Las amenazas desatendidas en la Gestión de Riesgo de Desastres
El reciente terremoto ocurrido en Turquía al igual que los huaycos producidos en nuestro país han mostrado -en sus distintas dimensiones- lo vulnerables que son los países en términos de la prevención, reducción y gestión de los riesgos de desastres.
En el caso particular del Perú resulta claro que aún no hemos comprendido del todo los riesgos que enfrentamos, el impacto económico que estos representan y las amenazas climáticas que están siendo desatendidas. Solo en vivienda, a nivel urbano y rural, sufrimos lo que la ONG Build Change denomina “epidemia de vivienda vulnerable” y no terminamos de darnos cuenta que es más costosa la reconstrucción que la reparación o el reforzamiento.
Por eso son importantes los resultados del Examen de Medio Término del Marco de Sendai que serán presentados hacia fines de marzo de 2023 donde se recogen los avances logrados y las dificultades encontradas en la gestión de riesgos de desastres a nivel mundial.
El Marco de Sendai para la Reducción del Riesgo de Desastres 2015-2030 se adoptó en marzo de 2015 y es el instrumento que sucede al Marco de Acción de Hyogo 2005-2015 para aumentar la resiliencia de las naciones y las comunidades ante los desastres. Este Marco busca la reducción sustancial del riesgo de desastres y de las pérdidas ocasionadas por estos, tanto en vidas, medios de subsistencia, salud, como en bienes económicos, físicos, sociales, culturales y ambientales de las personas, las empresas, las comunidades y los países.
Uno de los cambios que introdujo este Marco es que se pasó a un enfoque basado en la comprensión y gestión de los riesgos de desastres y, entre otros, se impulsó el uso del instrumento para la presentación de datos e informes en línea. En marzo de 2022 eran 155 países los que utilizaban el mecanismo de seguimiento, frente a 88 que lo hacían en 2018.
Según el informe del Examen se han hecho algunos progresos en la reducción del impacto de los desastres, pero los países no están en camino de alcanzar el resultado previsto ni el objetivo del Marco para el 2030.
El Marco tiene siete objetivos, de los cuales solo dos han mejorado, tres han empeorado, uno está sub reportado y uno está en la mitad inferior de la tabla.
1. Reducir la mortalidad mundial causada por desastres para 2030 (se redujo, si se excluye Covid-19 y Turquía).
2. Reducir el número de personas afectadas a nivel mundial (se incrementó).
3. Reducir las pérdidas económicas causadas directamente por los desastres en relación con el PBI mundial (subieron significativamente).
4. Reducir los daños causados por los desastres en las infraestructuras vitales y la interrupción de los servicios básicos (se duplicaron).
5. Incrementar el número de estrategias de reducción del riesgo de desastres a nivel nacional y local (subió 127% hasta llegar a 125 países).
6. Mejorar la cooperación internacional para la reducción del riesgo de desastres (datos sin reportes suficientes).
7. Incrementar la disponibilidad de los sistemas de alerta temprana y de la información sobre riesgo de desastres, y el acceso a ellos (en la mitad inferior de la tabla de países que tienen sistemas de alerta temprana).
A la luz de estos resultados, el Examen propone corregir el rumbo a fin de alcanzar los objetivos planteados al 2030, para lo cual es imprescindible que los países sigan los principios rectores del Marco, sobre todo la importancia de gobernar y gestionar el riesgo de una manera en la que toda la sociedad participe, esto es, en los distintos niveles de gobierno y a nivel público y privado.
Entre las prioridades que se plantean para lograrlo están: (i) la comprensión del riesgo de desastres para lo cual se requiere que los datos sobre riesgos puedan ser accesibles e interoperables, (ii) fortalecer la gobernanza del riesgo de desastres para gestionar dicho riesgo, lo cual incluye todos los sectores, escalas y ámbitos, (iii) invertir en la reducción del riesgo de desastres para la resiliencia que supone corregir el cortoplacismo y promover la inversión en la reducción del riesgo de desastres, y (iv) aumentar la preparación para casos de desastre a fin de dar una respuesta eficaz en los ámbitos de la recuperación, rehabilitación y, de ser necesaria, la reconstrucción.
La visión del país al 2030 a nivel de cómo incorpora el Marco de Sendai en sus políticas nacionales es conceptualmente clara, pero se requieren acciones concretas para lograr los objetivos que este plantea.
Como ejemplo de una amenaza desatendida, el Ejecutivo debería establecer como norma que todo lo que se construya hacia el 2030 deba ser resiliente y crear el mecanismo de control respectivo para asegurarlo. Si no se toma una ácción drástica en esta materia, la “epidemia de vivienda vulnerable” seguirá creciendo.