Principios de Gestión del Riesgo País
Como decía en el post anterior, la gestión del riesgo país no se limita a usar una serie de indicadores o a usar una clasificación de riesgos soberanos. También se tiene que tomar medidas concretas para tratar de reducirlo o mitigarlo, o incluso ver si en ciertos casos, no es mejor evitarlo, o por el contrario, considerar que a veces se está relativamente seguro y que no hace falta medidas adicionales de gestión.
Algunos en países emergentes podrían pensar: pero gestionar el riesgo país es más bien de países desarrollados, los países arriesgados somos nosotros, entonces no deberíamos gestionar este riesgo. Este razonamiento es erróneo: ya pudimos ver que pueden haber países desarrollados que se vuelven riesgosos, y aún sin eso, siempre hay países más arriesgados que el propio, e incluso cuando se es de un país mal clasificado, los que están mejor clasificados no dejan de representar cierto riesgo. Hacer negocios comerciales / invertir a corto o largo plazo / prestar en otro país siempre es un riesgo adicional porque se tiene menor conocimiento y control que en el suyo propio.
A continuación vamos a describir diferentes principios básicos de gestión del riesgo país y luego diferentes técnicas de mitigación del riesgo; pero no se debe olvidar que su utilidad relativa varía según que se sea un exportador, un inversionista de corto plazo, un inversionista de largo plazo, una entidad financiera. Las perspectivas de cada uno de estos jugadores son diferentes. Hay casos en que estos principios y técnicas pueden ser útiles también para importadores, pues éstos también pueden estar expuestos al riesgo país: no el de que no les paguen, sino el de que su contraparte no les entregue lo previsto, lo que puede crear problemas mayúsculos a algunos.
Algunos principios básicos de gestión
. Uno de ellos es tratar de tener una opinión propia sobre el riesgo de un país, usando mucha inteligencia financiera, estando muy informado sobre los países con los que se quiere tratar. La idea es no depender excesivamente de lo que digan las clasificadoras internacionales. Eso no significa necesariamente tener su propio sistema de clasificación, lo que muy pocos pueden hacer, basta con estar mejor informado para ser más proactivo y tener por ejemplo un sistema de alertas. Pero por supuesto, esto es mucho más difícil para las MiPymes, que deben ser entonces doblemente prudentes y hacerse a aconsejar más por bancos y entes especializados en comercio exterior
. Otro es tener una estrategia y políticas de riesgo-país muy claras, sobre con quien hacer negocios y donde invertir. Esto incluye fijarse límites país razonables, o excluir negocios con ciertos países. Pero también significa clasificar por nivel de riesgo y priorizar el tipo de operaciones que se va a hacer: para algunos será hacer sólo operaciones de corto plazo, otros podrán variar su menú de operaciones con las de mediano y largo plazo. La idea es que desde el punto de vista del riesgo país, no todas significan el mismo riesgo, una operación corta de comercio exterior no es lo mismo que un préstamo de largo plazo, por ejemplo. Por supuesto, la priorización también depende de las líneas de negocio y actividades que se tiene (muchos hacen de todas maneras operaciones e inversiones de largo plazo, como el project finance); lo esencial es fijarse políticas.
. Algo muy importante es no subestimar el riesgo país de ciertas operaciones. Este error es muy frecuente. Por ejemplo:
- se tiende a pensar que porque una operación de financiamiento es de menos de 1 año, es poco arriesgada, incluso algunos dicen que no hay riesgo país. Eso es un error, no es lo mismo una operación de trade finance (comercio exterior) a 90 dìas, que un préstamo puramente financiero a 360 días; este último representa de todas maneras un riesgo país elevado, como muchos lo han podido descubrir amargamente en períodos de crisis o al ignorar que hay países con los que sólo se puede tratar con transacciones de muy corto plazo (especialmente si están cortos de reservas de divisas o sus autoridades ponen mil traba para dárselas a sus importadores).
- o, el hecho para un banco de tener a bonos soberanos en la cartera de negociación (o trading book), no puede ser visto como una ausencia de riesgo país, como muchos hacen, pues esos bonos pueden perder mucho valor en el mercado con gran rapidez, como se pudo ver con el caso de Grecia, país al que muchos bancos se sobreexpusieron por cometer ese error.
. También es muy importante saber constituir provisiones adecuadas por riesgo país, así como se hace por malas acreencias. Sólo que aquí la técnica consiste en hacerlo ex ante, antes de que haya problemas. Esto está ligado a las clasificaciones de riesgo país de las que se disponga, sean propias o puramente externas, por lo que incluso puede ir aumentando si la nota de un país se deteriora Eso ayuda no sólo a tener reservas para malas sorpresas, pero también a ordenarse un poco: así uno sabe que para ciertos países debería tener un margen financiero mayor (si presta) o un margen comercial mayor (si exporta) o buscar retornos sobre inversión más altos y/o más rápidos. Los bancos en muchos países ya lo hacen porque los reguladores se lo imponen, como es el caso acá con la SBS. Pero cuidado, no deben duplicarse con las provisiones que se hace para malas acreencias o pérdidas de valor: el principio es que si se materializa el riesgo, debe primar la provisión “comercial” siendo el nivel de la provisión por riesgo país una suerte de mínimo
. Para los bancos principalmente, pero no únicamente (es algo que puede conocer todo grupo multinacional), es no olvidar que el riesgo país no se limita a las operaciones transfronterizas, también incluye las operaciones que se hace en otros países a través de subsidiarias o de agencias implantadas en ellos. Para un banco europeo, por ejemplo, su exposición a Ucrania es no solamente lo que le presta a ese país desde afuera, también debe tomar en cuenta lo que su filial ucraniana presta a empresas en ese mismo país. Algunos tienden a pensar que este último elemento no contiene riesgo país, o que este es mucho menor porque la filial o agencia local tiene mayor conocimiento, y eso es un error. Parece haber pasado con Grecia hace unos años como antes pasó con Rusia e Indonesia en los 90 y luego con Argentina.
. Tampoco se deben olvidar a las “acreencias y obligaciones contingentes”, es decir las que no son seguras en cuanto a su materialización. Ejemplos típicos: la fianza que se emite para garantizar las obligaciones de pago de una filial extranjera propia o de un buen cliente (el riesgo de que esta tenga dificultades por factores de riesgo país es real); o las operaciones de derivados financieros (como forwards cambiarios o swaps cambiarios o de tipos de interés) que se hacen con contrapartes extranjeras, que pueden no cumplir con su parte, dejando expuesto a uno con una posición que tiene que cubrir y una acreencia incobrable, algo que se vio por ejemplo en el caso de Rusia 1998 (se vio a bancos tratar de no cumplir con sus obligaciones invocando cláusulas de “act of God”, o “actos de Dios”, un tipo de fuerza mayor en derecho anglosajón).
Conclusión:
No he pretendido ser exhaustivo con este tema, sino tratar de aportar algunas ideas básicas. Por supuesto, en la lista de principios de gestión del riesgo país se encuentra el buscar y usar diferentes técnicas para mitigarlo, lo que será objeto del post siguiente.