Cortar por lo sano
¿Sabía usted que en nuestro país existe el Centro Nacional de Abastecimiento de Recursos Estratégicos en Salud (Cenares), encargado de realizar buena parte de las compras de productos farmacéuticos requeridos a nivel nacional? Sin embargo, el acceso a medicamentos sigue presentando dos tipos de problemas: disponibilidad y asequibilidad.
Según la última evaluación de disponibilidad de medicamentos en establecimientos de salud públicos realizada por la Digemid (Dirección General de Medicamentos, Insumos y Drogas) a nivel nacional, cerca del 70% tiene un nivel de disponibilidad regular o bajo. Solo las direcciones regionales de salud de Ayacucho y Tacna contaron con más del 30% de establecimientos en un nivel óptimo de disponibilidad (mayor a 90%).
Esta deficiencia lleva a que los pacientes deban buscar sus medicamentos en boticas o farmacias privadas, enfrentando un alto gasto de bolsillo. Según el Banco Mundial, este gasto es de alrededor del 30%, cifra que supera el máximo recomendado por la Organización Mundial de la Salud, de 20%.
En salud entendemos la asequibilidad como la posibilidad de acceder a medicamentos sin poner en riesgo las finanzas familiares. Según cifras del INEI al 2016, el 46.3% de la población del Perú está asegurada al Seguro Integral de Salud (SIS), por lo que su acceso a medicamentos depende significativamente de que el SIS los financie. Pero, según Ensusalud (2015), solo el 45% de los pacientes de consulta externa atendidos en establecimientos del Minsa o de Gobiernos regionales recibe todos sus medicamentos.
La Digemid es la autoridad responsable de definir las políticas y normas referidas a dispositivos médicos y productos farmacéuticos y sanitarios. Está a cargo de la autorización, el control y la vigilancia de los establecimientos farmacéuticos y los productos mencionados, rol en el cual presenta múltiples falencias. Además, desde el año 2002 está enfocada en conducir las actividades vinculadas al abastecimiento de medicamentos en el sector público. Es decir, realiza una función adicional importante, que debiera desarrollar el Cenares, pero sin lograr cumplir sus mandatos medulares establecidos por ley.
Urge romper con esta inercia instalada desde hace más de una década: delimitar bien los roles de la Digemid y el Cenares y fortalecer ambas instituciones centrándolas a sus competencias medulares. Este último debe liderar el abastecimiento público de los productos. De lo contrario, la débil conducción, el limitado monitoreo y el pobre uso de información genera pérdida de oportunidades y desorden en las compras, además de fomentar ineficiencias y focos de corrupción que, evidentemente, se resistirán al cambio. Asimismo, debe delimitar roles con la central de compras públicas Perú Compras para explorar y desarrollar juntos nuevas estrategias como la homologación, el uso del catálogo electrónico y el acuerdo marco. A la par con ganar oportunidad y transparencia, permitirá repensar el rol de comprador de medicamentos del Estado ante un escenario de integración vertical en el sector privado.
Dentro del rol rector del Minsa y de las reformas que requiere el sistema de salud, esta definición de roles y reorganización es una de las más importantes y urgentes.