¿Decisiones individuales conducen siempre al bienestar colectivo?
Es la segunda pregunta básica de cualquier libro de economía. La primera plantea ¿de qué manera las elecciones determinan qué, cómo y para quién se producen los bienes y servicios? La segunda se formula detalladamente como ¿en qué punto las elecciones que se hacen en la búsqueda del interés personal fomentan también el interés social? (Parkin, Economía, 2009, p.2).
Ante esta última interrogante se plantean dos tipos de respuestas. Las de los neoliberales extremos (incluido los libertarios) que sostienen la convergencia casi absoluta entre estas dos esferas. En esta perspectiva la mayoría de las decisiones o elecciones individuales conducirían al bien común; son la mejor opción para toda la sociedad. Del otro lado están quienes pensamos que esta convergencia no es inmediata. En la vida cotidiana de las personas y las empresas hay muchas decisiones que no conducen al bienestar común, que generan afectaciones negativas a los otros individuos o que podrían llevarse a cabo de otra manera para maximizar la contribución al bienestar social. Se pueden anotar diversos ejemplos para cada una de estas tres opciones:
I. Decisión individual que afecta el bienestar común
1.Es el caso del monopolio que no sólo redistribuye ingresos de los consumidores al productor, sino que a través de la reducción de la cantidad producida (para elevar los precios) disminuye el nivel de contratación de insumos y de mano de obra afectando el bienestar social. En la misma dirección, aunque con menor impacto, estarían todas las otras modalidades de competencia imperfecta, colusión, barreras a la entrada y freno a la innovación. La solución va por el lado de la prohibición o la regulación.
2.Todas las actividades que generan afectaciones negativas a toda la sociedad, no sólo a los individuos en particular. Este es el caso de la generación de externalidades negativas por una actividad productiva. Por ejemplo, un yacimiento minero que afecta la disponibilidad de agua o la calidad del agua del cauce de un río; la acción descontrolada de muchos pescadores sobre la biomasa que termina en la depredación total del recurso; un sistema de transporte público obsoleto y contaminante que afecta la calidad de vida de todos los habitantes de la ciudad; regar los jardines privados a medio día en época de verano desperdiciando agua que es escasa para todos; llenar una ciudad de carteles publicitarios (espectaculares) que genera contaminación visual; entre otros). Todas estas se pueden corregir con regulaciones técnicas, multas o cobros que promueven la internalización de los daños en los costos de la propia empresa o de quien generó la externalidad negativa.
3.Es el caso de la acción de múltiples exportadores cuyos ingresos crecen de manera abrupta (por mayores precios internacionales y demanda externa) en una economía pequeña generando la apreciación de la moneda nacional (enfermedad holandesa). Este síndrome afecta a los exportadores no sujetos al auge, aumenta las importaciones en general promoviendo “desindustrialización”, impacta en los precios de los bienes no transables y reduce los niveles de empleo al afectar a las actividades más intensivas de mano de obra. Este cuadro se puede generar por otras formas de entrada abrupta de divisas (remesas, donaciones, entradas de capital). Se regula con un Banco Central activo evitando la apreciación de la moneda nacional, creando un fondo soberano de divisas, mejora de la eficiencia de las otras actividades económicas y de las cadenas logísticas de las otras exportaciones y un aumento de la regalía minera.
4. Decisión de vender un activo en circunstancias en que este había sido objeto de una “manía” (formación de burbuja). La venta de un agente económico en particular es racional, pero si todos los poseedores de dicho activo lo hacen al mismo tiempo el precio de mercado caerá de manera dramática afectando a todos los poseedores y a otros mercados. Se regula evitando la formación de la burbuja. Por ejemplo, un impuesto adicional a la transferencia del activo para regular la “euforia” (excesos de confianza).
5. Emisión de dinero secundario por parte de un banco comercial o de inversión (crea liquidez a cambio de una cuenta por pagar a un privado) para financiar a empresas en particular. Este crédito es positivo pero si se incrementa la liquidez en general se pueden generar daños a todo el sistema económico.
6. Mayor spread bancario que implica una reducción de la eficiencia y que genera sobrecostos para todos los usuarios de crédito o un segmento importante de estos. Se regula con más competencia y creando instrumentos que ofrezcan tasas de interés pasivas más altas.
7. Sobreexplotación de un bien público como un bosque. Esta se podría limitar con regulación, tarifa especial o reasignación de derechos de propiedad mediante concesión por la vía de concurso público abierto y transparente (excluyo el cambio de propiedad).
