Lo importante vs Lo urgente
A mi amiga Emilia ya casi nunca la veo. Le llamo para preguntarle por qué ha desaparecido de un momento a otro y ella me comenta que le han cambiado de jefe. Su nuevo gerente es una persona muy dispersa y por esa razón su horario de trabajo se ha vuelto interminable. Además, casi siempre los viernes se encuentran con problemas que deben resolverse con urgencia. “Ay flaca, con este nuevo jefe todo se ha vuelto impostergable. No sé. Estoy fastidiada, creo que voy a renunciar”, me confiesa.
Esta situación ya la he visto muchas veces en todos mis años de trabajo. A pesar de toda la literatura que existe al respecto, se repite una y otra vez. Es muy frecuente que personas que, por primera vez llegan a un puesto gerencial, entren, como se dice de manera coloquial, “en trompo” y no sepan priorizar los temas que son realmente importantes. Es usual ver a gerentes que se ahogan en un mar de dudas o se dejan “atarantar” por otros gerentes y terminan haciendo cosas que no les corresponden a ellos y a su equipo. Al final fracasan, desgastan a sus colaboradores de una forma inútil y sin lograr sus verdaderos objetivos.
En mi humilde opinión, la planificación es la mejor forma de evitar caer en este tipo de situaciones. Un verdadero líder, antes que nada, debe analizar cuáles son los objetivos prioritarios de su gestión, es decir qué es lo que se quiere lograr. Este análisis también nos permitirá saber qué cosas se necesitan hacer para lograr estos objetivos. Este ejercicio involucra un acercamiento con los colaboradores para saber qué problemas e inconvenientes se tienen que resolver para poder lograr las metas.
Muchos autores señalan que un líder debe escoger 5 acciones prioritarias a desarrollar o resolver para llegar a su meta. Una vez que logre solucionar uno de los ítems de esta lista, recién podrá incluir otra prioridad. De otra forma tendremos un montón de temas que resolver sin llegar nunca a solucionarlos todos
Una vez que tenemos el mapa para llegar a nuestra meta, es importante que el líder pueda empoderar a su equipo. Es decir, pueda generar una cohesión y sincronización con sus colaboradores. El líder se debe acercar a su grupo para involucrarlo en el logro de los objetivos. Debe saber qué piensan y saber escuchar sus estrategias para resolver los temas prioritarios y los que se encuentren en el camino. Es necesario asesorar a tus colaboradores cuando tengan duda y por qué no, convertirte en su mentor, es decir en su consejero y guía espiritual. Un equipo de trabajo empoderado es garantía de una buena gestión.
Creerse uno mismo indispensable para todos los temas que atañen a tu oficina, no confiar en el criterio de tus colaboradores, no saber delegar, es el camino al fracaso. Es importante saber escuchar a tu grupo, de lo contrario desmotivarás a las personas que trabajan a tu lado.
Yo sé que es más fácil decirlo que hacerlo, pero el reto está planteado. Estas son las acciones que un gerente debe apuntalar a pesar de las presiones, los malentendidos y las urgencias que nos plantean nuestros superiores, colegas y la realidad. No es fácil, pero es necesario darse un tiempo para analizar, planificar y priorizar las necesidades de tu gestión. Sin embargo, creo que el reto más complejo es el de crear un grupo de trabajo confiable y que este a la altura de las circunstancias.