Horror Vacui
He
leído algunos proyectos para crear una nueva ley universitaria. Aparentemente, desde que se liberalizó la creación de universidades en la época de
Fujimori, la educación superior en Perú se ha ido al tacho. Escucho a personas
indignadas porque en Perú hay “muchas”
universidades y éstas tienen “poco nivel”.
Habitualmente, agregan que esto se debe a
su carácter lucrativo. Todo esto se basa
en apreciaciones subjetivas de gente que cree ser iluminada y puede ver más
allá de lo evidente. Lo objetivo es que tenemos a muchas más personas
estudiando en la universidad gracias a estas reformas que liberalizaron la
educación (ver estudio de Yamada y Castro sobre retornos de la educación
terciaria, aquí).
Mientras que otros países miden el nivel de desarrollo en función a su acceso a
educación terciaria, acá nos quejamos porque hay muchas universidades. Me suena
a Perú: toda una historia de dispararnos a los zapatos ininterrumpidamente.
[Pintura de Adolf Wölfli]
Con la -pésima- excusa de elevar la
calidad de las universidades, lo que se busca es reducir la competencia. Esto
se ha hecho a través de una ley que declara la “moratoria”
para la creación de nuevas universidades por cinco años (es decir, en ese
tiempo, nadie podrá crear una universidad) y la estandarización de la oferta
existente (artículos míos sobre estos temas aquí
y aquí).
“Estandarizar” es otra forma de decir “tomarle una foto a la situación
existente”. Ahora resulta que crear una universidad o tener una universidad
distinta a las que existen es un sacrilegio. Queremos progreso e innovación,
pero no nuevas universidades, ni nuevas maneras de concebir una universidad. Es
una contradicción tan grande como una catedral.
Estos nuevos proyectos de ley, también en
la línea de la estandarización, se enfocan en varios puntos, pero quiero
referirme ahora a tres de ellos: (i) las universidades deberán ser
“co-gobernadas” por estudiantes; (ii) las universidades deberán dedicarse a la
investigación; y, (iii) las universidades no podrán tener fines lucrativos.
(i)
Co-gobierno de los estudiantes
No veo por qué esto es valioso o
conveniente. Quizá es un modelo que funcione a algunas instituciones, pero hay
otras que funcionan igual de bien o incluso mejor, en las que los estudiantes
se dedican básicamente a estudiar y los profesores y personal administrativo a
dirigir la universidad.
(ii)
Universidades de investigación
Esto suena bien, sin duda; pero es el
equivalente a decir que todos los carros deben funcionar con etanol o que las
películas deben ser filmadas en cámaras 3D. Las mejores universidades del Mundo
son dedicadas a la investigación, pero no son representativas ni si quiera en
un país que le gana por goleada a todos en educación terciaria, como Estados
Unidos. Un porcentaje bastante reducido
de las universidades en EE.UU. son consideradas
como universidades
de investigación por el Carnegie Classification of Institutions of
Higher Education.
El resto de universidades son de
“enseñanza”, no de investigación. Algún iluminado dirá: ¿pero entonces qué
enseñan si no investigan? Pues o cosas prácticas enseñadas por profesionales
del campo o investigaciones hechas por otros. Créanlo o no, uno puede basar sus
clases en una investigación hecha por otro profesor. Pero no, a algún bien
intencionado se le ocurrió que era buena idea que todas las universidades en
Perú fueran hechas a imagen y semejanza del MIT, Yale, UC Berkeley o Harvard.
¿Por qué a nadie se le ocurrió antes?
Si se quiere promover la investigación,
se deben dar fondos (preferentemente privados) para la investigación; no
obligar a las universidades -a todas- a adoptar unos estándares para ser clasificadas
formalmente como “universidades de investigación”, lo que sea que eso
signifique en la mente de estos iluminados.
(iii)
Universidades sin fines de lucro
Existe alguna evidencia
de que, en EE.UU., a las universidades con fines de lucro les ha ido peor -en
términos de ingresos para sus estudiantes- que a las que no tienen fines de
lucro. Pero, ¿esos hallazgos son aplicables a Perú? ¿Existe alguna evidencia de
esto? ¿Nuestro modelo es igual al americano? ¿Esta información por sí misma es
suficiente para prohibir dichas universidades? ¿Por qué mejor no empezamos
cerrando a las universidades nacionales de baja calidad?
Fuera de esto, aun cuando se compruebe
que una universidad dirigida por estudiantes, dedicada a la investigación y sin
fines lucrativos tiene mejores indicadores -en temas relevantes como nivel de
ingresos de sus egresados-; aun así, no veo un motivo para pensar que todas las
universidades deban de ser así. Puede ser que alguien mejore el sistema
existente, creando una tercera vía, una nueva manera de hacer las cosas.
También puede ser que estas universidades, con el correr del tiempo, vayan
mejorando su nivel. Más allá de la
evidencia que puede haber en su contra, no veo un motivo estructural por el
cual una universidad con fines de lucro es intrínsecamente peor que una sin
fines de lucro.
Además, debe haber un buen motivo por el
cual las personas eligen una universidad con fines de lucro que cobra sobre una universidad gratuita estatal. Puede ser, incluso,
que una universidad con fines de lucro tenga menor calidad, percibida por los
mismos estudiantes, pero sea más barata (y su única posibilidad de acceder a
educación terciaria). Quizá, antes de prohibir las universidades sin fines de
lucro, el Estado debería ocuparse en mejorar su oferta, que ya compite
(deslealmente) contra éstas en el mercado. La regulación, en casos como éste,
se opone a la innovación; lo cual es incompatible con nuestra necesidad de
mejora y desarrollo.
A veces, luego de argumentar que la
regulación estatal genera más problemas que beneficios, me dicen “Pero, ¿qué va
a hacer el Estado entonces?”. Quizá deberían dedicarse a las manualidades, para
mantener su mente ocupada; ya que parecen tener una necesidad apremiante por
llenar el vacío con propuestas poco razonadas y hasta frívolas.