La remuneración mínima y la inclusión social
Hace menos de un año, en este mismo espacio publiqué un post titulado “El sueldo mínimo, el impuesto a los ricos y la inclusión social”. Y unos días atrás la discusión sobre una eventual alza de la remuneración mínima se reavivó tras el anuncio del Gobierno de evaluar esta medida, en el marco del diálogo que acaba de iniciar con las fuerzas políticas que participaron de su convocatoria. Al respecto, tal como lo señaló Proexpansión en marzo del año pasado, existiría espacio para incrementar la remuneración mínima hasta los S/.805.
A continuación algunas reflexiones para entender mejor la discusión actual.
1. ¿Se trata de una discusión técnica? Como es muy difícil estar en contra de pagarle más a quienes menos ganan, lo más probable es que cualquier oposición a un eventual incremento de la remuneración mínima se presente bajo la forma de una prescripción técnica. Afirmaciones como “subir la remuneración mínima incrementa la informalidad, afecta a la MYPE, o promueve el desempleo, entre otros” son un ejemplo de ello. Afortunadamente, el tema de la remuneración mínima es uno de los temas más analizados en materia económica, incluso a través de experimentos naturales en aquellos países donde los Estados (lo que serían los gobiernos regionales para el caso peruano) tienen la potestad de fijar la remuneración mínima. La evidencia empírica en Estados Unidos y Europa es abundante e indica que un incremento de la remuneración mínima no genera desempleo y, aunque de manera muy leve, puede tener un impacto positivo sobre la actividad económica, pues quienes lo reciben gastan con rapidez cualquier incremento de ingreso. Respecto del impacto sobre la informalidad y la MYPE, los estudios que existen son escasos, están desactualizados y sus resultados son poco concluyentes precisamente porque la informalidad es bastante difícil de definir y cuantificar sin entrar en polémicas de distinta índole. Sin embargo, al menos dos son los aspectos que deben tomarse en cuenta al analizarlos.
• En la última década la informalidad de las relaciones laborales no se ha incrementado sistemáticamente en ningún tamaño de empresa a pesar de que la remuneración mínima sí lo ha hecho.
• De acuerdo con EsSalud y el Ministerio de Trabajo, los principales empleadores formales que pagan el sueldo mínimo no son las MYPE sino el Estado y las medianas y grandes empresas.
2. ¿Para qué sirve la remuneración mínima? El concepto de la remuneración mínima suele ser reducido a la compensación mínima que cualquier trabajador debe recibir en el país. Sin embargo, es mucho más que eso. La remuneración mínima fija un estándar mínimo, así como lo hacen las regulaciones ambientales, sanitarias, financieras, los mecanismos de protección a la inversión, entre otros.
Si los estándares son adecuadamente utilizados, estos pueden prevenir la contaminación, la explotación y la especulación en cualquiera de sus formas. Si no lo son, les pueden dejar la puerta abierta de par en par. Es decir, la remuneración mínima no es un programa social más, sino un estándar nacional que sirve el propósito de prevenir que la desigual relación entre los empresarios y los trabajadores que menos ganan terminen en salarios que no permitan que los trabajadores vivan por encima de la línea de pobreza. En un país prácticamente sin sindicatos, este elemento (que sirve en la práctica para proteger el limitado poder de negociación de los trabajadores que menos ganan) tiene una relevancia mayor.
3. ¿Quién puede subir la remuneración mínima? La Constitución Política del Perú de 1993, en su artículo 24, establece que las remuneraciones mínimas se regulan por el Estado con participación de las organizaciones representativas de los trabajadores y de los empleadores. Posteriormente, el artículo 7 del Decreto Legislativo 1086 que modifica el artículo 45 de la Ley 28015, publicado el 28 de junio de 2008, establece en referencia a la remuneración mínima, que los trabajadores de la microempresa tienen derecho a percibir por lo menos la remuneración mínima, aunque también indica que con acuerdo del Consejo Nacional de Trabajo y Promoción del Empleo (CNT) podrá establecerse, mediante Decreto Supremo, una remuneración mensual distinta. Esto deja en el ámbito del CNT la posibilidad de realizar estudios más profundos sobre el tema, fijar el límite inferior y hasta establecer remuneraciones mínimas diferenciadas. Sin embargo, el propio CNT tiene como límite los principios que sustentan el derecho laboral como el de derechos adquiridos, por lo que muchos juristas consideran que la diferenciación que puede establecer el CNT sobre la remuneración mínima solo puede ser hacia arriba, no hacia abajo.
4. ¿Existe espacio para subirlo en el Perú? Quienes están a favor de un reajuste apelan a la justicia como argumento suficiente para esto. Quienes están en contra, recomiendan que, para evitar desalentar la inversión y promover la informalidad, sólo se hagan reajustes en la remuneración mínima que reflejen aumentos de la productividad. Es decir, sólo pagarle más a quien produce más.
¿Qué dicen las cifras? Entre los años 2000 y 2012, mientras el PBI por trabajador aumentó en 45.5%, la remuneración mínima lo hizo en 33.4%. Es decir los trabajadores peruanos han venido produciendo más de lo que se les paga. Para que la remuneración mínima refleje adecuadamente la mayor productividad de los trabajadores peruanos, este debería ser de S/. 805. Sin embargo, ¿acaso no existen diferencias entre la productividad de regiones e industrias?.
En un reciente artículo, el semanario inglés The Economist, señaló que el gobierno padece de esquizofrenia. El hecho de que hace solo unos meses un primer ministro haya sido enviado a casa por sugerir un incremento de la remuneración mínima y que ahora esta medida sea utilizada como la primera moneda de negociación para estabilizar la relación del gobierno con las fuerzas políticas es, por lo menos, una muestra de inconsistencia.
Para el país, sin embargo, es crucial que el debate se enfoque y zanje correctamente. Hoy el salario por hora en Perú es inferior al de China; y la relación entre la remuneración mínima por hora entre Perú y países desarrollados de la OECD (grupo al que el país quiere pertenecer tanto) es bastante lejana de la relación entre sus mismos ingresos per cápita. Las fuerzas políticas y el gobierno deben decidir si ese es el estándar que quieren fijar para el mercado laboral. La población estará muy atenta a su decisión.