Riesgo Geopolítico: El Peligroso Factor Religioso
En el post anterior sobre el riesgo geopolítico, pudimos ver cómo el factor étnico-racial podía ser un agravante especialmente desastroso a nivel geopolítico interno, al punto de llegar a veces a tener impactos internacionales. Desgraciadamente, el factor religioso puede llegar a jugar un rol igual de negativo. Por supuesto, todos tienen en mente al terrorismo islamista, especialmente visible en la actualidad. Pero este factor ha existido desde hace mucho tiempo en la historia con consecuencias que todavía se hacen sentir y explican muchos de los conflictos internos e internacionales actuales.
Es más, a veces se ha mezclado con el factor étnico-racial, en una combinación especialmente letal. Y aquí también, el rol jugado por políticos y soberanos especialmente ambiciosos y cínicos ha sido clave, para llegar a guerras civiles y conflictos internacionales. No todo se debe solamente al puro fanatismo religioso: éste muchas veces es exacerbado y explotado por gente que sabe muy bien lo que está haciendo.
Entre los ejemplos notables tenemos:
. las Guerras de Religión entre protestantes y católicos en la Francia del siglo XVI; según un cálculo efectuado por Steven Pinker en su notable libro sobre la violencia llamado “The Better Angels of Our Nature”, este conflicto que debilitó considerablemente a Francia entonces, causó un equivalente de 14 millones de víctimas si se hubiera tomado en cuenta la población de 1950. Solo después de la pacificación lograda por el rey Enrique IV pudo Francia empezar a recobrar su peso económico y geopolítico en Europa; al mismo tiempo Francia perdió mucho capital humano, como se puede notar por la fuerte presencia de apellidos franceses en las élites alemanas e inglesas.
. la famosa Guerra de 30 años (1618 a 1648) que asoló a gran parte de Europa y sobre todo a Alemania, se debió sobre todo a los conflictos entre soberanos católicos y protestantes, involucrando a casi toda Europa (Alemania estaba entonces atomizada entre múltiples Estados), aunque fue evolucionando en un juego geopolítico más complejo, que incluyó la alianza de la oficialmente católica Francia con potencias protestantes, siendo su objetivo principal debilitar a los Habsburgo; según Pinker, en proporción poblacional, causó el doble de víctimas que la Primera Guerra Mundial
. en gran parte de la India se había instalado en el siglo XVI un poderoso imperio musulmán, llamado el “Gran Mogol”; se trató de una civilización brillante, que nos ha dejado por ejemplo al Taj Mahal,; pero también conoció períodos de fundamentalismo islámico suní, que incluyó masacres y destrucción de templos hinduistas, tratamientos discriminatorios e imposición de la ley islámica a la población mayoritaria hinduista, siendo el más notorio el largo reinado del emperador Aurangzeb en la segunda mitad del siglo XVII. Lo que empeoró luego las cosas fue la manera cómo los británicos, durante su dominio en la India, dieron un estatus superior a la minoría musulmana a través de la administración pública. Cuando la India se fue acercando a la Independencia en 1947, el encono era tan grande, que a pesar de los esfuerzos del Mahatma Gandhi, se llegó a la partición de la India en dos estados, en medio de masacres y de intercambios masivos de población, lo que dio nacimiento a Pakistán, que luego perdería su parte oriental (naciendo el Bangladesh). El resultado: el nacimiento de dos potenciales nucleares rivales, que ya han tenido varias guerras, y un Pakistán que cayó por períodos o zonas, en el fundamentalismo islámico suní, el cual fue clave en el reforzamiento de Al Qaeda aliados a los Talibanes de Afganistán beneficiarios del apoyo pakistaní, y de otros grupos extremistas, que llevan a cabo atentados sangrientos en la India y en el mismo Pakistán contra los chiítas, los cristianos y los políticos y a otros musulmanes que juzgan demasiado tolerantes con otras religiones o más moderados.