II. Decisión individual que genera afectaciones negativas a otros individuos (daños acotados)
8. Actividades individuales que generan extenalidades negativas focalizadas. Este tipo de decisión es muy común. Los límites con una actividad que genera daños a toda la sociedad es difuso. Por ejemplo, la instalación de antenas de telefonía celular que afectan el valor de una propiedad específica. La decisión de un fumador que contamina el aire afectando la calidad de vida de los que se encuentran a su alrededor. La decisión de no arreglar la parte exterior de un departamento en un condominio que afecta el valor de la propiedad de todo el conjunto. Construir un edificio alto a lado de viviendas de altura reducida al cambiar la zonificación urbana (…). Se podría evitar con regulaciones específicas y licencias para que el causante internalicen los daños a terceros.
III. Decisión individual que no contribuye a maximizar plenamente el bienestar social (o lo hace de manera parcial)
9. Almacenes de depósito aduanero fuera del recinto portuario o aéreo. Esta es una salida para promover la actividad facilitando el comercio exterior. Sin embargo, se generan sobrecostos al comercio exterior al movilizar las mercancías de los muelles en el recinto portuario hacia/de el almacen externo (Sgut,2005). Lo óptimo es contar con estas instalaciones de almacenamiento al interior del recinto portuario o áereo.
10.La existencia de terminales de autobuses interprovinciales por empresa en lugar de una central por ciudad o centrales por ciudad y destino (norte, sur y este de Lima). Estas centrales que integran a todas las compañías operadoras reducen las externalidades negativas dispersas, permitirían supervisar mejor el transporte público interprovincial, generarían un cluster alrededor, generarían mejores oportunidades para los consumidores, mayor competencia y facilitarían la movilización a los ciudadanos.
11. La exportación de gas natural en el Perú en lugar de orientarlo en mayor medida hacia el mercado interno. Es evidente que la actividad actual genera extenalidades positivas en otras, pero esta pudiera ser mayor si se aprovecha la ventaja comparativa y competitiva dinámica de contar con un insumo abundante para las otras actividades nacionales. No se debe olvidar que el país satisface sus requerimientos de energía consumiendo hidrocarburos líquidos más costosos por unidad de energía y que generan más emisiones al ambiente. El uso de hidrocarburos líquidos en lugar de gas natural más económico genera un sobrecosto equivalente a entre 1.4 y 2.3% del PBI anual para las personas y empresas en el país.
12.Concesión del ferrocarril central que no tiene la capacidad financiera para llevar a cabo el tunel trasandino. También es el caso de cualquier carretera concesionada con carril común de ida y vuelta y no de doble carril que implica mayores costos pero mayores extenalidades positivas asociadas a menores accidentes y muertes, menores tiempos de transporte, entre otros.
La lista de ejemplos puede continuar. Queda claro que frenar comportamientos perniciosos, limitar externalidades negativas o generar mayores externalidades positivas requiere de economistas activos que analicen con criterio y apertura el desempeño en cada mercado. No se trata de estar con los brazos cruzados. La intervención sería más clara y directa en las actividades del tipo I; se hace más compleja en las actividades de tipo II y es de mayor cuidado en las del tipo III. Obviamente en todas las intervenciones se requeriría de ingenio, evaluaciones socioeconómicas beneficio/costo, capacidad de concertación y decisión para ejecutarlas.
16/5/2016.
pd: Existe una cuarta modalidad relativa a una decisión individual que genera principalmente daños al propio individuo y también probables daños colaterales a la sociedad. Es un área donde los libertarios y algunos neoclásicos se resisten a que intervenga el Estado. Estos señalan que el individuo es libre de decidir y hacer lo que quiera; sin embargo, se olvidan que afectan a la sociedad en su conjunto al generarle sobrecostos financieros. Por ejemplo, el que ingiere comidas o bebidas no saludables tendrá una mayor propensión a hipertensión, obesidad, diabetes, enfermedades cardiacas, entre otras, que podrían generar un sobrecosto al sistema de salud pública. ¿Por qué todos debemos pagarlas? Otro caso sería el de aquellos que se niegan a aportar a un sistema de pensiones o de salud. ¿quién los va a mantener en caso de indigencia? (…) En estos casos si la persona insiste en consumir o tener estos comportamientos perniciosos debería firmar una liberación de responsabilidades al Estado. La cobertura de sus gastos debería competer exclusivamente a ellos.