Acerca de Créditos Imposibles de Reembolsar
Con los últimos posts hemos podido ver que muchas veces se otorgan créditos que no se pueden reembolsar, sólo se pueden renovar limitando el pago a los intereses. Esta situación, o situaciones cercanas, también se presenta en otros tipos de créditos. Y puede ser signo o de futuros problemas o de problemas ya existentes. Veamos cómo.
Una precisión preliminar: no incluimos acá el caso de los créditos que por naturaleza, por el objeto de financiamiento, están destinados a ser mantenidos en monto o aumentados cuando una empresa crece, o reducidos por cambios en el modelo de negocio. Por ejemplo, hay los créditos que se otorgan para las necesidades de capital de trabajo permanente de las empresas, que están justificados por el ciclo de negocio de éstas. Estos tienen más bien una lógica de línea de crédito, que es la expresión que se utiliza en su caso. En general se renuevan y se revisa su monto anualmente; en países anglosajones, para grandes corporaciones, se suele sindicar líneas llamadas “revolving” o “revolver” de varios años de duración, para estos fines.
También existen las líneas revolventes por tarjeta de crédito, para los consumidores, cuyo monto disponible se reconstituye conforme se efectúan los pagos mensuales; si se dan sin montos excesivos y en función de la capacidad real de pago del deudor, tomando en cuenta sus otras deudas y líneas, no representarían mayor problema.
Nos referimos a aquellos créditos que por naturaleza deberían ir disminuyendo mediante cuotas periódicas, tal como créditos para inversión en bienes de capital o créditos de adquisición de empresas. El hecho de que en esos casos se otorguen créditos en los que se paga sólo intereses, son ejemplos de los que Hyman Minsky llamó “finanzas especulativas” en su “Hipótesis de la Inestabilidad Financiera”; una situación cercana a ésta es aquella en la que los reembolsos de los primeros años son ridículos sin necesidad económica y se tienen pagos muy elevados al final (a veces llamados “balloon” en inglés).
Ejemplos:
- lo que ya vimos para parte de los créditos para compras apalancadas de empresas, con supuestos de mayores valorizaciones en el futuro para la reventa
- gran parte de los famosos créditos hipotecarios “tóxicos” en los EE.UU.; en realidad no se esperaba que fueran reembolsados, se contaba más con la supuesta alza futura del bien; Minsky habló incluso de “finanzas Ponzi” (más cercanas a la estafa) para casos de este tipo
- créditos sindicados para inversiones en bienes de capital bajo forma de créditos “bullet” a mediano plazo; se supone que si se amortizan en el tiempo, deberían ser en realidad reembolsados en cuotas o en el marco de operaciones de leasing.
- líneas de crédito revolvente por tarjeta donde prácticamente no se paga principal y se vuelven eternas (con pagos mínimos bajísimos e incluso casos de “amortización negativa” donde no se paga ni los intereses.
Estos son los tipos de créditos que pululan en períodos de optimismo excesivo, con una lógica de burbuja crediticia, que termina por contribuir a la creación de otras burbujas, lo que siempre termina mal, cuando el optimismo se revierte.
Lo paradójico es que este tipo de créditos se puede ver también en situaciones de crisis de algunos clientes o de crisis sistémica, pero esta vez, para no sacar todas las consecuencias del deterioro de la calidad de la calidad crediticia.
Ejemplos de esto último:
. en la década de los 90 en el Japón, los bancos renovaban a muchas empresas los créditos con sólo pago de intereses, y estos eran cada vez más bajos tendiendo a cero; es que conforme se sentían más los efectos de la deflación, muchas empresas veían reducirse sus ingresos, hasta que ya era imposible esconder que en realidad no podían pagar, pues sus rentabilidades operativas se volvían negativas; sólo quedó reestructurar de verdad esos créditos a lo que se llamó “empresas zombis”, con “quitas” de una parte sustancial del principal. Es que todos estaban esperando que la situación económica terminaría por mejorar; fue una apuesta arriesgada….casi especulativa
. en Tailandia, luego de cierto tiempo de la crisis asiática, se vieron “restructuraciones” montadas por los bancos locales mayoritarios, donde los plazos de reembolso eran de 15-20 años, con varios años de gracia no sólo de capital, sino también de intereses; claro, como se trataba de empresas con rentabilidades nulas o negativas, nada podían pagar. En realidad eran también “zombis”, se estaba negando la realidad, pues el “truco” era que la regulación permitía también dejar de hacer provisiones por esas refinanciaciones (o sea, se creaba utilidades en parte irreales en los bancos). Recién en el 2000 se empezó a ver reestructuraciones en serio.
. y, más cerca de nosotros, ¿no hemos tenido también casos de créditos supuestamente en situación normal, pero que eran renovados a 3, 4 o 5 años, “bullet”, con incluso el pago total de los intereses para el final? Porque obviamente esos clientes no podían pagar nada. Queda esperar que esa mala práctica no sea muy extendida.
. ¿y no se podría decir lo mismo de las refinanciaciones interminables (¡pero con tasas de interés aún más altas!) que se vieron para los créditos soberanos latinoamericanos en los 80as, antes de que se reconociera la realidad con el Plan Brady?
Conclusión
Como ven, las “finanzas especulativas” y las “finanzas Ponzi” descritas por Hyman Minsky se ven no sólo en período de euforia, sino en los períodos desfavorables subsecuentes. Parece absurdamente paradójico pero así es. Un rasgo común en ambos casos: una visión distorsionada o una negación de la realidad.