En la mente de los emprendedores
Hace varios años empecé mi camino como emprendedor, y como todo recorrido, me tocó vivir diferentes problemáticas y retos. Algunos de ellos, en soledad, pero en otros, acompañado de emprendedores e innovadores que me inspiraron y me dieron respuestas sin saber que lo hacían. Exploré en entrevistas, artículos, conferencias y libros sus diferentes formas de pensar, sus actitudes y comportamientos, sus tomas de decisiones, sus historias y la forma en cómo afrontan sus desafíos. En este artículo vamos a conocer las características que definen la mentalidad de un emprendedor.
La actitud lo es todo
A Flavio Augusto Da Silva le dieron una oportunidad a sus 19 años: Vender por teléfono cursos de inglés. El único detalle es que en Río de Janeiro de los años 90s tener un teléfono en casa era un lujo. Podríamos parar la historia aquí. Sin teléfono no hay ventas. Pero ¿qué hizo Flavio Augusto?. Decidió convertir el aeropuerto de Santos Dumont de Río de Janeiro en su “oficina”. Bajo esas circunstancias, su actitud de perseverar lo llevó a convertirse en el mejor vendedor de esa empresa, luego en el director comercial. Esa misma actitud lo llevaría a fundar Wise Up, una escuela de inglés de negocios. Él había identificado una tendencia: muchas empresas americanas estaban llegando a Brasil para instalarse ahí, y en comparación con otras escuelas, él se enfocaría en preparar a los profesionales para que sepan hablar inglés y puedan participar en los procesos de selección de estas empresas. Su idea funcionó, cinco años después, Flavio Augusto había llegado a diferentes regiones del país, con una red de más de 20 escuelas de negocio, introduciendo luego modelos de franquicia que hicieron duplicar el número de sucursales en poco tiempo.
Una coincidencia que encuentro en muchos emprendedores es que empezaron con poco o nada de capital. Pero su actitud los llevó a tomar decisiones que para el común de los empresarios podían verse como arriesgadas. Sin embargo, contra todo pronóstico, su actitud les permitió lograr desafíos improbables.
Ellos además tienen la capacidad de transmitir y contagiar esta misma actitud a sus equipos y hacerlas parte de la cultura de la organización.
Aman lo que hacen
El aviso decía: “Alquilo espacio en estudio, incluye colchón inflable, desayuno casero y guía turística por 80 dólares”. Lo que parecía una idea bastante osada, terminó siendo el inicio de Airbnb. Ese día Brian Chesky y Joe Gebbia recibieron tres reservas, ganaron sus primeros 240 dólares y por supuesto no se quedaron ahí. Apostaron por la creación de un sitio web de alquileres de espacios en casas ofrecido por sus anfitriones. La idea era buena, la plataforma recibía visitas, pero los usuarios no terminaban alquilando los espacios que los anfitriones ofrecían. Se dieron cuenta pronto que las fotos que se mostraban en los anuncios eran bastante malas. Decidieron ofrecerse a tomar las fotos de manera gratuita ellos mismos. Ese detalle, que parecía pequeño, cambió el comportamiento de los usuarios. Las nuevas imágenes generaron confianza y transmitían belleza. Un espacio que parecía pequeño y sencillo se convirtió en extraordinario y agradable. Esta anécdota marca la pasión con la que los fundadores de Airbnb afrontaban cada reto. Hoy Airbnb cuenta con más de 5.6 millones de anuncios a nivel mundial, más de 4 millones de anfitriones. Se calcula que sólo en España el impacto económico de Airbnb es de 6.000 millones de euros anuales.
Lo decía Steve Jobs en su conocido discurso de Stanford: “Tu trabajo va a llenar gran parte de tu vida, la única manera de estar realmente satisfecho es hacer lo que creas es un gran trabajo y la única manera de hacerlo es amar lo que haces”. Cada vez que escuchas a un emprendedor de alto impacto vas a sentir una natural pasión cuando hablan. Una energía que solo puede venir del disfrute de lo que cuentan y están haciendo. Cuando algo es auténtico, se nota, y lo que se ama se nota.
