Confianza vs fraude
Mi amiga Sofía, me pregunta: ¿si los peruanos estamos preparados para que las empresas u organizaciones nos traten bien, nos den confianza y nosotros respondamos a ello con trabajo, honestidad y lealtad? La pregunta es tan amplia que le pido que por favor me explique cuál es el contexto de su consulta.
Ella es psicóloga organizacional y está a cargo de la contratación de personal para la empresa donde trabaja. Toma un poco de café y me dice que está fastidiada porque dos de las personas que ella escogió para labores donde se tenía que trabajar con dinero, no han respondido a la confianza. Ha pasado un año, ambos han sido descubiertos. Cada uno por su lado estuvo robándole a la empresa pequeños montos que sumados representaban una buena cantidad de dinero. Estos dos casos han puesto en tela de juicio la idoneidad de su labor.
Máximo, –que es un amigo que trabaja como bróker de seguros y nos acompaña en la hora del lonchecito–, la alienta y le dice que es muy común que la gente robe si es que la empresa no tiene sistemas de control, si no se monitorea la información de cada una de las transacciones que realizan los trabajadores.
Máximo le hace unas cuantas preguntas a Sofía y queda claro que en su organización no controlan bien la labor de sus trabajadores, al menos de los cobradores. Nos explica que la mayoría de fraudes y robos en las empresas peruanas se producen porque los trabajadores se dan cuenta que pueden hacerlo con impunidad, que nadie los controla.
El tema ha quedado flotando en mi cabeza y en Google he buscado información al respecto y me he dado con una realidad que ni imaginaba. Para empezar debo decir que Las empresas de seguros la tienen clara. Casi todas las que operan en nuestro mercado ofrecen pólizas “por deshonestidad”.
Es más, hay informes periodísticos que señalan que el robo es el principal fraude que sufren las empresas peruanas. Sobre este aspecto hay varios informes de consultoras como Ernst & Young y PwC.
En realidad creo que la pregunta no debería ser si los peruanos estamos preparados para recibir la confianza de nuestros empleadores. Creo que más bien mi amiga debería preguntarse: si la empresa donde trabaja está preparada para evitar los robos y fraudes de colaboradores.
Si eres dueño o gerente de una empresa pequeña o grande pregúntate si: ¿tienes algún plan o política para evitar los fraudes?, ¿si haces seguimiento a la contabilidad y además has desarrollado políticas de auditoría?, ¿has monitoreado cómo va la emisión de cheques?, ¿estas verificando cada una de las transacciones pequeñas y grandes que se hacen?, ¿tienes canales de comunicación para que tus empleados de manera anónima denuncien robos o fraudes?
Todas estas preguntas deberían dar paso a políticas preventivas en tu organización. Es tan cierto eso de que “hasta los justos pecan en arca abierta”. Y creo que con el uso de nuevas tecnologías, ahora que se realizan transacciones por Internet, es importante contar con protección ante ciberataques. Como vemos no basta solo con dar confianza, también es necesario tener un plan de prevención y una política organizacional que premie la transparencia.