La CEPAL y el nuevo Consenso Latinoamericano frente a la crisis sanitaria y económica
Todavía no se entiende en el Perú que esta crisis sanitaria y económica requiere de creatividad para salir del hoyo. No solo su magnitud – vista únicamente durante la Guerra con Chile hace poco menos de 140 años- y su probable duración para toda esta década obligan a una mirada diferente de las cosas; no se vale repetir las viejas recetas. Hay que reenfocar la atención para detectar los problemas urgentes y principales, abrir el abanico de instrumentos y cambiar las viejas prácticas de cómo se implantan las políticas públicas, en particular la económica. Se debe tener una perspectiva sistémica y multidisciplinaria; así como un enfoque participativo.
La Comisión Económica para América Latina (CEPAL) de las Naciones Unidas y un grupo de economistas de la región y España encabezados por José Antonio Ocampo han llamado a un nuevo acuerdo, que denominan Consenso Latinoamericano (CL). Incluyen elementos novedosos fuera de la lógica de los economistas estándar. Son miradas útiles; sin olvidar que cada economía debe diseñar sus respuestas específicas considerando también su propia historia, estructura productiva e institucional y su dinámica socio política. En esta nota también se presenta el esbozo básico de una propuesta de política para el periodo 2021-2026 que retoma estas aportaciones.
Inversión privada limitada
Pensar que la inversión privada debe ser el único motor para reactivar la economía es un error. El valor máximo histórico de su contribución al crecimiento económico fue 22% desde el año 2000 a la fecha; mientras que en la década de los 90 fue sólo del 20%. En cambio, el consumo privado explica desde 1950 entre el 50% y 65% del crecimiento; seguido por las exportaciones con un valor máximo del 40% en la década de los años 90 y de 15% al 30% para las anteriores, a excepción de un valor negativo en los años 80. Hay que anotar también que las importaciones, tradicionalmente con un valor negativo, pueden contribuir al crecimiento económico como ocurrió ligeramente en los años 70 como resultado de las políticas de sustitución de importaciones.
La inversión privada, al igual que la pública, aportan a la demanda – producción y a la expansión de la capacidad productiva; ambas positivas. Sin embargo, en tiempos como los actuales todas las empresas tienen altos niveles de capacidad instalada ociosa, razón por la cual no tenderían a invertir. Solicitar u otorgar incentivos a las empresas privadas para que inviertan desafortunadamente no tendría mayor efecto alguno más que agravar el desequilibrio en las finanzas públicas.
Hemos comentado anteriormente que invertir más en minería, especialmente en cobre, aparentemente no suena mal; sin embargo, en un mercado internacional saturado podría implicar menores precios para los productores locales, tal como ocurrió entre 2014 y 2016 como resultado de la mayor producción del Perú. Hay que desarrollar toda la minería que sea posible de manera sostenible en el largo plazo y que cuente con licencia social. Asimismo, procurar que genere mayores encadenamientos de producción y empleo, sea diversificada y de valor compartido para los trabajadores, proveedores, Estado y Sociedad.
Exportaciones con problemas
Roubini (2020) ha planteado que esta sería una década perdida, lo cual afectaría las posibilidades de crecimiento del mundo y por tanto de las exportaciones de nuestras economías. La desglobalizacion y ralentización del crecimiento, deflación, grandes déficits fiscales, aumento de los niveles de deuda serían algunas de sus principales características y a las cuales se sumarían los retos del cambio climático y la disrupción digital que se acelera con el covid-19 que generaría una presión a la baja de los salarios y empleo, dando más sustento al nacionalismo y la xenofobia.
Esto no significa que se debe desechar la opción exportadora, sino impulsar aquellos nichos de bienes y servicios actuales y futuros donde el país tiene mayores oportunidades. Asimismo, donde se realice un mayor procesamiento de los recursos naturales y contenido tecnológico. En otra oportunidad hemos demostrado que los productos manufacturados y los agrícolas son los más dinámicos en el comercio internacional, a diferencia de los productos mineros e hidrocarburos que lo han perdido. Si la inversión privada y las exportaciones no pueden ser los puntales de la reanudación del crecimiento estas deberían orientarse, por el lado del gasto, más en el consumo privado (a través de empleo e ingresos), la inversión pública, temporalmente el consumo público y porque no algo a través de las importaciones. En otro texto comentaremos las políticas por el lado de la oferta.
