+ digitalización para tener un Estado + proactivo
Entre noviembre y enero de todos los años, cientos de padres de familia en distintos lugares del país hacen largas colas en los exteriores de los centros educativos públicos en busca de vacantes para sus hijos.
En muchas de las instituciones educativas la asignación de vacantes es por sorteo y –en otras- es por inscripción de solicitudes según un cronograma, tanto a nivel regular como de los estudiantes con necesidades especiales.
Los mayores problemas se presentan en la inscripción para 3 años de inicial, primer grado y primero de secundaria, grados en los que muchas instituciones tienen vacantes limitadas.
Como se sabe, el Ministerio de Educación publica la fecha del proceso de matrícula y las fechas excepcionales, pero son las Direcciones Regionales de Educación las que habilitan la plataforma de inscripción, según la oferta de vacantes disponibles.
¿Qué pasaría si en lugar de que el proceso de matrícula sea reactivo, se decide pasar a un proceso proactivo?
Siguiendo el modelo de Helsinki en Finlandia, el servicio de matrícula podría mejorarse con el uso de información de las personas que el Estado tiene a su disposición.
Y es que el Estado, que ofrece servicio educativo, tiene toda la información de los ciudadanos que son elegibles para ese servicio, esto es, todos los niños que ya tienen 3 años, 6 años o 12 años y –en este último caso- los que han estado estudiando en un colegio que no tiene nivel secundario.
Además, el sector educación tiene permiso y acceso a la data relacionada con estos alumnos, con lo cual es posible que el Estado, a través de cada una de las Direcciones Regionales de Educación, envíe SMS a familias con niños en ese rango de edades ofreciendo la vacante disponible más cercana al domicilio registrado, con el fin que los padres respondan afirmativa o negativamente la propuesta del Estado.
Cuando se introdujo ese proceso en Helsinki, en el piloto inicial hubo un 84.5% de aceptación de las familias a la propuesta planteada y cuando se escaló la iniciativa, el nivel de aceptación se elevó al 89%.
Para algunos puede ser irreal pensar en usar la digitalización para acceder a servicios por los cuales estamos acostumbrados a sufrir para obtenerlos, pero no lo es.
Sin ir muy lejos para las últimas elecciones del 2021, todos los ciudadanos recibimos mensajes de la ONPE preguntando a través de un correo electrónico, las alternativas que nos parecían más adecuadas como Centros de Votación y probablemente elegimos las más funcionales logísticamente. Una vez registradas nuestras preferencias, recibimos la confirmación de la definitiva, en función de la ubicación de nuestra Mesa de Votación.
Para poder administrar el proceso de asignación de local de votación, la ONPE lo que hizo fue usar la digitalización para ofrecer un mejor servicio.
Eso mismo es posible hacer en la prestación de otros servicios como el educativo.
Ahora que las nuevas autoridades regionales han asumido sus funciones hay que esperar que empiecen a trabajar para hacer un mayor uso de la digitalización en beneficio de la ciudadanía.