El Riesgo Operacional Derivado del Cableado para Internet
Todos hemos tenido la oportunidad de experimentar (o de conocer a alguien que lo haya experimentado) cortes en el servicio de internet que se han debido a daños o instalaciones defectuosas en los cables internos que nos lo llevan en las casas u edificios, o en los cables aledaños, o incluso de cortes de corta duración debidos a que al hacer alguna obra, alguien dañó un importante cable de fibra óptica (así como el robo de cables de cobre en algunas zonas de Lima y Callao perturba la continuidad del servicio telefónico). Para sociedades cada vez más dependientes del internet, incluyendo a las empresas y a las entidades estatales, la interrupción del internet es una de las peores amenazas desde el punto de vista del riesgo operacional. Ahora bien, imaginen si en vez de una interrupción corta, tenemos una interrupción relativamente larga: desgraciadamente es posible. Veamos por qué, y qué se puede hacer frente a ello.
Como todos sabrán, el internet llega a las casas y a las oficinas a través de redes de fibra óptica (aunque pueda haber también cables de cobre en los tramos secundarios finales), que están en la superficie, enterrados bajo las calles de las ciudades y viniendo de tendidos mucho más largos entre ellas, que pueden seguir el trazo de vías férreas, carreteras y otras infraestructuras. Como ya dijimos, el servicio puede ser afectado por daños causados por terceros. Pero también se debe saber que las redes de fibra óptica pueden sufrir daños importantes en varios puntos simultáneamente a causa de sismos de gran intensidad. Y en ese caso, repararlos y restablecer el servicio puede tomar varios días, pues no basta identificar los puntos de “ruptura”, hay que poder acceder a ellos en buenas condiciones de seguridad, algo que puede faltar cruelmente en los primeros días en una ciudad en caso de sismo catastrófico. Se suele en esos casos, “desviar el tráfico” a otros cables, pero eso tiene sus límites, el internet puede volverse muy lento (e inutilizable para el transporte de grandes cantidades de datos), porque el ancho de la banda puede no bastar para tanto tráfico (algo parecido a lo que se ve en ciertas calles a las cuales se desvía un tráfico importante).
Lo que se sabe menos es que prácticamente todo el tráfico internacional de internet se hace a través de cables submarinos, que incluso cruzan los grandes océanos. Se pensó en el satélite antes, pero esta solución no prosperó para el tráfico masivo, no sólo porque resulta más caro para transportar grandes cantidades de datos sino porque es más sensible a las condiciones meteorológicas (se usa más para zonas rurales de difícil acceso). Es decir, las redes de superficie en realidad, se conectan con esos cables submarinos que llegan a las costas. Pues estos cables también pueden ser dañados, causando interrupciones en el servicio de internet, que pueden durar muchos días, pues para repararlos se requiere de técnicas más complejas, por el hecho de que pueden situarse a veces a gran profundidad, y que incluyen el uso de buques especializados.
Las causas de los daños son muy variadas, estando entre las más frecuentes las actividades de pesca y otras actividades, con daños causados por las anclas de los barcos. Pero también pueden producirse fricciones de cables con rocas a causa de fuertes corrientes (peores en caso de mal tiempo), avalanchas submarinas, actos deliberados de guerra, y hasta en algunas zonas….mordeduras de tiburones. Y por supuesto, ente las causas más serias aunque menos frecuentes están los sismos de gran magnitud, que pueden provocar grandes daños, incluso cuando no se sienten en la superficie por ser submarinos y alejados de las costas (pasó una vez entre Filipinas y China). En este último caso, más vale no depender demasiado de un solo cable submarino, o de varios concentrados en una misma zona de alto riesgo sísmico.
En situaciones de corte, también se puede “desviar el tráfico” pero con los mismos problemas ya mencionados. También hay que ser consciente de que daños relativamente alejados pueden afectarlo a uno, como pasó con Egipto, y hasta la India y varios países del Medio Oriente por un cable dañado en el Mediterráneo, con grados de afectación mayores al 50 % en el 2008, año especialmente negro en incidentes para el Medio Oriente. Pero también años posteriores los tuvieron, como Bangladesh en junio-agosto 2012 por un problema producido mucho más al Este cerca de Singapur, en una línea que va de Francia a Malasia. Bangladesh depende de un solo cable, por lo que se está tendiendo otro luego de las malas experiencias. Lo mismo le pasó a Pakistán en marzo del 2013 con la misma línea por un problema en el mar de Arabia. En el 2013 también, para hablar de otra región, un país afectado fue Surinam. Las interrupciones pueden durar varias semanas.
