Los Riesgos de la Exportación e Importación
En los posts sobre el riesgo país y su gestión, hemos podido mencionar como fuente generadora de este riesgo el comercio internacional. Pero los riesgos ligados a éste no se limitan al riesgo país. Se trata al mismo tiempo de riesgos que afectan también a operaciones de comercio interno, pero que se intensifican cuando se trata de comercio internacional. Y todos estos riesgos requieren ser gestionados. Veamos los principales.
1) El riesgo crediticio
Es el riesgo para el exportador de que el importador no le pague, pues aquí en la práctica no hay posibilidad de pago al contado. Y como ya vimos hay el riesgo comercial propiamente dicho y la dimensión añadida del riesgo país. Como ya lo dijimos en uno de los posts mencionados, se puede usar diferentes técnicas de reducción/transferencia del riesgo como pedir el pago adelantado, contratar un seguro de riesgo de crédito a la exportación, solicitar una garantía bancaria a través de una carta de crédito o una carta de garantía, vender la acreencia a una entidad especializada.
2) El riesgo de no entrega de los bienes previstos
Es el riesgo para el importador que puede ir desde la ausencia de entrega total (que puede incluir recibir cajas rellenas de cualquier cosa, salvo lo esperado), a recibir bienes que no son de la calidad o en la cantidad especificada, cuando muchas veces ya se ha pagado por lo menos una parte. El control de la conformidad de los documentos de embarque por los bancos en el marco de la carta de crédito es una técnica habitual de reducción del riesgo pero puede no bastar, de ahí el éxito de las empresas certificadoras, que conducen inspecciones de la mercancía (como SGS). Aquí también el riesgo país puede jugar un rol.
3) El riesgo de malentendidos sobre los derechos y obligaciones respectivas
Este es muy frecuente al estar frente a frente operadores que a menudo no hablan el mismo idioma o que no dominan de manera similar el inglés. Esto puede generar disputas interminables. De ahí la importancia de contratos muy bien redactados, y las cámaras de comercio ofrecen en general contratos-tipo a sus miembros. Además se recomienda fuertemente el uso de los Incoterms, que son términos estandarizados por la Cámara de Comercio Internacional basada en París, y que reparten los riesgos, obligaciones y derechos entre las partes; estos han sido revisados últimamente en el 2010; incluyen términos muy conocidos como FOB (Free on Board, donde la transferencia de riesgos se hace en el buque de embarque y el importador asume los costos de transporte y seguro) o CIF (Cost, Insurance and Freight), donde el exportador asume hasta el puerto de destino los costos del flete y el seguro de transporte pero no los riesgos); pero existen también Incoterms donde el riesgo lo conserva el exportador hasta el lugar de destino.
4) El riesgo de transporte
Este es uno de los más obvios, trátese de camión, de avión, de embarcación marítima y/o fluvial, de tren o de transporte multimodal (que combina varios de éstos). En el comercio internacional los riesgos de que los bienes intercambiados sufran daños o robos durante el transporte son mucho mayores. Y no sólo en la parte de “larga distancia”, también puede ser durante el transporte “interno” por el uso de almacenes extra-portuarios al interior del país de exportación o de importación. Para esto no basta escoger bien a los transportistas y tener mucho cuidado con las cláusulas del contrato de trasporte, incluyendo las relativas al empacado, hay que contratar seguros.
5) El riesgo cambiario
Tanto los exportadores como los importadores están expuestos a este riesgo que deriva de las fluctuaciones del tipo de cambio. A veces sólo uno de los dos los está, pero el uso frecuente del Dólar de EE.UU. como la moneda del contrato, hace que a menudo ambos estén expuestos. Como ya tuve la oportunidad de explicarlo, se recomienda usar productos de cobertura cambiaria como forwards u opciones.
6) El riesgo de “eventos inesperados”
Estos pueden tratarse de desastres naturales, huelgas y peores manifestaciones de conmoción social, terrorismo, súbita explosión de guerra civil o guerra externa. Pueden hacer la entrega imposible o encarecerla significativamente. Como ven, acá hay factores de riesgo país también. Los seguros, que son la mejor solución, no cubren necesariamente todo, estos eventos se suelen prever en los contratos en las llamadas “cláusulas de fuerza mayor”. Son el principal factor de generación del “riesgo de fabricación”, es decir el de haber producido bienes para su venta en vano; muchas agencias de crédito a la exportación ( o ECAs) cubren este riesgo mediante una póliza específica.
