Necesidad de un código de ética
Una de las herramientas más útiles para prevenir y resolver conductas inapropiadas de los trabajadores de una empresa, es el código de ética o código de conducta.
Muchas veces pensamos que para hacer bien algo solo basta con desearlo o transmitirlo con rigurosidad; sin embargo, persiste un importante problema. No todos entendemos lo mismo, ni tenemos las mismas experiencias, sesgos o percepciones sobre un tema. Decir no te portes mal puede tener un diferente significado para las personas que reciben el mensaje.
Si queremos que efectivamente nuestros trabajadores sepan cómo comportarse en su día a día, frente a clientes, proveedores, compañeros de trabajo, entre otros, debemos ser muy claros en definir estas conductas.
Un código de ética, comprensible para todos, es muy importante para prevenir conductas inapropiadas desde aprovechamiento de la posición hasta temas de conflictos de interés, entre otros problemas.
Me ha tocado ver acciones no éticas, en las que los involucrados no entendían que estaban haciendo mal y que, al no haber un código de ética, consideraban injustas las sanciones planteadas, ya que no creían que habían hecho algo malo, no estaba escrito en ninguna norma y no había un perjuicio objetivo. Costó mucho que estas personas entendieran el problema y que el resto de los trabajadores no pensaran que era injusta la sanción.
La utilidad de este código es muy clara en diversas situaciones, porque ayuda al trabajador a entender que se espera de su conducta dentro de la empresa, de las dudas que pueda tener y a quien acudir, y también de las sanciones esperadas. Es allí donde están escritos de manera simple, los valores de la empresa, lo que se permite y no se permite.
Tener una casa limpia tiene diferentes matices para diferentes personas dependiendo sus experiencias de vida. El grado de limpieza varía entre personas y, por lo tanto, si no ponemos algunas reglas claras, cada persona pensará distinto sobre que tan limpia debe estar una casa.
Finalmente, este código nos permite poder sancionar con cierta objetividad la conducta de un trabajador y evitar contingencias laborales y legales.
Redactar un código no es tan difícil, ya existen muchos modelos que son públicos. Es cuestión de revisarlos, ver lo aplicable e importante y una vez aprobado, socializarlo y difundirlo. Además, lo más importante: la alta gerencia y directorio tienen que cumplir ellos mismos ese código. El mejor código es el que se predica con el ejemplo.