Tal como señala Sara Sun Beale, profesora de Duke University, en un estudio en el cual basaré este comentario (“The News Media’s Influence on Criminal Justice Policy: How Market-Driven News Promotes Punitiveness”), la prensa tiene una relación ambigua con el incremento de las penas. Por un lado, pueden fiscalizar casos de personas que han sido condenadas de manera injusta o pueden poner énfasis en la utilización de medios -como el polígrafo- para resolver más certeramente los casos. Por otro lado, sin embargo, la prensa puede influir en una percepción “sentimental” de los delitos, propiciando un incremento de las sanciones penales. La prensa puede hacer eso a través de tres mecanismos: (i) enmarcando las historias; (ii) infundiendo miedo; y (iii) remarcando estereotipos.
Así, Sun señala que “Los medios “enmarcan” historias cuando ellos “seleccionan algunos aspectos de la realidad percibida y los hacen más vistosos en el contexto comunicativo, de una manera que propone una definición dada del problema, interpretación causal, juicio moral, y recomendación de qué hacer al respecto”. Enmarcar es significativo porque activa algunas ideas, sentimientos y valores más que otros y, así, alienta ciertas líneas de pensamientos y lleva a la audiencia a arribar a ciertas conclusiones”. Los estudios académicos que correlacionan enmarcación con un incremento de las penas o probabilidades de ser sancionado se han enfocado en dos aspectos centrales: enmarcación anecdótica y el uso de guiones”.
La “enmarcación anecdótica” significa hacer una noticia de un caso aislado (“x fue asaltado”), mientras que una noticia es “temática” o “no-anecdótica” cuando se refiere a un grupo de hechos o la causa de un fenómenos social (i.e. “Presidente Regional de La Libertad afirma que ola de violencia es una “exageración periodística”“). Tal como señala Sun “La enmarcación anecdótica alienta a los televidentes a culpar de los problemas a los individuos señalados, mientras que la temática disuade la culpa entre una más amplia base social o política. En el contexto del crimen, la enmarcación anecdótica puede llevar a un incremento del apoyo a políticas punitivas, dado que los individuos que atribuyen el crimen a las características de los individuos se ha encontrado que apoyan más medidas punitivas que aquellos que atribuyen el problema a factores sociales”.
Mi amigo penalista Ricardo Elías ha destacado varios ejemplos de la reacción del Congreso ante noticias de casos que -aunque mostrados aisladamente- tuvieron un amplio impacto mediático. Así, tenemos el triste caso de Walter Oyarce. Refiere Elías que “Tres días después del deplorable asesinato del hincha aliancista Walter Oyarce en el Estadio Monumental, el Congresista Daniel Abugattas ha declarado que se presentará un proyecto de ley para sancionar con ocho años de cárcel la violencia en los espectáculos deportivos”. De similar manera, “El 4 de agosto de 2011, inescrupulosos asaltantes atentaron contra la familia del Congresista Renzo Reggiardo provocando que una de sus menores hijas quedara gravemente herida. Después de una ola de información periodística y de la indignación popular, el 9 de agosto el Congresista Amado Romero Rodríguez presentó el Proyecto de Ley No. 00015/2011 por el cual se pretende eliminar los beneficios penitenciarios para los delitos cometidos contra los menores de edad y el delito de robo agravado”. Elías nos da otros ejemplos en su interesante artículo. De manera general, menciona que “(…) en exactamente dos meses de labor parlamentaria, de los 228 proyectos de ley presentados, 40 inciden en materia penal”.
En relación a los “guiones”, estos son una secuencia coherente de hechos o datos esperados por el individuo. Estas secuencias nos ayudan a entender mejor la información. Piense en una telenovela. Comienza con una muchacha abandonada a su suerte, luego encuentra un trabajo en la casa de su príncipe azul, quien la descubre…etc., etc. Hasta aquí, nada nuevo. Lo llamativo es que investigaciones han demostrado que las personas podemos “llenar” con nuestra imaginación los vacíos de un guión, cuando se nos presenta una nueva historia con un “hueco”. Esto sería inofensivo en el caso de una novela, pero qué pasa si la historia es un crimen real. Como reseña Sun, luego de ser sometidos a guiones, “(…) más del 60% de los sujetos que vieron un programa televisivo que no incluía un perpetrador del crimen, falsamente recordaron haber visto uno, y el 70% recordó que el perpetrador -no visto- era Afroamericano” (¡!).
En relación al segundo punto, los medios suelen destacar las noticias más sangrientas o escabrosas. Esto genera miedo en la audiencia, la cual estará -entonces- más propensa a aceptar soluciones más drásticas, habitualmente incrementando las sanciones. El eterno debate por la pena de muerte para las violaciones es un buen ejemplo. Pese a que las normas internaciones nos impiden adoptar esta medida, ha sido propuesta incontables veces en los últimos años. Esto también ayudaría a explicar por qué existen algunas penas que parecen desproporcionadas. Por ejemplo, en Perú, si un secuestrado es herido gravemente o muerto, el secuestrador recibe cadena perpetua (art. 152 CP); pero si alguien invade con una banda y armas de fuego una propiedad, solo recibe una pena de entre 2 a 6 años (art. 204 CP).
El tercer punto tiene que ver con la tipificación social o racial. El estudio de Sun reseña la discrepancia entre la cobertura mediática de los delitos cometidos por jóvenes y los delitos que realmente cometieron. Así, mientras solo el 9% de los delitos habían sido cometidos por jóvenes en EE.UU., el público aseguró -en una encuesta- que eran responsables del 43% (¿alguien dijo “Gringasho”?). Algo similar ocurre con relación a la raza, habiendo una desproporción entre el número de víctimas de raza negra, la cobertura mediática y la percepción pública. De igual manera, las minorías aparecen más frecuentemente -y desproporcionadamente- en los medios como sospechosas de crímenes.
¿Qué resultados arrojaría un análisis similar al de Sun acerca de la prensa peruana y su relación con la política criminal?
P. D.: Mis posts salen los martes.
P. D. 2: Me pueden contactar en Twitter @osumar