Más inversión: un compromiso con el país
Por Víctor Gobitz, presidente del Instituto de Ingenieros de Minas del Perú
La reciente Encuesta de Expectativas Macroeconómicas publicada por el Banco Central de Reserva (BCR) nos deja muchos datos importantes para reflexionar. Si bien las expectativas de las empresas respecto a la economía nacional para los próximos meses se mantienen dentro del rango “optimista”, la mayoría de los indicadores de la situación actual y las expectativas respecto a ventas, negocio, órdenes de compra, etc.; se han deteriorado respecto al mes pasado.
Esto nos invita a pensar en qué hacer para revertir este leve embate en la percepción y mantener la senda del optimismo y el crecimiento. En el sector minero tenemos la respuesta a esta incógnita bastante clara: facilitar la inversión.
En una reciente presentación comentaba cómo vendría la inversión en minería este 2018 y decía que esta estará marcada principalmente por 4 grandes impulsos. El primero lo darán las inversiones en exploraciones, las empresas mineras destinarán recursos a esta actividad con la finalidad de incrementar la vida útil de sus minas. Un segundo impulso serán las inversiones en mejoras operativas, ello con la finalidad de tener empresas cada vez más eficientes en sus operaciones.
En tercer lugar, se sumarán inversiones en las ampliaciones de minas, la cuales son de menor riesgo técnico y financiero; en ese grupo estarían las expansiones de Marcona, Toquepala, La Arena, Cerro Lindo, entre otras. Por último, está el impulso generado por las inversiones en nuevos proyectos mineros como Quellaveco, Mina Justa y Michiquillay, recientemente adjudicada a Southern Copper Corporation. Con estos 4 impulsos se espera que para el 2018 la inversión supere los US$ 5 mil millones, según cifras del Ministerio de Energía y Minas.
Ahora bien, aun con este impulso, todavía es mucho lo que tenemos que trabajar teniendo en cuenta que nuestro país tiene una cartera de proyectos mineros valorizada en más de $ 58 mil millones, tanto en exploración como en explotación y ampliaciones mineras.
Con todo ese potencial, nuestro país ha llegado a capturar el 7% de la inversión en exploración a nivel global y ahora tenemos el desafío de incrementar esta cifra a 8% para el 2021.
¿Cómo lo logramos? Debemos trabajar para lograr consenso en dos temas fundamentales: las licencias requeridas para explorar y los acuerdos relacionados con el acceso a la tierra. Sobre el primero, en nuestro país los procesos para obtener licencias (por ejemplo, las ambientales) aún son muy largos y poco predecibles; ello a pesar de que los trabajos de exploración tienen un impacto ambiental mínimo. Necesitamos ser más rápidos y ágiles para garantizar la inversión.
Sobre el acceso a la tierra, hay mucha confusión pues mucha gente piensa que toda exploración se convertirá en mina, pero no es necesariamente así. En este punto es fundamental agilizar los acuerdos y permisos de acceso a la tierra para captar más exploración.
Nuestro compromiso como profesionales del sector minero es impulsar, desde cada uno de nuestros lugares, una transformación que permita facilitar la inversión. Tenemos la fortuna de vivir en un país con una de las mayores reservas mundiales en oro, plata, cobre, plomo y zinc y con unos de los marcos normativos más maduros de la región. Sin embargo, aún podemos mejorar y colocarnos a la talla de países como Australia y Canadá que ya han evidenciado los grandes beneficios que la minería ha traído para su desarrollo económico y social.