Belleza, estatus y mercado laboral
En un estudio conducido por
investigadores de la Universidad de Harvard, estudiantes -separados en dos
grupos etiquetados como “guapos” y “feos”, respectivamente- fueron sometidos a
unas pruebas académicas. Los resultados fueron equivalentes. No había
diferencia entre los grupos. Sin embargo, cuando se les preguntó
anticipadamente cuanta nota sacarían, los más guapos fueron mucho más
optimistas. Ellos pensaron que sacarían una mucho mejor nota que los feos.
¿Cómo afecta la belleza nuestras posibilidades en el mundo laboral?
Uno pensaría que la belleza tiene un
impacto en situaciones como conseguir pareja o en trabajos dentro del modelaje
o la actuación. Sin embargo, diversos estudios (ver: éste
y éste,
para referencias) demuestran que la belleza tiene un impacto en el sueldo y la
posibilidad de ser contratado de las personas, en cualquier empleo. Las
personas percibidas como bellas tienen más chances de ser contratadas y -de
serlo- de recibir un mejor sueldo que sus contrapartes menos agraciadas
físicamente.
¿A qué se debe esto? La explicación más
común se refiere a los estereotipos: asumimos que las personas percibidas como
bellas son más aptas en general. Por otro lado, como sugiere el estudio
reseñado al comienzo; las personas más bellas serían, al mismo tiempo, más
seguras. Al ser la seguridad una cualidad valorada en el mercado laboral, se
debería esperar una recompensa (una explicación en video, por un economista
famoso y en castellano, aquí).
Otra explicación posible es que las personas queremos tener cerca y agradar a
quienes nos parecen físicamente más atractivos. Eso explicaría por lo menos la
contratación por personas de diferente sexo u homosexuales de potenciales
“conquistas”.
Una explicación alternativa y ciertamente
polémica, es la que asegura que las personas más bellas son -efectivamente- más
inteligentes. Esto sería por un proceso relativamente sencillo: los hombres
inteligentes tienden a tener un mayor estatus (poder, riqueza, etc.). Los
hombres gustan de las mujeres bellas. Las mujeres gustan de los hombres con
estatus. Ambos, la inteligencia y la belleza, se heredan. El producto de un
hombre inteligente y una mujer bella puede ser -aunque no necesariamente- una
persona inteligente y bella. Es claro que esta explicación describe una
situación que podría ser catalogada como machista, pero no por eso es menos
cierta históricamente, más allá de juicios de valor. La pueden revisar en
detalle, aquí.
Racismo
y belleza
El tema se complica cuando pensamos en la
relación entre belleza y racismo. En países como Perú, la tez blanca es
asociada a un mayor atractivo físico. La tez blanca, a su vez, es asociada a
una determinada raza. Esto haría que las personas de otras razas sean
indirectamente discriminadas. Un estudio acerca del impacto de la apariencia
física en la contratación laboral en Perú, puede ser visto, aquí.
¿Qué
hacer?
También se ha discutido acerca de maneras
de evitar este “injustificado” impacto. Entre las medidas, se ha pensado en el
impacto de los medios de comunicación en la definición de lo que es bello. En Perú,
por ejemplo, se cree que los medios refuerzan la idea según la cual las
personas blancas son más bellas (un estudio acerca del impacto de los medios en
la definición de belleza, puede ser visto aquí).
Otra discusión gira en torno a qué cosas debería poder ver u oír un reclutador
al contratar a alguien. Se ha sugerido que las entrevistas sean por teléfono,
por ejemplo. Pero, aunque no lo crean, también se ha demostrado que las
personas más bellas tienen una ventaja al hablar por teléfono. Entonces, se podría
avanzar más y prohibir las entrevistas. Esto, sin embargo, tendría un impacto
negativo en el mercado laboral, al quitar información valiosa a los
reclutadores (aquí).