. El conflicto permanente entre musulmanes mayoritarios Suníes y los Chiítas en diferentes países, que data de desacuerdos y guerras sobre la sucesión del profeta Mahoma; esto no se produce sólo en Pakistán; es una de las claves de las guerras civiles en Irak, Siria, Yemen, en Lìbano antes, y tensiones en la misma Arabia Saudita y en Bahrein, y de la competencia geopolítica entre Irán y Arabia Saudita; hasta ahora la región es altamente inestable por ello, y las intervenciones extranjeras especialmente las inglesas y norteamericanas han complicado aún más el panorama; la implantación de Al Qaeda en Irak en el 2003 fue facilitada por la invasión norteamericana y la subsiguiente revancha de los chiìtas aplastados por el régimen anterior, y como sabemos, una escisión de este grupo, el Daesh (o ISIS) es ahora una de las peores amenazas geopolíticas mundiales
. Las Cruzadas, a partir de fines del siglo XI, que incluyeron masacres y saqueos, dejaron muy malos recuerdos a las poblaciones musulmanas en el Medio Oriente, (y de paso una de ellas a los cristianos ortodoxos bizantinos); a tal punto que los grupos fundamentalistas islamistas, para “justificar” los ataques indiscriminados y hasta el genocidio contra grupos cristianos de la región , y occidentales, los designan con el nombre de los mortales enemigos, los “Cruzados” (poco importa que en Europa gran parte de la población sea ahora agnóstica o atea) …
. El Imperio Otomano (nacido de la tribu turca de los Osmanlìes, cuyos lìderes desarrollaron un proyecto geopolítico destinado a ser los sucesores del ex imperio Bizantino – por ello convirtieron a Constantinopla (rellamada Istambul) en su capital-, y a la vez tomar al Califato, es decir el liderazgo del mundo musulmán) fue en cambio durante siglos, un gran imperio multiétnico y de tolerancia religiosa practicada por los soberanos musulmanes mientras que en Europa Occidental se masacraban católicos y protestantes (ahí se refugiaron numerosos judíos expulsados por los Reyes Catòlicos de España), y donde gran parte de las élites eran cristianas, hasta que fue cayendo en decadencia a partir del siglo XVIII, y fue cada vez más presa del fundamentalismo islámico, generando crecientes masacres masivas de cristianos, sobretodo armenios, y asirios; los revolucionarios ultra-jacobinos y ultra-nacionalistas del partido Unionista (una facción radical del movimiento revolucionario de los Jóvenes Turcos, que al comienzo incluía a numerosos armenios y griegos, y cuyo objetivo era reformar el Imperio para revitalizarlo), llegados al poder en 1908, utilizarían luego ese fundamentalismo presente en gran parte del Imperio para facilitar el exterminio de los Armenios y de otras minorías cristianas orientales (en esa época no existía la palabra Genocidio); no lo lograron totalmente en gran parte porque numerosos musulmanes moderados, incluyendo a muchos altos funcionarios, hicieron todo lo que pudieron para sabotear sus planes y para esconder y ayudar a escapar a muchos Armenios y otros cristianos orientales
. Las guerras civiles en Africa a menudo degeneran parcialmente en conflictos entre cristianos y musulmanes, como pasó con la guerra de Biafra en Nigeria, más recientemente en la República Centroafricana; pero cabe anotar que con la aparición del fundamentalismo islamista, cada vez más los grupos extremistas toman como objetivo a los otros musulmanes, considerados como “tibios”, como se ve actualmente en Nigeria y en Somalia; algo similar pasó en la Indonesia de la crisis financiera post-1997, con situaciones cercanas a una guerra civil en ciertas zonas de las islas del Este, con numerosas masacres por ambos lados
. como algunos saben, en Sri Lanka hubo una larga guerra civil entre Tamules y las fuerzas armadas Cingalesas; se le suele ver como un conflicto interétnico aunque las tácticas brutales del movimiento guerrillero alejaron de éste a numerosos Tamules ; pero también tuvo mucho que ver con la existencia de ciertos grupos extremistas budistas (religión principal de la mayoría cingalesa) y su manera de tratar a los Tamules, mayoritariamente Hinduistas, además de ser vistos como no oriundos, al ser descendientes de inmigrantes de la India.
Conclusión:
El factor religioso es una poderosa fuente de riesgo geopolítico, y es peor cuando se combina con el factor étnico. Puede jugar un rol fuertemente desestabilizador en la economía mundial, sobre todo cuando genera guerras entre potencias (o en su interior) que controlan grandes recursos energéticos, sin olvidar que es un factor poderoso en por lo menos una potencia nuclear. Y además genera movimientos poblacionales desestabilizadores como se vio en el pasado y se está viendo ahora en Europa, donde está creciendo la xenofobia, algo que puede llegar a tener consecuencias económicas serias para el bloque Europeo. Cuando se piensa en fundamentalismo religioso, la actualidad nos hace pensar esencialmente en el mundo islámico, pero no debe olvidarse que se están viendo tendencias preocupantes y potencialmente desestabilizadoras en ciertas zonas de la India y en los mismos EE.UU., donde los que consideran al actual presidente como el “Anticristo” y al Estado Federal como una “emanación del Mal” no son pocos.