El rol de las políticas públicas en las apuestas deportivas
Para nadie es una sorpresa que los deportes ocupan un espacio considerable en el entretenimiento global, y que el fútbol es el que más emociones genera. Muestra de ello son el Mundial de Qatar 2022, los partidos de la Champions League y la Copa Libertadores. Sin embargo, en medio de la pasión que suscita el “deporte rey”, muchas personas han notado que los entretiempos y auspicios de las transmisiones han estado copados por anuncios de diversas casas de apuesta deportivas que ofrecen ganancias, bonos, sorteos y demás beneficios.
En los últimos años, la industria de las apuestas deportivas en el Perú ha crecido significativamente. De acuerdo con Ojo Público (2022), existen más de 50 casas de apuesta operando en el país. La mayoría de ellas lo hace a distancia y algunas están constituidas a nivel local. Según el Ministerio de Comercio Exterior y Turismo (Mincetur), las apuestas deportivas generan ingresos por más de S/ 4500 millones anuales a empresas no constituidas en el país.
El vínculo con el deporte no solo se basa en las apuestas deportivas, sino en la publicidad que se emite en las transmisiones deportivas y los auspicios que realizan a las principales ligas y equipos. Por un lado, las ligas de primera división de fútbol y vóley tienen como auspiciador principal a Betsson y Apuesta Total, respectivamente. Al mismo tiempo, las transmisiones deportivas cuentan con múltiples anuncios de casas de apuestas e incluso la selección peruana de fútbol tiene como auspiciador principal a una casa de ellas.
Por otro lado, 13 de los 19 clubes de fútbol de la Liga 1 Betsson 2023 tienen como patrocinador principal a una casa de apuestas deportiva, mientras que otros tres tienen el patrocinio de casas de apuestas, pero bajo la modalidad de patrocinio no principal. Es decir, el 85% de los equipos de primera división peruana son patrocinados por alguna casa de apuestas.
Ilustración 1: Equipos de la Liga 1 Betsson 2023 con casas de apuesta como patrocinador principal
Este apabullante crecimiento de las apuestas deportivas resulta preocupante en términos de salud pública en tanto puede generar efectos adversos en la salud y la productividad laboral (Humphreys, et al., 2019; Etuk, et al., 2022). Las problemáticas relacionadas a la salud mental y adicciones a los juegos de azar no son la excepción en esta industria.
Distintos estudios han identificado que las propagandas son más efectivas y tienen mayores impactos sobre los apostadores con problemas o con adicciones, y que la presencia de personajes importantes o de mujeres atractivas genera una mayor atención en los apostadores en general (Hing, et al., 2015; Hing, et al., 2016). Asimismo, los apostadores, independientemente de la frecuencia con la que juegan, tienden a mostrar elevados sesgos de exceso de confianza y la percepción de tener bajo control sus estrategias de apuesta lo cual facilita la generación de problemas de adicción a los juegos de azar (Huberfeld, et al., 2013; Erceg & Galić, 2014). En ese sentido, la mayor exposición y la facilidad en el acceso a las apuestas deportivas generan una mayor necesidad y relevancia de las políticas públicas para regular estas posibles afectaciones a la salud mental.
En ese sentido, diversos estudios han formulado algunas recomendaciones de política para una mejor regulación de la industria de apuestas deportivas y mitigar sus impactos en la salud pública. En cuanto a la publicidad y anuncios, las recomendaciones se orientan a prohibir aquellos que relacionen los juegos de azar con la generación de ingresos; al mismo tiempo que se debe fomentar una mayor reflexión en medios de comunicación sobre los riesgos de las apuestas deportivas (Bunn, et al., 2020). De hecho, un estudio realizado en Australia encontró que detallar los términos y condiciones clave de las promociones en los anuncios de apuestas deportivas disminuye su atractivo para los apostadores (Hing, et al., 2019).
En cuanto a los problemas inherentes de las apuestas deportivas, países como Noruega, Suecia y el Reino Unido han implementado medidas que limitan los montos de apuesta o las pérdidas de los usuarios para controlar los problemas más críticos de las apuestas que se relacionan con montos apostados cada vez más altos. Otros países han implementado el envío masivo de mensajes para fomentar prácticas responsables de apuestas a usuarios de sitios de apuestas en línea. A partir de ello, se ha logrado disminuir significativamente la cantidad de apuestas y las pérdidas de dinero en los usuarios que optaron por disminuir sus límites de depósito en los sitios de apuestas en línea (Heirene & Gainsbury, 2021).
El Perú necesita una mayor regulación en la industria de apuestas deportivas, más aún con el crecimiento exponencial que ha tenido la industria en los últimos años. Recién en agosto de 2022 se aprobó la Ley 31557, Ley que Regula la Explotación de los Juegos a Distancia y Apuestas Deportivas a Distancia, para regular las apuestas deportivas a distancia y crear un impuesto a este tipo de juegos de azar. Sin embargo, esta norma recién entra en vigor una vez publicado su reglamento, todavía en fase de elaboración. Es necesario que el reglamento no solo considere la creación de impuestos o la necesidad de que cuenten con locales físicos, sino también contemple instrumentos de política que promuevan el juego responsable y una mayor discusión de los riesgos que implican las apuestas deportivas.
Realizado por: César Núñez, analista senior de Videnza Consultores