CEPAL en acción
La CEPAL coincide con la mayoría de las naciones de que es imposible pensar en la reactivación de la economía sin antes controlar la pandemia. Se plantean diversos principios de convergencia entre salud y economía, donde queda claro que el Perú solo ha cumplido algunos de estos. En el cuadro 1 queda de manifiesto que aquí no se ha hecho nada en perspectiva de reducir las desigualdades, salvo las relativas a procurar atención médica en la emergencia para todos. Por otra parte, la protección social ha sido limitada y tardía con relación a los bonos familiares, respecto del apoyo que recibieron mayoritariamente las medianas y grandes empresas a través de Reactiva Perú. Por último, tampoco se aprovechó intensamente el diálogo y la participación social, sino hasta varios meses después del confinamiento social.
Se propone un programa de acción en tres etapas: control, recuperación y una mejor reconstrucción con mayor equidad; precedidas por un plan nacional y de consensos sociales y sectoriales. Esta etapa preliminar debe incluir la participación de actores técnicos y representativos no solo del campo de la salud, sino también de diversos ámbitos sociales y económicos, facilitando la inclusión de la sociedad civil y la participación social. Nada que ver con el tardío Pacto Perú incorporado en el discurso presidencial del 28 de julio.
Por otra parte, en la fase de reconstrucción, es necesario implantar un conjunto de medidas de mayor plazo y profundidad que maximicen tanto la salud de la población como las posibilidades de una recuperación económica y social, impulsando una mayor formalidad de la economía, fortaleciendo los sistemas de protección social y atendiendo las vulnerabilidades de poblaciones y territorios específicos desde un enfoque de derechos y de género.
Cuadro 1. Principios de convergencia entre salud y economía
Fuente: elaboración propia con base a la CEPAL (30/7/2020).
Consenso Latinoamericano 2020
Se presenta como un programa de referencia para hacer frente a las debilidades estructurales de la economía latinoamericana que se han acentuado con la crisis del Covid-19: baja productividad, alta informalidad, insuficientes niveles de capacitación laboral, acusada dependencia exportadora de productos primarios y profundos desequilibrios sociales. Este consenso tiene como meta una nueva capacidad productiva y elevar la calidad del capital y del trabajo, para generar más riqueza y evitar el ensanchamiento de la pobreza y la desigualdad. Estas últimas orientadas a mejorar las condiciones sociales y evitar una mayor desintegración social y política.
La lista de propuestas concretas se muestra en el cuadro 2 destacando la necesidad de hacer frente a la informalidad creciente de nuestras sociedades, fomentar la agricultura nacional, la diversificación productiva con creciente contenido tecnológico, promover la investigación y desarrollo, facilitar la creación de empresas innovadoras, ofrecer servicios públicos eficientes y robustecer legal e institucionalmente la capacidad técnica del Estado, entre otras.
Cuadro 2. Propuestas básicas de política del Consenso Latinoamericano
Fuente: elaboración propia con base en la Universidad de Salamanca (2020).
Objetivos 2021-2026
Tanto los planteamientos de la CEPAL como del CL pueden ser útiles para construir una propuesta de política borrador para discusión para el Perú. En el cuadro 3 se detallan los principales objetivos y metas, quedando para más adelante las políticas e instrumentos. Estos se plantean en dos bloques, los vinculados a la emergencia sanitaria y económica y los relativos a los temas más tradicionales que responden a problemas nacionales y de la agenda global para hacer frente al cambio climático.
Cuadro 3. Objetivos y metas de política para el Perú 2021-2026
Algo Más
La difícil coyuntura política por la que se atraviesa no debe ser argumento para postergar la discusión de lo importante. Es hora que los ciudadanos, la sociedad civil organizada, los partidos y movimientos políticos se manifiesten. La gravedad de los acontecimientos presentes y del futuro lo ameritan.