Aprendices por naturaleza
Hasta ese momento el cáncer era una de las enfermedades que no tenían tratamiento. En esas épocas, ver a una mujer participar en ciencia, era un suceso “excepcional”. A pesar del contexto que enfrentaba, Marie Curie se dedicó a investigar y explorar toda su vida diferentes campos de la ciencia, pero sobre todo, el campo de la radiactividad y los diversos métodos de medición de la radiación. Algunos de estos estudio y descubrimientos permitieron la creación de tratamientos de radioterapia para el cáncer. Así como el desarrollo de nuevas técnicas científicas relacionadas a esta enfermedad.
Marie Curie además de una de las científicas más importantes de la historia, era una emprendedora enfocada en el aprendizaje continuo. Su pasión por el conocimiento junto a su compromiso con la humanidad la llevó a crear unidades móviles de radiología para asistir a los heridos de la primera guerra mundial. Estos artefactos llamados “petites Curies”, permitían localizar las balas y las esquirlas en el cuerpo de los soldados y evitar infecciones o amputaciones innecesarias. Se sabe que aquella persona que está enfocada en el aprendizaje constante, suele ser alguien que comparte ese conocimiento. Por ello, Marie entrenó personalmente a cientos de mujeres para operar las “petites Curies”. Recorriendo los campos de batalla para supervisar su funcionamiento.
Aprender es parte del ADN del emprendedor. Ellos y ellas tienen la capacidad de estar siempre descubriendo nuevas cosas, haciendo preguntas con la curiosidad de un niño. Ellos saben que para que sus negocios funcionen siempre deben estar aprendiendo. Saben perfectamente que las grandes ideas provienen cuando se conectan puntos de vista y formas de ver diferentes.
La acción como forma de vivir
Cuando a un joven Steve Jobs le preguntaron si podía entregar un millar de Macintosh en un mes, por unos segundos, se quedó en silencio. Recordó todo lo que a él y a su compañero Steve Wozniak les había costado producir sólo una. Pero, con esa actitud que define a los que tienen una mentalidad emprendedora, respondió que sí, que sí podían entregar aquel pedido. Era su primer pedido, y él sabía que tendría que buscar la forma de hacerlo posible. Otra característica que define la mentalidad de los emprendedores es la acción. No hay fórmulas mágicas, la única manera de saber si algo funciona o no, es chocar con el mercado, y en esa fricción aprender.
Los emprendedores de alto impacto normalmente no tienen libros escritos. La mayoría tienen biógrafos, personas que le siguen los pasos para recoger sus historias. A los emprendedores normalmente los encontramos haciendo cosas, sumidos en su quehacer, en sus proyectos, con sus equipos, buscando talento. Sus acciones hablan más que sus palabras.
Un propósito que los mueve
María Montessori estudió medicina, pero a pesar de tener el título, los colegios médicos de esa época no admitían mujeres. Por lo tanto no podía ejercer su profesión. Años más tarde pudo ser admitida en una escuela para trabajar como profesora. Estando ahí encontró un gran problema. Observó que los niños con problemas de aprendizaje eran tratados como seres inservibles, ellos prácticamente quedaban aislados de la sociedad. Esto la llevó a definir su propósito: crear oportunidades para que los niños con problemas de aprendizaje se inserten y se desarrollen en la sociedad. Así nació el conocido método Montessori.
Montessori tenía una visión clara de lo que quería lograr con su método: una educación que favoreciera el desarrollo integral del niño. Su pasión por la educación la llevó a estudiar constantemente, a investigar, a experimentar, a crear materiales didácticos basado en el respeto al proceso de aprendizaje de cada niño. A formar a otros maestros y difundir su método.
Su propósito se hizo tangible por su capacidad para observar la realidad con una mirada crítica y curiosa, para encontrar soluciones originales y eficaces a los problemas educativos, para diseñar ambientes y materiales que estimularan el aprendizaje del niño. Ella creía que los niños deben tener la libertad para aprender y desarrollarse por sí solos, en un ambiente de comprensión y cariño que sea estimulante. Maria Montessori fue una mujer que cambió la forma de ver a los niños y la educación. En sus palabras “todos los niños tienen un gran potencial para aprender y crecer si se les respeta y se les da libertad”. Su método sigue vigente hoy en día y es aplicado por miles de escuelas en todo el mundo, teniendo como guía su propósito.
Aunque los emprendedores no empiezan sabiendo cual es su propósito, lo van encontrando en el tiempo. Este norte los define y los diferencia sobre los demás.