos que el asunto del cambio de zonificación en el Valle del Lurín no está resuelto (sólo está suspendido), y que el Valle sigue amenazado por el empuje de diferentes intereses inmobiliarios.
El futuro del Perú en estos aspectos pinta definitivamente muy mal. Un ejemplo más de la decadencia a la que se refiere el politólogo Vergara. En la mayor parte del Mundo, se trata de hacer que la recuperación de la economía post-Covid 19 se haga de manera sostenible respecto del medio ambiente, tomando en cuenta las lecciones de esta mega-pandemia, y de las amenazas de nuevas pandemias y de desastres cada vez más frecuentes que ya se están notando a causa del cambio climático. Dejando de lado el aspecto “marketero” del uso exagerado de la palabra “Verde”, que puede dar lugar a acciones que son más “para las tribunas” (el famoso green-washing, algo así como darse una apariencia “Verde”, todo un arte en algunas empresas especialmente contaminantes) no deja de tratarse de esfuerzos que son absolutamente necesarios para tener un desarrollo sostenible y resiliente, y positivo desde el punto de vista de la gestión de riesgos. En el Perú, cualquiera que sea el ganador de las elecciones presidenciales, se diría que tendremos un Gobierno que hará exactamente todo lo contrario, aunándose a un Congreso y a múltiples gobiernos “regionales” y locales que ya lo hacen.