Perú y Chile: competitivos no sólo en el fútbol
Por Víctor Gobitz Colchado, Presidente del Instituto de Ingenieros de Minas del Perú
Hoy que Perú y Chile se encuentran dando la lucha por su pase al próximo mundial de fútbol, debemos tener en cuenta algo importante: ambos países buscan ser competitivos.
Pero esa competitividad va más allá del fútbol. Debemos tener en cuenta que ambos somos países mineros que buscamos ganar una mejor posición en el mercado internacional y ganar partidos que se reflejen en el bienestar de nuestra población. Así que echemos un vistazo comparativo sobre diversos aspectos de la minería en ambas naciones.
Geología y producción
Ambos países comparten una misma historia geológica, que los ha dotado con el 44% de las reservas de cobre del mundo. Además, en términos de producción anual (Perú con 2.7 millones de toneladas y Chile con 5.5 millones de toneladas), atienden en su conjunto al 50% de la demanda mundial de este metal.
Ello debido a que compartimos de manera favorable la demanda creciente del cobre. Primero, en el corto plazo, explicado por China y su creciente urbanización; y segundo, en el mediano – largo plazo, por la mega tendencia que se viene gestando por los automóviles eléctricos, que requieren cuatro veces más cobre que un automóvil de combustión interna.
Portafolio de inversiones
En el Perú contamos con un portafolio de inversiones del orden de 50 mil millones de dólares, de los cuales el 75% se refiere a proyectos “greenfield” (nuevas minas). Sólo el 25% se refiere a inversiones “brownfield”, necesarias para mantener el nivel de producción alcanzado.
En Chile, en cambio, el portafolio de inversiones es ligeramente superior, pero sólo el 32% de dicho monto se refiere a proyectos “greenfield”. La parte más significativa (68%) se refiere a inversiones necesarias para mantener el actual nivel de producción.
¿Qué significa lo anterior? Que nuestro país cuenta con un potencial comparativo mayor para crecer en los próximos años y por ende generar un mayor impacto económico y social.
Chile tiene pocos yacimientos nuevos en comparación al Perú. Además, cuenta con un costo de energía mayor y dificultades de acceso a agua industrial. Otro desafío adicional del país vecino es la capitalización que requiere su empresa estatal CODELCO, para atender de manera sustentable su plan de inversiones. CODELCO acumula el 36% de las inversiones que requiere la totalidad de la industria minera chilena.
En el caso de Perú, el principal desafío es lograr acuerdos de acceso a tierras de manera expeditiva y equitativa.
Visión a largo plazo
En Chile, hace más de cuarenta años (1976), crearon la Comisión Chilena del Cobre (COCHILCO), para “fomentar políticas públicas para el desarrollo sustentable de la minería y consolidar su aporte al país”. Esta claridad en su visión le permitió al país vecino un crecimiento económico y social sin precedente: Chile es un país con un PBI per cápita de US$ 13,792.93 y cuenta con el mayor grado de inversión y menor riesgo financiero de la región.
En el Perú, por otro lado, aún seguimos debatiendo la conveniencia de contar con un Plan estratégico de largo plazo que incorpore el desarrollo de la industria minera como un pilar económico (ver CEPLAN 2015). Por ello, recientemente el IIMP publicó un documento en colaboración con GERENS, acerca de la planificación en seis países mineros con la finalidad de identificar buenas prácticas de estrategia sectorial. Otro aspecto a considerar es que nuestro país cuenta con un PBI per cápita de US$ 6,045.70 y estamos creciendo en nuestro grado de inversión.
Conclusión
Ante esta comparación apretada de dos países vecinos mineros cabe una pregunta final: ¿tendremos Perú y Chile la capacidad de generar una agenda de común beneficio?
Considero que sí y en dos grandes rubros: eficiencia operacional e innovación tecnológica, creando centros de excelencia para desarrollar y compartir conocimiento que haga de nuestra industria minera la más eficiente a comparación mundial, lo cual redundaría en negocios más rentables y por lo tanto en beneficio a distribuir/tributar en nuestros países.