Un poco de "Coldplay" en tu negocio.
En su reciente gira por Sudamérica, Chris Martin sorprendió al público argentino, cuando de pronto comienza a entonar “De música ligera” del gran Cerati de Soda Stereo.
No solo la entonó. Se la aprendió todita y su banda obviamente que también. La aprendieron, en castellano, y seguramente la ensayaron muchas veces para tocarla esa única vez.
(Si no viste el video, lo he colgado como post en mi cuenta de Instagram: @Carla_Olivieri).
Un esfuerzo titánico que se usaría en un solo evento que duró poco más de 4 minutos.
Pero esos 4 minutos produjeron magia.
En 4 minutos movilizaron un estadio completo, las redes sociales se volvieron locas, cruzaron fronteras emocionando a tanta, tanta, tanta gente
Además de hacernos vibrar, Chris Martin nos deja una gran lección a los empresarios.
Todos debemos meterle un poquito de “Coldplay” a nuestros negocios.
¿Cómo?
Soprendiendo a nuestros usuarios.
Sorprender significa que no solo cumplirás con tu promesa de valor.
Sorprender significa dar ese algo extra totalmente inesperado.
Al ser inesperado, impactas profundamente porque demuestras cariño, preocupación y una preocupación sincera por ellos.
¿Qué se requiere para sorprender?
- Empatía – porque inevitablemente, tienes que conocer bien a tu usuario; meterte en sus sentimientos, en sus mentes, en sus emociones para identificar ese “algo” que los emocionaría.
- Agradecimiento – porque reconoces el esfuerzo que se toma tu usuario para elegirte a ti y quieres que sepa que lo valoras. Puede ser con una sorpresa como ésta o ideando maneras para mejorar la experiencia contigo, como por ejemplo, simplificando procesos, facilitando la distribución, etc.
- Hablar de ellos – genera espacios en la empresa para conversar sobre los usuarios como si fuesen amigos, como si fuesen familia. ¿Cómo están? ¿Qué cosas están viviendo? Qué dicen de ti? ¿De qué se quejan? ¿Qué cosas nuevas valoran? Analizar data, etc. Dedicarles tiempo para identificar insights para sorprenderlos.
- Un super propósito y capacitación – Tener un propósito en la empresa y sobre todo “vivirlo”; que los colaboradores realmente conectan con él y generar espacios para entenderlo y capacitaciones para mejorar la experiencia del cliente hará que tus equipos se enamoren de la empresa y cuando uno hace las cosas con amor, se transmite hacia afuera.
Y para mí, el factor más importante:
- Sorprender al cliente interno #1: No solo sorprender “al que te paga” sino también al equipo pero con un ángulo un poquito diferente a lo habitual. De lo que vivo en consultorías con mi empresa – lo que más impacta es cuando la empresa le regala al colaborador un espacio para que defina su propio propósito, para que diseñe su felicidad, para que se conozca y se cuide, se quiera – porque el primer cliente interno es uno mismo y si uno está bien – pues eso lo irradia hacia afuera y, por supuesto que, multiplica el compromiso con la empresa.
El primer cliente interno es tu “yo” interno.
Logrando esto, va a nacernos más naturalmente meterle un poquito de “Coldplay” a nuestro trabajo.