La desnutrición y la riqueza del mar de Grau
Los tres grandes retos para que Perú salga de la trampa del ingreso medio y se incorpore al grupo de países de altos ingresos, según la OECD, son aumentar la productividad, reducir la desigualdad y revertir la informalidad en la economía.
En el post anterior, señalé que la diversificación productiva, aquella que permita que la estructura productiva del país migre hacia la producción de bienes y servicios de mayor valor agregado, es clave para el aumento de la productividad, para que las brechas entre Lima y las regiones se acorten y para que se generen más empleos formales.
Como toda política de Estado, debe profundizarse en el tiempo y para esto se requiere contar con recursos humanos preparados física y mentalmente. Por eso la reforma educativa emprendida por el gobierno es tan importante.
Sin embargo, ni los mejores esfuerzos del equipo del Ministerio de Educación podrán lograr resultados en aprendizaje si no se resuelve el problema de subalimentación que afecta a 2.3 millones de peruanos, según la FAO, y que viven en esas provincias que el país requiere que despeguen económicamente.
Los programas sociales tampoco serán suficientes porque en un contexto en que la situación fiscal del país se ha deteriorado, no va haber recursos para expandirlos.
Por eso es que defendí con tanta pasión que el pescado no falte en la mesa popular, especialmente en regiones como Piura o Ancash, donde a pesar de que en sus puertos se descargan anualmente decenas de miles de kilos de pescado, se registran altas tasas de desnutrición infantil., 21,7% y 20.5%, respectivamente, mientras el promedio nacional es 14.6%
Esta realidad incomprensible me convencía más de la importancia de cuidar los recursos del mar, y de asegurar que su riqueza llegue a todos los peruanos.
Tres son las áreas de acción más importantes en las que el próximo gobierno deberá trabajar para que esto sea realidad:
Asegurar que los peruanos, especialmente los que menos tienen, sean los primeros en beneficiarse de la riqueza del mar de Grau. Esto implica revisar las condiciones de aprovechamiento de los recursos marinos en el país.
- En el año 2008, las autoridades otorgaron a precio cero las cuotas pesqueras que hoy están valorizadas en USD 10 mil millones, cifra que equivale a ocho años de presupuesto del Ministerio de Desarrollo e Inclusión Social que maneja los programas sociales. Asimismo, fijaron una contribución de las empresas pesqueras al fondo intangible de jubilación de los pescadores industriales a cambio de que se mantenga inalterable el monto y la forma de cálculo de los derechos de pesca de anchoveta. La contribución se fijó en USD 1.95 (S/ 7) por tonelada de anchoveta descargada que ahora se vende a más de USD 1700.
- En 2018, se vence el plazo fijado para esta contribución y la sociedad tendrá la oportunidad de decidir, a través de sus representantes en el Congreso de la República cinco temas clave: (i) si mantiene inalterable el monto y la forma de cálculo de los derechos de pesca; (ii) el monto de contribución de las empresas pesqueras al fondo de jubilación de los pescadores industriales y si lo sigue atando o no al tratamiento que se de a los derechos de pesca; (iii) si revisa las condiciones en que se otorgaron las cuotas en 2008, (iv) si crea y subasta un nuevo sistema de cuotas para el consumo humano directo; y, (v) si consagra definitivamente en una ley las 10 primeras millas marinas para la mesa popular para que ninguna medida cautelar pueda alejar al pescado de las mesas de los peruanos.
Garantizar la sostenibilidad de los recursos para las futuras generaciones. Esto significa:
- Menos plástico en el mar. Un reciente informe del World Economic Forum señala que en 2050 habrá más plástico que peces en el mar.
- Menos sobrepesca y más controles. Un nuevo estudio de Daniel Pauly y Dirk Zeller señala que hemos estado subestimando lo que se extrae del mar. La pesca negra no es una práctica que solo se realice en el Perú.
- Más patrulleras para el ámbito marítimo. El gobierno deja seis nuevas patrulleras y deben incorporarse más para mejorar el control.
Modernizar a la industria de consumo humano directo para revertir la desnutrición en el país y permitir que los miles de pescadores artesanales de todo el Perú tengan acceso a mejores ingresos y una mejor calidad de vida:
- El Programa A Comer Pescado, creado en el año 2012 y que llega a los lugares más alejados del país llevando la proteína de pescado que la población necesita, debe seguir impulsándose
- El SANIPES , creado en 2013, debe fortalecerse para ampliar su capacidad de llegar a todo el litoral del país.
- Los desembarcaderos de pesca artesanal adecuados a la norma sanitaria pueden contribuir al despegue de una industria de consumo humano directo rentable. Este gobierno concluirá con casi 15 construidos bajo esos estándares. Y el próximo debe hacer más.
En las próximas elecciones, los peruanos tendremos la oportunidad de elegir una vez más nuestras prioridades como sociedad y por eso es tan importante que los candidatos a la Presidencia y al Congreso hagan conocer su visión respecto de temas clave para el despegue de la productividad en el país como la diversificación productiva, la reforma educativa y la promoción de la ciencia y la tecnología, y, por supuesto, la defensa y uso como herramienta contra la desnutrición de los recursos del mar de Grau.
El aprovechamiento sostenible de esos recursos no es un tema técnico que deba ser tratado a puerta cerrada por una minoría privilegiada sino que deber ser discutido ampliamente y con transparencia por su relevancia en la batalla contra la desnutrición, el éxito de la reforma de la educación y el despegue de la diversificación productiva. No entender esto puede frustrar el sueño del país de salir de la trampa del ingreso medio e incorporarse al club de economías de altos ingresos de la OECD. El Presidente Humala lo entendió así. Ojalá que el próximo también lo haga.