Nuestro Grado de Inversión y el 2021
Ya he tenido la oportunidad de manifestar en los últimos meses lo que pensaba de los últimos inquietantes eventos en el Perú desde el punto de vista del manejo del riesgo país. Hace pocas semanas, la clasificadora internacional Fitch casi nos baja la nota país, y al final, gracias a ciertos técnicos clave del MEF, la cosa quedó felizmente en la conservación de la nota, pero aún así con “perspectiva negativa”, algo que no le sucedía al país hace muchísimo tiempo. El riesgo ahora es lo que pueda pasar con las otras clasificadoras también. Es una lástima que esto caiga justo después de que el MEF lograra, con un excelente sentido de la ventana de oportunidad por parte de sus técnicos, una exitosa emisión de bonos de larga duración apenas se conoció el nombre del nuevo Presidente.
Es interesante la lectura detallada del informe, porque aún con el lenguaje diplomático típico de esos informes, pone bien claros los factores clave para esa opinión no muy favorable que digamos, y que desarrollaré aquí con una visión de gestión del propio riesgo país, que de todas maneras siempre será desagradable para los que sólo ven las cosas en función de sus simpatías políticas, al punto de ignorar o falsear hechos observables (debo recordar que uno de los propósitos de este blog es concientizar sobre la importancia del manejo responsable de los riesgos, que no debería ser un tema de especialistas: cada una de nuestras acciones, como individuos, como empresas, como instituciones, etc. genera riesgos en cascada para los demás y para el país):
. una inestabilidad política muy fuerte que empezó en el 2016 y que generó una serie de encadenamientos negativos; no se debe olvidar cómo lo analizaron en su momento observadores externos objetivos: unas elecciones viciadas desde el comienzo por la exclusión por razones muy poco convincentes (por decir lo menos) de dos candidatos con opciones serias e incluso de sus listas congresales para uno de ellos; y luego la no aceptación de su derrota por la candidata perdedora que luego buscó constantemente la destrucción y/o sumisión del ganador y de su sucesor aprovechando una mayoría congresal artificial que seguramente no hubiera existido sin el primer factor. El golpe combinado de ambas cosas para el futuro institucional del país ha sido brutal, con efectos deletéreos sucesivos que, ¡cuidado! no han terminado de desplegarse completamente aún, y con el riesgo de una situación similar con las elecciones del 2021. Cualquier observador externo con un mínimo de conocimiento de ciencia política comparada sabe que el Perú está en crisis política permanente y profunda desde ese año preciso y por qué, y el Perú no es el único país con problemas de ese tipo; si el Perú se salvó de una baja de la nota país en esos años es gracias a un manejo de las finanzas públicas por parte del Ejecutivo que siguió siendo responsable, y gracias a instituciones independientes como el BCR y la SBS
. las acciones catastróficas del Congreso actual, tanto desde el punto de vista de la desestabilización del país, como de la destrucción de las finanzas públicas, tema ya más que bien comentado por casi todos los economistas en el Perú (no tengo nada que añadir) y la búsqueda de una mayor destrucción de lo que queda como institucionalidad. Por si acaso, los ataques a la SBS no han pasado desapercibidos, así como no han pasado desapercibidos los perfiles antidemocráticos o mafiosos de dos partidos que han tenido el rol más determinante en la desestabilización política y de las finanzas públicas, algo que ya he tenido la oportunidad de señalar; resulta increíble que otros que no tienen esas características se les hayan aliado con tanto entusiasmo, y que aquéllos hayan podido participar en elecciones sin que las autoridades electorales, tan prontas a excluir a candidatos y partidos normales en base a formalismos, no hayan hecho nada al respecto, a pesar de que sí se hayan mostrado capaces de cerrarle el camino a los avatares de Sendero Luminoso. Esa manera de considerar a los aspectos formales como mucho más importantes que los aspectos de fondo es extremadamente peligrosa desde el punto de vista del riesgo país: con esa lógica, si toda la parte formal está bien, cualquier agrupación de narcotraficantes o de mineros ilegales crea su propio partido o cualquier organización notoriamente subversiva (SL u otra) se alía a un partido político como “vientre de alquiler” y participa en las elecciones. Otro factor agravante para el riesgo país ahora es que el Tribunal Constitucional no haya querido pronunciarse sobre el uso de la figura de la vacancia: eso es inestabilidad política crónica asegurada para el futuro, para cualquier gobierno, y destrucción asegurada de las finanzas públicas por lo menos por el lado de los ingresos del Estado, pues la inestabilidad política crónica asusta, cada vez menos gente se animará a invertir en el Perú, y el consumo también se afectará; esperemos que esto se corrija pronto