7) Diferentes riesgos legales y tributarios
Las operaciones de comercio suelen encontrar como obstáculos una serie de impuestos y aranceles que deben pagarse a la salida y sobre todo a la entrada, que no siempre se conocen bien, así como requisitos tales como licencias o autorizaciones sanitarias no siempre transparentes. Las responsabilidades respectivas deben ser previstas en el contrato y pueden serlo en parte con el buen uso de los Incoterms y de las condiciones de la ejecución de las cartas de crédito. Otro riesgo es el de no conocer bien las disposiciones de embargo comercial que emiten ciertos países (una sola escala en el lugar equivocado puede crear problemas).
Pero también están los riesgos legales ligados a las leyes aplicables y jurisdicciones competentes. Aquí hay que tener mucho cuidado pues no todos los países reconocen la aplicación de los usos y costumbres del comercio internacional y sus tribunales son más o menos confiables (lo que forma parte del riesgo país). Por eso tienen tanto éxito las cláusulas de arbitraje internacional, aunque también pueden aceptarse órganos de arbitraje de países de reconocida trayectoria en este campo.
8) Diferentes riesgos operacionales
Se podría decir que algunos de los riesgos ya mencionados forman parte de esta categoría, tal como los riesgos ligados al transporte y los desastres. Pero también tenemos riesgos como el de fraudes externos e internos y otros que han ido adquiriendo (o re-adquiriendo) una importancia cada vez mayor: las perturbaciones creadas por la piratería internacional, que afecta no sólo a las aguas internacionales en algunos casos, corrupción de funcionarios (que pueden crear trabas con este fin), el riesgo de que una de las partes esté siendo utilizada en esquemas de lavado de dinero (mediante alguna complicidad interna), o incluso el de ver sus envíos usados para transportar droga u otras sustancias ilícitas al mismo tiempo.
Es cierto que hay empresas que participan voluntariamente en estas operaciones ilegales (hasta han sido creadas para ello), pero también hay casos de empresas víctimas de éstas con complicidad de su personal o el de sus contrapartes. No son riesgos fáciles de mitigar, aquí se entra en el campo del buen cuidado de la contratación de personal y de proveedores de servicios clave.
9) El riesgo estratégico o de inversión
En este riesgo no se suele pensar mucho, en realidad. Es que exportar o importar son decisiones estratégicas (aunque en el segundo caso a veces es inevitable). Y para hacerlo hay que prepararse bien, pues muchas veces ellas puede significar dedicarles recursos muy importantes, no sólo de contratación de personal adicional corriente, sino también de personal especializado, e incluso invertir en ciertos equipos para aumentar capacidades de producción o en locales y personal en los países de destino o los de los proveedores clave. Malas decisiones o un grado de preparación insuficiente pueden crearle dificultades a una empresa, incluso provocar su quiebra. Por ejemplo, concentrar demasiadas exportaciones en un país con problemas recurrentes de inestabilidad jurídica (y peor si los tiene en el tema de la disposición de divisas con regímenes cambiarios caóticos), o concentrar demasiadas importaciones en países inestables políticamente con estallidos de violencia recurrentes, o lanzarse sin personal que entienda de comercio internacional o que por lo menos sepa usar bien la información brindada por las cámaras de comercio y ministerios promotores. Este riesgo puede ser mitigado por un reconocimiento de las propias limitaciones y la búsqueda de asistencia técnica que suelen brindar entidades gremiales y organismos estatales especializados, o el uso de empresas de trading internacional altamente especializadas.
Conclusión:
Como ven, en el comercio internacional los riesgos no faltan, pero prácticamente todos son mitigables, aunque algunos no lo sean fácilmente lo que es inevitable. Y muchas de las técnicas de mitigación fueron incluso creadas desde la Antigüedad, cuando el comercio internacional ya era intenso y mucho más arriesgado.