Este es un tema de seria preocupación para los gobiernos, y no sólo para las empresas, por lo que en la cumbre APEC del 2013 en Jakarta, una de las decisiones fue desarrollar la cooperación para la reparación de cables de internet, algo que en los países europeos, de intensa actividad pesquera en espacios reducidos, lo que multiplica el riesgo de daños por actividad humana, está mucho más desarrollado.
¿Cuáles son las soluciones posibles?
En superficie, una de las soluciones para no ser afectado por problemas de saturación del tráfico si se dañan varias partes de la red es disponer de cables de dedicación exclusiva, lo que se llama “fibra oscura”. Pero estos a menudo pasan por los mismos ductos que el resto, por lo menos en parte, y también pueden resultar dañados, o sea que sólo arreglan una parte del problema.
Una de las soluciones alternas más obvias es el internet por satélite, que ya se usa para áreas de difícil acceso para el cableado. Numerosas empresas recurren a este tipo de solución, mediante redes privadas, propuestas por proveedores especializados en comunicaciones satelitales. Pero también tiene sus limitaciones:
-
la velocidad de descarga es menor, por lo que cabe preguntarse si funcionaría bien para transportar grandes volúmenes de data
-
se produce un fenómenos de ligero “atraso” en la transmisión, cómo el que se nota en comunicaciones entre periodistas usando un teléfono satelital
-
es más fácilmente afectado por el mal tiempo.
Otra solución posible de emergencia es el internet por micro-ondas, que también se usa para zonas de difícil acceso para el cableado. Siendo en este campo conocido el estándar WiMAX. Tratándose de radio, la red requiere de repetidores y de extensión por radio-enlace. Pero el sistema es conocido más para proveer del acceso a internet en “el último tramo”, o sea que si la red principal falla, no será de mucha ayuda. Pero puede servir de mucho para empresas de ciertas características. También cabe preguntarse acerca de las capacidades de transmisión de grandes volúmenes de data.
Como han podido ver, soluciones inalámbricas disponibles para la continuidad del negocio, hay. Pero pueden resultar limitadas, y no funcionar siempre.
Y no hay que olvidar que el funcionamiento del internet depende en gran medida, para las oficinas, del de la electricidad, que también puede ser objeto de múltiples cortes en escenarios catastróficos.
Por ello, por más desagradable que sea para muchos, hay que aceptar la realidad de que se puede conocer situaciones de indisponibilidad total relativamente prolongada del servicio de internet. Por lo que siempre se tiene que pensar en protocolos operativos alternos y coordinados para lidiar con ello, de tipo “manual”, solución siempre disponible aunque se tenga la impresión de retroceder a los tiempos en que no existía el internet, y haya que hacer un esfuerzo de memoria sobre cómo se funcionaba antes de la teletransmisión y del internet. Ello implica prever, por ejemplo:
-
el uso de los aplicativos habituales en modo off-line (fuera de línea) para colocar la data a transmitir en soportes físicos como los CDs, DVDs y USBs (así como antes fueron bandas magnéticas, floppy disks, y diskettes), y hacerla llegar por algún medio motorizado a quienes sea necesario; pero eso es posible en espacios geográficos relativamente reducidos, sólamente
-
cuando es posible, el recurso al fax como se solía hacer antes mucho más a menudo
-
poderes y autonomías mayores dados a ciertas personas (por sus funciones), ya pre-establecidos para las situaciones de emergencia
- acuerdos con otras entidades/empresas afines que estuvieran menos afectadas, para que sean el vehículo de transmisión de instrucciones y data
En este campo, la capacidad de imaginación es la que debe reinar: lo que cuenta es seguir funcionando, como sea, por lo menos en los servicios más críticos.
Conclusión
En el mundo de hoy, casi todos nos hemos vuelto excesivamente dependientes del internet y de lo cómodo que es para tantas cosas.
Pero en países como el nuestro, por la importancia de la amenaza sísmica, principalmente, es muy importante ser capaces de aprender a no depender sicológicamente demasiado de lo cómodo. Después de todo, nuestras empresas y entidades estatales supieron sobrevivir a los frecuentes y largos cortes del fluido eléctrico causados por el terrorismo en tiempos no muy lejanos, en tiempos en que el internet no existía. Es decir que sí se puede hacer frente a situaciones extremas, mejor aún cuando ello es algo preparado y entrenado.