. el tema de estar atrasados con las compras de vacunas se debe esencialmente a este Congreso, el cual, en vez de aprobar rápidamente la urgente ley enviada por el Ejecutivo en setiembre para facilitar la compra de vacunas aún no aprobadas (un problema técnico normativo que también se presentó en otros países, incluso de la región, que tuvieron que aprobar leyes para ello), se dedicó a otras cosas, entre ellas las dos vacancias. He notado últimamente toda una campaña en el Perú tratando de soslayar este hecho para culpar al Ejecutivo, que ciertamente tuvo sus propias disfunciones (pero de menor impacto, salvo esa manera de hacer anuncios tomando sus deseos por realidades, un fenómeno observado en otros países). Pero esa parálisis estatal para comprar vacunas aún no aprobadas, por miedo a cuestionamientos posteriores de la Contraloría es un problema demasiado real, lo he visto también en otros campos y a veces de manera que puede parecer grotesca (un fenómeno que he bautizado “interpretaciones restrictivas creativas” y que he tenido la oportunidad de explicar en un post de hace varios años sobre “Los tres motivos del oidor”, basándome en la famosa Tradición de Ricardo Palma; básicamente es una forma de riesgo operacional sistémico). No se imaginen que el Perú es el único país con ese problema. Funcionarios de países hermanos me han contado anécdotas similares. Dicho problema se agrava sin embargo en países con “canibalismo político” e impredictibilidad judicial extremos como el Perú. El tema sanitario es además uno de los que más temores administrativos genera, incluso en países desarrollados, pero en países menos desarrollados el atraso normativo suele ser mayor. No por nada en varios países que se nos adelantaron se votaron leyes para eso, porque los ministerios y otras entidades estatales necesitaban protegerse frente a tantos “generales después de la batalla” acusadores (como le pasó a una ministra francesa de la Salud acusada de haber malgastado dinero en demasiadas dosis de vacunas para la pandemia H1N1 del 2009). Ahora bien, debo reconocer que en el Perú, la auto-parálisis administrativa por temor alcanza niveles tan demenciales, que resulta muy difícil de entender para observadores externos (yo mismo, por mi larga experiencia en ambientes más desarrollados y eficientes, tampoco la entendía, me tomó muchos años entender que, en el contexto concreto del Perú, era algo racionalmente explicable; la Contraloría, institución por la que tengo un gran aprecio, debería preguntarse sin embargo qué puede hacer para mejorar sus procesos y enfoques y dejar de inspirar tanto terror y parálisis y para no ser usada indebidamente como arma por políticos o “políticos” inescrupulosos).
Con estas reflexiones a partir del informe de Fitch Ratings, espero que para el 2021 no se produzcan mayores sobresaltos para nuestras notas país, entre otras cosas mediante lo siguiente:
. que por lo menos suficientes congresistas tomen conciencia de lo que hacen para no acompañar en el juego subversivo (por estrategia del caos, o de “agudización de las contradicciones, y/o por afán extremo de lucro) de algunos
. que en instituciones como los órganos electorales y el Tribunal Constitucional también tomen conciencia sobre los riesgos que generan sus decisiones para el país
. que organismos como la Junta Nacional de Justicia o la Contraloría o los del Sistema Judicial entiendan mejor lo importantes que son para el riesgo país, como lo entienden el MEF, el BCR y la SBS
. que en el MEF, que sigue teniendo un titular de primerísimo nivel, se sepa tomar las medidas necesarias para que los mejores talentos no se vayan; la entrada en el régimen de SERVIR es un gran paso, pero eso no basta, hay otros aspectos muy prácticos a considerar
. que en el Poder Judicial y en el Ministerio Público se entienda bien que la suspensión de partidos políticos sólo puede ser algo excepcional, concentrado en casos muy obvios como los que he mencionado; para defender al Estado de Derecho, ciertas armas deben usarse con parsimonia
. que, visto que de todas maneras, como en otros países, nuevas olas y rebrotes son inevitables, el atraso con las vacunas se pueda disminuir lo más rápido posible; ahora sí, la responsabilidad está totalmente en la cancha del Ejecutivo, salvo nuevas desestabilizaciones por parte del Congreso.
En cuanto a las elecciones del 2021, desgraciadamente las reformas políticas más importantes no se hicieron, o sea que sólo nos queda desearle al país que los electores se den cuenta de que los congresistas del 2016 y del 2020 de los que tanto se quejan, los eligieron ellos mismos, y que ellos mismos, con reacción de puro hígado, quisieron la no-reelección de congresistas, que empeoró las cosas. Y de que uno es responsable de por quién vota, o de su ausencia de voto, es demasiado fácil quejarse después. Esperemos que así sea, tratemos de ser optimistas a pesar de la decepción gigantesca del 2020.
Y a pesar de todo, seguimos teniendo todavía fortalezas en las finanzas públicas, en las políticas monetarias y en la supervisión financiera que muchos países nos envidian. Conservar nuestras buenas notas país no es nada difícil, en realidad. Y todavía se está a tiempo para revertir la tendencia negativa, en muchos casos ni siquiera es hacer ciertas cosas, lo que no siempre es fácil, es sobretodo dejar de hacer barbaridades, lo que es muy fácil con un poquito de buena voluntad.
Les deseo un Feliz 2021, lo mejor posible en estas circunstancias, sin dejar de cuidarse y de cuidar a los demás y al país. No olviden que cada uno tiene un rol positivo que jugar para que el 2021 sea mejor que el 2020.