Nuestro aniversario patrio y la industria minera
Por: Ing. Víctor Gobitz, presidente del Instituto de Ingenieros de Minas del Perú
Hemos cumplido 199 años de vida republicana, somos 32 millones de peruanos, es decir, 0.45% de la población global y nuestra economía solo representa el 0.3% del PBI mundial, por lo tanto, nuestro foco debe ser netamente exportador, tratando de contar con sectores productivos competitivos y con una logística de alto nivel.
Actividades como la pesca, agroindustria, confección de textiles, madera y minería; deben tener un lugar importante en el plan de desarrollo económico y social del país. Somos una nación con una geografía de grandes contrastes y un crisol de culturas, producto que a la población originaria se han sumado migraciones de Europa, África y Asia, e incluso recientemente regionales.
Somos un país de escasos consensos, y solo lo hemos logrado en tres aspectos: en el gran legado cultural prehispánico, la gastronomía y el fútbol, en los demás temas tenemos múltiples opiniones, poca articulación y hasta intolerancia.
En el discurso presidencial por el aniversario patrio es de destacar la importancia que se dio al tema de la educación de calidad, a la inversión en infraestructura pública –llámese salud, telecomunicaciones e integración vial y aérea–, y específicamente en lo referente a minería, a los esfuerzos de tener una mirada de consenso sobre la industria, resaltando el trabajo que hizo el centro de convergencia Rimay con una visión al 2030, y recientemente la Comisión para el Desarrollo Minero Sostenible, que presidió Roxana Barrantes.
Nuestra aspiración debería ser contar con una sola gran marca minera, que integre a toda la industria, tanto a la actividad minera formal como aquella que aún no logra formalizarse, de manera tal que desarrolle su pleno potencial y genere empleo directo e indirecto a no menos de tres millones de peruanos, es decir, si se tratara de cabezas de familia, estaríamos beneficiando a alrededor de 15 millones de connacionales, casi el 50% de nuestra población.
Esto sería motivo de orgullo, de tener una industria del cobre compitiendo por el liderazgo global y también una industria aurífera con una participación importante en la generación de la riqueza nacional.
En resumen, debemos aspirar no necesariamente a generar pasión como el caso del fútbol, pero si un nivel de orgullo como se ha logrado en la gastronomía, en la medida que la industria minera tiene un papel muy importante en la historia económica de nuestro país.