Estabilidad Financiera y “Desastres Naturales”
En el post del 14 de agosto último, acerca de la estabilidad financiera, mencioné al final de éste que uno de los temas a tratar en este marco era el del impacto de posibles desastres naturales de gran magnitud, que debería dar lugar a escenarios de estrés sobre la calidad de las carteras de las entidades financieras. En posts anteriores, ya había mencionado esta relación entre los desastres naturales y los impactos en las entidades financieras, para mencionar la importancia de los seguros para las viviendas y para las empresas de todo tamaño.
Pues bien, para los que no lo saben, el G-20, que agrupa a las principales economías mundiales, pidió en abril de este año al Financial Stability Board (o Consejo de Estabilidad Financiera) , que agrupa además de los 20 países miembros, a entidades como el Comité de Basilea, el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional, incorporar la problemática del posible impacto del cambio climático en las entidades financieras y para la estabilidad financiera, lo que se hizo en su reunión del 25 de setiembre último. Se trató de una reunión que incluyó al sector privado y donde se examinaron técnicas de mitigación del riesgo como los escenarios de estrés, y que terminó con un compromiso de hacer seguimiento a los esfuerzos del sector financiero al respecto y tal vez de complementarlos.
Además de ello, justo después, Mark Carney, actual presidente del FSB y presidente del Banco de Inglaterra, hizo un notable discurso en un evento organizado por la Lloyd’s, el poderoso e histórico reasegurador británico, sobre los impactos futuros del cambio climático sobre la estabilidad financiera y la manera de hacerles frente. Con un título sugerente: “Breaking the Tragedy of the Horizon” (algo así como “evitando la tragedia que se perfila en el horizonte”; es un mensaje de proactividad).
http://www.bankofengland.co.uk/publications/Pages/speeches/2015/844.aspx
Aunque esté centrado en la perspectiva del sector asegurador y reasegurador, por el público del evento, es obvio que mucho de lo que dijo puede adaptarse a los riesgos que pueden aparecer también para las entidades financieras, además de que estas podrían de todas maneras sufrir impactos severos en la calidad de sus carteras, y por ende en su sostenibilidad, en caso de desastres naturales.
Tal vez por la cercanía de la COP 21 hay mucho énfasis en los impactos del cambio climático, pero es necesario saber también que los daños que se están sufriendo en el Mundo en razón de eventos climáticos como huracanes, ciclones, tifones, lluvias prolongadas e inundaciones, han estado aumentando de manera sostenida en los últimos años. Por ejemplo, las autoridades de Filipinas ya tienen integrados en sus proyecciones daños cada vez mayores producidos por tifones de gran magnitud cada vez más frecuentes. Entonces es extremadamente relevante cómo esto puede impactar en las entidades financieras, pero sin olvidar que éstas también pueden serlo por otros desastres naturales tales como los terremotos y la actividad volcánica. Y sería bueno tomar como ejemplo el realismo de las autoridades Filipinas (dicho país había demostrado ya en la crisis asiática de 1997-1998 que sus bancos eran más resistentes que los de otros países de la región gracias a una mejor supervisión).
Todo ello es razón más que suficiente para recordar la extrema importancia:
. de promover una mayor penetración de los seguros contra desastres en todos los campos, debiendo ser las entidades financieras un vector esencial para ello
. de promover mejores prácticas de construcción y mayor inversión pública y privada en la reducción física del riesgo
. de tener entidades financieras y de seguros bien capitalizadas y con sólidas provisiones y reservas, según el caso.
En los dos primeros temas están jugando un rol esencial entidades como la UNISDR, la OECD, el Banco Mundial, el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), el Banco Asiático de Desarrollo (ADB). La APEC y la Alianza del Pacífico también lo han puesto en agenda. Un documento muy importante a tener en cuenta es el Marco de Sendai 2015-2030 sobre la reducción del riesgo de desastres, promovido por las Naciones Unidas.
Para el último, el rol que pueden jugar los reguladores/supervisores financieros nacionales, y sus grupos regionales, así como el Financial Stability Board, el Comité de Basilea, la IAIS (la asociación mundial de supervisores de seguros y reaseguros), pero también agrupaciones internacionales privadas como el Institute of International Finance (para los bancos) y la Geneva Association (para los seguros y reaseguros), es esencial.
Para los que no han tenido la oportunidad de leer los posts más antiguos mencionados al comienzo, les indico los links respectivos:
https://blogs.gestion.pe/riesgosfinancieros/2012/12/riesgos-ligados-a-la-vivienda.html
Conclusión
Ya es más que tiempo de integrar plenamente el factor de los desastres naturales en la supervisión y regulación financieras. Esto ya se está empezando a buscar a nivel de organizaciones internacionales, se debe dejar de “jugar al avestruz” enterrando la cabeza en la arena y se debe buscar ser más proactivos y no solamente reaccionar cuando se acerca un Niño, por ejemplo. Como ya pude decirlo antes y deberían tenerlo en cuenta las entidades financieras al evaluar a sus clientes: el riesgo crediticio de una empresa que se asegura bien no es el mismo que el de una que no lo hace, así como su riesgo crediticio no es el mismo según el cuidado que tiene de la resiliencia física de sus instalaciones y de su continuidad del negocio. De una manera u otra, se tendrá que llegar a medidas de regulación y supervisión financiera que contribuyan a crear los incentivos correctos, evitando por supuesto la sobre-regulación.