Candidatos a Cajamarca, ¿dónde queda la minería?
Por Luis Rivera, presidente del Instituto de Ingenieros de Minas del Perú.
Estamos en un contexto electoral próximos a elegir a nuestros gobernadores, alcaldes provinciales y distritales para un período de 4 años.
Gran desafío que enfrentarán las nuevas autoridades de cara al bicentenario nacional para que sus respectivas jurisdicciones, tanto en Lima como en provincias, cuenten con las condiciones para un desarrollo económico, social y, desde luego, para el bienestar de la población.
En este período de campaña, crecen las expectativas ciudadanas ante las promesas de los candidatos, pero en lo particular, desde el sector minero, vemos con preocupación la poca atención que en algunas regiones se le ha brindado al desarrollo de grandes proyectos de inversión que podrían llevar a atender las grandes brechas en salud y educación, así como la generación de empleo para la población y la disminución en los índices de pobreza.
En Cajamarca, por ejemplo, donde la pobreza monetaria alcanza un 50.9%, la cobertura de salud es de 78.3%, y sólo el 68.9% cuenta con agua potable (de acuerdo a cifras del INEI); existe una cartera de inversión minera al 2022 por $ 16,209 millones: la más vasta cartera de inversión del país, en el que destacan proyectos como Michiquillay, La Granja, El Galeno, Ampliación de Shahuindo, entre otros.
¿Cómo aprovechará estos recursos el próximo gobernador regional?, ¿de qué manera apoyará al desarrollo de estas inversiones para traducirlos en oportunidades de desarrollo para la población
Revisando los planes de gobierno de los ocho candidatos al Gobierno Regional de Cajamarca, podemos confirmar que ninguno de ellos presenta una propuesta para el aprovechamiento de estos recursos económicos. Es más, ni siquiera incluyen los nombres de estos proyectos en sus planes de acción, como si no los estuvieran considerando para un eventual gobierno.
Vemos con más sorpresa aún que tres candidatos ni siquiera mencionan la palabra “minería” en sus planes de trabajo y que un cuarto describe esta actividad productiva como nociva para el medio ambiente y la salud de las personas, demostrando – desde luego- su desconocimiento sobre los altos estándares operacionales y de gestión ambiental con el que trabajan las grandes mineras en nuestro país.
Otro aspecto a considerar es el canon, regalías y derechos de vigencia que recibe Cajamarca gracias a la actividad minera. En 2017, la región recibió más de S/. 241 millones por estos conceptos; y entre enero y julio del presente año, más de S/. 145 millones. Claramente, estos recursos son una fuente de riqueza importante para el desarrollo de proyectos de infraestructura que permitan reducir las brechas en la población. No obstante, sólo un candidato hace referencia a éstos en su plan de gobierno, destacándolo como fuente de financiamiento para sus propuestas de trabajo. En los demás casos, la palabra “canon” es inexistente.
No consideramos que estos aspectos determinen el éxito o fracaso de una futura gestión en el Gobierno Regional, pero sí denota una falta de visión respecto al impacto económico y social que traería la minería para los cajamarquinos, traducidos en fuentes de trabajo, mejores empleos, desarrollo comercial, infraestructura, etc.
Tenemos recursos minerales, los proyectos están a puertas de ejecutarse, el mercado internacional -pese a todas sus deficiencias- sigue requiriendo de nuestros recursos naturales y, desde el sector, existe vocación por trabajar con sostenibilidad. Las condiciones están dadas para que el próximo gobernador pueda liderar un proceso de cambio que sea positivo para la región.